‘Alfonso el Africano’: farsa y licencia del rey campechano
El cabaret de Chiqui Carabante en el CDN caracteriza a Alfonso XIII como un rey de barraca de feria: chabacano, zangolotino y carente de empatía
Alfonso XIII fue más constante en sus aficiones que en sus afectos. Cazador desde niño, el protagonista de Alfonso el Africano, cabaret satírico dirigido por Chiqui Carabante, llegó a abatir 8.000 piezas en una sola temporada. Practicó la vela, el esquí, el polo, la fotografía y el cine: fue productor, guionista y director de casting de una ristra de películas pornográficas filmadas por los hermanos Ramón y Ricardo de Baños. Sus amantes, tan...
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Alfonso XIII fue más constante en sus aficiones que en sus afectos. Cazador desde niño, el protagonista de Alfonso el Africano, cabaret satírico dirigido por Chiqui Carabante, llegó a abatir 8.000 piezas en una sola temporada. Practicó la vela, el esquí, el polo, la fotografía y el cine: fue productor, guionista y director de casting de una ristra de películas pornográficas filmadas por los hermanos Ramón y Ricardo de Baños. Sus amantes, tan numerosas como los de su abuela Isabel II, no le bastaron para colmar sus fantasías eróticas.
Decía Galdós que Isabel II, reina efectiva al cumplir los 13 años, vivió una infancia perpetua. Su nieto tampoco supo leer su época y tuvo que abandonar España en 1931, temeroso de que pudiera acontecerle lo que al zar Nicolás II. En una carta a Azaña de noviembre de 1923, Valle-Inclán se refirió al rey como “el chulo de palacio”. El autor gallego, que había caricaturizado la figura de Isabel II en su Farsa y licencia de la reina castiza, esperpentizó en La hija del capitán el golpe de Estado que el general Miguel Primo de Rivera acaba de dar con el plácet de Alfonso XIII.
El cabaret de Chiqui Carabante, producido por el Centro Dramático Nacional, no tiene la ambición literaria de las sátiras valleinclanescas mencionadas. Su coautor y director caracteriza al abuelo de Juan Carlos I como un rey de barraca de feria: chabacano, zangolotino y carente de empatía, pero con la campechanía heredada de su tía Isabel de Borbón y Borbón, La Chata. Font García, arrojado intérprete del monarca, tiene la mirada, la nariz y el rostro longilíneo de Ángel Picazo, actor del que se rumoreó siempre que era hijo ilegítimo de Alfonso XIII, al cual se parecía sobremanera.
La primera mitad del espectáculo resulta entretenida, por su ligereza, por lo novedoso de ver un cabaret en el CDN, en un espacio íntimo, circular, y porque los actores Vito Sanz, Font García y Juanfra Juárez, dotado este último de una gracia infatigable, defienden su labor a muerte. En la segunda mitad, sus autores gastan pólvora en salvas, pues no acaban de definir convenientemente lo que quieren contar: la novedad se agota, los chistes flojean, a la caricatura le faltan objetivo y mordiente, y las situaciones se vuelven reiterativas.
‘Alfonso el Africano’. Autores: Chiqui Carabante, Font García, Vito Sanz, Juan Vinuesa. Dirección: Chiqui Carabante. Teatro María Guerrero Madrid. Hasta el 27 de diciembre.
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