Absuelto un empresario que vivió cuatro meses en un hotel de lujo sin pagar

El hombre se alojó gratis en una 'suite' del establecimiento con el pretexto de querer comprarlo

Pedro E. vivió durante cuatro meses a cuerpo de rey en el hotel de lujo La Florida, en Barcelona. El hombre aseguró que quería comprarlo. Y 140.000 euros después, el empresario, dueño de una promotora, se fue sin comprar el hotel y sin pagar la cuenta. La Audiencia de Barcelona le ha absuelto porque no considera probado que el hombre engañase adrede a los propietarios del hotel para vivir a su costa. La fiscalía pedía cuatro años de prisión para él y para su socio, Víctor P., por estafa.  

Ocurrió en octubre de 2009. Pedro E. se presentó en el hotel, ubicado junto al parque del Tibidabo...

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Pedro E. vivió durante cuatro meses a cuerpo de rey en el hotel de lujo La Florida, en Barcelona. El hombre aseguró que quería comprarlo. Y 140.000 euros después, el empresario, dueño de una promotora, se fue sin comprar el hotel y sin pagar la cuenta. La Audiencia de Barcelona le ha absuelto porque no considera probado que el hombre engañase adrede a los propietarios del hotel para vivir a su costa. La fiscalía pedía cuatro años de prisión para él y para su socio, Víctor P., por estafa.  

Ocurrió en octubre de 2009. Pedro E. se presentó en el hotel, ubicado junto al parque del Tibidabo. El empresario empezó pagando su residencia hasta que entró en negociaciones con los propietarios, según Europa Press. En ese momento, se entendió que no debía abonar nada puesto que iba a ser el futuro dueño del gran hotel de lujo.

Pero en febrero de 2010 la negociación se fue al traste. Los acusados esgrimieron que el banco no les dio el crédito que necesitaban. En ese momento, el hotel les pidió los 140.000 euros que había costado su alojamiento en la suite. Pedro E. y su socio firmaron tres pagarés, pero fueron devueltos porque no tenían fondos.

La sentencia incluye que el acusado podría haberse alojado en el hotel con la creencia de que no tendría que pagar esos servicios porque realmente pensaba comprarlo. Para el tribunal, no ha quedado acreditado que la intención de Pedro E. fuese estafar a los propietarios del establecimiento. Y reprocha a la acusación que no haya presentado como testigo al abogado que llevó las negociaciones de la compra para certificar por qué se rompieron. "Si porque los acusados carecían de toda solvencia desde un inicio, si porque al final falló un inversor o si fue porque el banco no aceptó la operación, tal como señalan los acusados", recoge la sentencia.

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