La última mujer viva según David Markson, los secretos de la escritura de Mercè Rodoreda y otros libros de la semana
Los críticos de ‘Babelia’ reseñan esta semana los volúmenes de David Markson, Eva Comas Arnal, Jordi Julià, Jenaro Talens, Gonzalo Celorio y Andrew Forrester
Reacio a la extendida superstición sobre el poder curativo del arte, David Markson describe su influjo perturbador en su novela La amante de Wittgenstein. La protagoniza Kate, que cree ser el último ser vivo sobre el planeta tras un apocalipsis cada vez menos improbable. Y si en similar situación hay quien decidiría pasar sus días en una playa bebiendo una cerveza o viendo series escandinavas en el sofá, ella opta por recorrer museos. “Que el delirio final del ser humano tenga lugar en un museo nos...
Reacio a la extendida superstición sobre el poder curativo del arte, David Markson describe su influjo perturbador en su novela La amante de Wittgenstein. La protagoniza Kate, que cree ser el último ser vivo sobre el planeta tras un apocalipsis cada vez menos improbable. Y si en similar situación hay quien decidiría pasar sus días en una playa bebiendo una cerveza o viendo series escandinavas en el sofá, ella opta por recorrer museos. “Que el delirio final del ser humano tenga lugar en un museo nos ofrece algunas pistas sobre el destino de la cultura en ese almacén de las compasiones que Kate distingue como un mausoleo repleto de pobres diablos”, escribe Iván de la Nuez en su crítica de este libro para Babelia.
Otros dos volúmenes reseñados esta semana tienen a Mercè Rodoreda como protagonista. Y ambos constituyen sendas lecciones de literatura redactadas por dos expertos en la materia, Eva Comas Arnal y Jordi Julià. Mientras la primera describe en Afinar l’estil la importancia de la colaboración de Armand Obiols, el primer lector de la escritora catalana y su primer crítico, en la redacción de La muerte y la primavera; el segundo analiza, en L’Odissea de Mercè Rodoreda, un proyecto inacabado de la autora de La plaza del Diamante en un estado de gestación avanzado: un libro de poemas que debería haberse titulado Món d’Ulisses.
Los críticos de Babelia analizan además esta semana un poemario, unas memorias y otra novela. La mayoría de los poemas que Jenaro Talens entrega en La lentitud de los crepúsculos se adentra en la experiencia amorosa, con afiladas instantáneas en las que lo erótico se entrevera de pensamiento y gratitud, de serenidad y fascinación aunque de cuando en cuando asomen el temor y la sombra. Por su parte, el director de la Academia Mexicana de la Lengua, Gonzalo Celorio, ha coleccionado en Mentideros de la memoria un puñado de relatos sobre sus encuentros con lo más florido de la literatura latinoamericana, entre los que descuella el protagonismo de los escritores del boom. Por último, Siruela rescata los relatos de Andrew Forrester en La primera detective, protagonizados por Miss Gidden, la primera mujer detective del cuerpo de policía británico. Se trata de una perspicaz investigadora que se adelanta en un par de décadas a Sherlock Holmes, el mítico referente de Arthur Conan Doyle que marcó el canon de los detectives victorianos.
'La amante de Wittgenstein, de David Markson
'Afinar l’estil', de Eva Comas Arnal
'L’Odissea de Mercè Rodoreda', de Jordi Julià
'La lentitud de los crepúsculos', de Jenaro Talens
'Mentideros de la memoria', de Gonzalo Celorio
'La primera detective', de Andrew Forrester
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