El último espectáculo de Dagoll Dagom tras medio siglo de trayectoria: la alegría ya pasó

‘L’alegria que passa’ adapta una obra corta de Santiago Rusiñol para convertirla en un espectáculo musical sobre una compañía de circo que se instala fugazmente en un pueblo

Escena de la obra 'L'alegría que passa', en el Teatre Poliorama de Barcelona.DAVID RUANO

Hacía tiempo que no veía un estreno parecido en Barcelona. El último espectáculo de Dagoll Dagom fue recibido con grandes ovaciones por parte de la profesión teatral catalana. Anna Rosa Cisquella ha anunciado que esta será su última creación, y que con la reposición de Mar i cel en 2024 la compañía echará la persiana definitivamente, tras cincuenta años de actividad ininterrumpida. L’alegria que passa adapta una obra corta de Santiago Rusiñol para convertirla en un espectáculo musical, con com...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hacía tiempo que no veía un estreno parecido en Barcelona. El último espectáculo de Dagoll Dagom fue recibido con grandes ovaciones por parte de la profesión teatral catalana. Anna Rosa Cisquella ha anunciado que esta será su última creación, y que con la reposición de Mar i cel en 2024 la compañía echará la persiana definitivamente, tras cincuenta años de actividad ininterrumpida. L’alegria que passa adapta una obra corta de Santiago Rusiñol para convertirla en un espectáculo musical, con composición original de Andreu Gallén y coreografías de Ariadna Peya. Marc Rosich es el responsable del texto y de la dirección de escena, y la dramaturgia está firmada por ocho manos: Cisquella, Gallén, Peya y Rosich.

La obra de Rusiñol trata sobre una compañía de circo que pasa por un pueblo para llenarlo fugazmente de alegría y luego desaparecer para siempre, en una alegoría típicamente modernista que confronta al artista bohemio con la sociedad. Rosich convierte esta compañía en una banda de música muy estereotipada, con su cantante carismática (Mariona Castillo) y su mánager chulito y maltratador (Jordi Coll). Lo mejor de esta función son todos sus intérpretes, que demuestran un excelente nivel cantando y bailando en una propuesta que a ratos puede parecer pensada para un público adolescente. La simpleza de la trama se subraya con una música muy influenciada por el hip hop. Lin-Manuel Miranda ha triunfado con Hamilton porque esa es su tradición, pero aquí el invento funciona a ratos, pese al gran empeño de Eloi Gómez, a quien le toca el rol de narrador/rapeador. Cuando aparece una balada como Ocells de fang (pájaros de barro) la propuesta descansa, también, de las espasmódicas y frenéticas coreografías de Peya.

Las tres actrices desempeñan su papel con grandes resultados: Mariona Castillo interpreta a la “eurodiva” Zaira con convicción, técnica y una excelente voz. Júlia Genís se revela como una actriz completa, dominando tanto las escenas habladas como las cantadas y tocando el piano de maravilla. Pero quien se lleva la función es Àngels Gonyalons, pionera y decana del musical catalán, que aquí interpreta el doble papel de alcalde y clown con todo su talento, inteligencia y dominio escénico. Los mejores momentos de la función están protagonizados por ella. Incluyendo un número (indescriptible) que parece una canción de Chicago pasada por el filtro del sado y el vogue. La Gonyalons está estupenda, y es capaz de todo esto y mucho más.

L’alegria que passa’. Idea de Anna Rosa Cisquella a partir de la obra de Santiago Rusiñol. Teatro Poliorama. Barcelona. Hasta el 14 de mayo.

Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Sobre la firma

Más información

Archivado En