Un vampiro con orquesta

Cinema Jove ofrece dos pases de la película que F. W. Murnau rodó en 1922 acompañadas por la agrupación musical Arsenio Martins Ensemble

Una imagen del filme Nosferatu, de F. W. Murnau.

Hace unas semanas, el director español Jess Franco elegía Nosferatu como una de las 200 mejores películas de la historia. No era el único. Cientos de cineastas y artistas han reconocido tener esta película como referente absoluto de sus obras. Y no es de extrañar. Nosferatu, el vampiro, título completo de la película que F. W. Murnau rodó en 1922, es una de las obras cumbre del expresionismo alemán, y del séptimo arte en general.

A pesar de su posterior éxito, el rodaje y su estreno estuvieron repletos de anécdotas. Para empezar, los productores tuvieron que cambiar el...

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Hace unas semanas, el director español Jess Franco elegía Nosferatu como una de las 200 mejores películas de la historia. No era el único. Cientos de cineastas y artistas han reconocido tener esta película como referente absoluto de sus obras. Y no es de extrañar. Nosferatu, el vampiro, título completo de la película que F. W. Murnau rodó en 1922, es una de las obras cumbre del expresionismo alemán, y del séptimo arte en general.

A pesar de su posterior éxito, el rodaje y su estreno estuvieron repletos de anécdotas. Para empezar, los productores tuvieron que cambiar el nombre para evitar pagar derechos de autor a la viuda de Bram Stroker, del que habían tomado la idea del guión gracias a su famoso Drácula. Además, Max Schreck, actor principal y encargado de encarnar al vampiro, fue acusado de ser un chupasangre auténtico.

La leyenda llegó hasta tal extremo que su carrera se desmoronó después de que corriera el bulo de que era en realidad un “resucitado” y de que se dijera que el mordisco con el que mata en el filme a la coprotagonista era verdadero.

Más allá de estos entresijos, Nosferatu pasó a formar parte de un imaginario icónico universal. La sombra del vampiro en las escaleras y las innumerables secuelas lo avalan. Murnau, por su parte, continuó con esta incorrección cinematográfica a lo largo de su carrera, firmando el testamento más bello del cine mudo con Amanecer, en 1927, y convirtiéndose, junto a Fritz Lang, en otra de las leyendas alemanas que emigraron a Hollywood.

La 27ª edición del festival Cinema Jove, que se celebra en Valencia hasta el próximo domingo, ofrece dos pases en su sección de proyecciones especiales. Serán esta noche y mañana a las 22.30 horas, acompañadas por la agrupación musical Arsenio Martins Ensemble, en el Rialto.

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