MARÇAL SINTES | Director del CCCB

“No pregunto a nadie si es catalanista o no lo es”

El responsable del centro afirma que su aportación es que todos puedan sentirse cómodos

Marçal Sintes, en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.ENRICO BARAZZONI

El periodista Marçal Sintes (Vilafranca del Penedès, Barcelona, 1967) llegó en enero a la dirección del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) envuelto en la polémica salida de Josep Ramoneda, creador y director del centro durante 17 años. Sintes insiste en que quiere “continuidad”, pero no parece tener claro que esta no es una institución que viaje por...

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El periodista Marçal Sintes (Vilafranca del Penedès, Barcelona, 1967) llegó en enero a la dirección del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) envuelto en la polémica salida de Josep Ramoneda, creador y director del centro durante 17 años. Sintes insiste en que quiere “continuidad”, pero no parece tener claro que esta no es una institución que viaje por caminos, sino que navega por mares sujetos a vientos y mareas, donde es necesario ejercer un fuerte liderazgo. Recientemente ha presentado un plan director “continuista y filosófico, más que práctico”, y ha completado su equipo con la nueva jefa de exposiciones, Rosa Ferré.

Pregunta. ¿Qué impresiones tiene de estos meses?

Respuesta. Ha sido un periodo muy intenso y ha pasado muy rápido. Mi preocupación principal es la sostenibilidad económica, reforzar el centro buscando recursos propios y formas de gestión para seguir ofreciendo actividades y no perder prestigio. Además de las exposiciones, queremos fortalecer el CCCB como uno de los grandes centros de debate de Barcelona.

P. ¿Puede avanzar nombres?

R. Después del verano organizaremos unas jornadas sobre física. Queremos traer a Peter Higgs, que está retirado en Escocia. Apostaremos por la ciencia y la tecnología en relación con las humanidades.

P. El plan director que acaba de presentar marca líneas de actuación que, tras muchos años de andadura del centro, se daban por descontadas, y en general resulta poco concreto.

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R. ¿Les parece demasiado filosófico? Hemos plasmado en un documento muchos temas que ya existían. Siempre he hecho una valoración positiva del pasado y he hablado de continuismo. No quería hacer una cosa muy operativa, ni fijar los objetivos desde la dirección. Decidimos hacer algo más de principios, pero cada palabra está pensada y se van a convertir en objetivos cuantificables y valorables para cada área. Es filosófico, pero no banal.

P. En un momento de crisis se impone la reflexión sobre el futuro y la creación de pensamiento. ¿Qué líneas quiere marcar?

R. Es un momento de desconcierto casi total y nos enfrentaremos a esto a través del área de debates y también de exposiciones para buscar alternativas y esperanzas. Quizás lo peor es que hay un déficit de esperanza.

P. A Jordi Pujol se le atribuye la siguiente definición de esta institución: “El CCCB es un lugar que tiene tres ces y ninguna significa Cataluña”. ¿Se la pondrá usted?

R. No. Aquí podemos discutir de todo. Naturalmente, no haremos apología de ningún extremismo o totalitarismo. La función del centro es ser un espacio de libertad donde se pueda desarrollar este debate. Tengo clarísimo que una cosa soy yo como persona y otra es la institución.

P. ¿Qué sello quiere dejar?

R. Mi aportación es que en el CCCB todos puedan sentirse cómodos y haya debates de calidad y altura. No pregunto a nadie si es catalanista o no lo es.

P. ¿Con qué criterios se ha elegido a Rosa Ferré jefa de exposiciones?

R. Su propuesta tiene un gran potencial innovador y renovador. Demostró conocer mucho el centro y tener la experiencia, los contactos internacionales y la energía necesaria para un reto así en un momento como este. Ha trabajado con grandes instituciones, pero siempre desde fuera con un pequeño equipo, lo cual demuestra que tiene una personalidad emprendedora, que en estos tiempos difíciles también es un valor.

P. La Diputación se hace cargo de más del 75% del presupuesto del CCCB. Su presidente ha dicho que quiere desprenderse de todo lo que no sean servicios municipales.

R. Fue una reflexión en voz alta. De todas formas, cómo se financie el CCCB es una decisión de las instituciones. Como director, solo pido que se garantice la estabilidad en el financiamiento y el liderazgo institucional. Tenemos un consejo general donde están representados el Ayuntamiento, la Diputación y los partidos; si deben cambiarse los porcentajes de este consejo, toca a las instituciones decidirlo. Cuando sometí a votación el presupuesto (9,5 millones, el 25% menos desde 2009) todos lo votaron. El control administrativo es muy estricto. El CCCB tiene una personalidad jurídica clara y la elección del director siempre se hizo de la misma forma.

P. ¿Cuál es la gran apuesta para 2013?

R. La exposición de Pasolini, por volumen, implicación, proyección internacional y presupuesto. La muestra sobre Salvador Espriu se hará en otoño dentro del Año Espriu, pero hay que resolver la financiación porque el centro no puede pagarla íntegramente.

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