Manuel Rico: “Le daría el Premio Cervantes a Rafael Cadenas, sin duda”
Presidente de la Asociación de Escritores, que informa y asesora a los autores de todo el país y en cualquier lengua, es poeta, narrador y crítico literario. Acaba de publicar ‘El raro vicio de escribir la vida’ (Huso), un libro de prosas sobre sus experiencias entre 2007 y 2014
¿Qué le hizo querer ser escritor?
De niño veía cómo el tiempo barría los momentos de felicidad, envejecía a nuestros seres queridos. Después vi que con la literatura podía salvarlos, darles nueva vida frente a la muerte. Me puse a ello.
¿Y presidente de la Asociación de Escritores?
La conciencia de que la escritura ha de ser una profesión, y las grandes amenazas que afectan a los autores en la era digital. Por supuesto, también el empujón de algunos amigos.
¿Le deja tiempo para escribir?
Muy poco. A veces pienso en las páginas y poemas qu...
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¿Qué le hizo querer ser escritor?
De niño veía cómo el tiempo barría los momentos de felicidad, envejecía a nuestros seres queridos. Después vi que con la literatura podía salvarlos, darles nueva vida frente a la muerte. Me puse a ello.
¿Y presidente de la Asociación de Escritores?
La conciencia de que la escritura ha de ser una profesión, y las grandes amenazas que afectan a los autores en la era digital. Por supuesto, también el empujón de algunos amigos.
¿Le deja tiempo para escribir?
Muy poco. A veces pienso en las páginas y poemas que, desde 2015, he dejado de escribir…
Si la Asociación fuese una novela clásica, ¿cuál sería?
La colmena, de Camilo José Cela. Con algún toque de Romanticismo, de Longares.
¿Cuál es la mayor necesidad actual (en una frase) de los-as escritores-as españoles-as?
Combinar su individualismo con la organización gremial para garantizar la transparencia en el proceso de venta de sus libros y los derechos de autor en Internet, algo a lo que se resisten las grandes plataformas digitales.
¿Por qué escribir es un vicio y por qué es raro?
En el medio en que yo vivía en la infancia, el chaval que escribía era un “raro” e incomprendido. Tenía un “vicio” a ocultar. Entonces, empecé a escribir de la vida. Y ahí sigo: un raro vicio inesquivable.
¿Qué ha aprendido durante la pandemia?
Que lo imprevisible puede ser una realidad pavorosa, el casi inverosímil argumento de una novela de terror.
¿Qué libro ajeno le habría gustado escribir?
La piel del lobo, del austriaco Hans Lebert. En él están todos los fantasmas que nos rodean en el nuevo siglo.
¿Qué aprende un poeta escribiendo novelas?
Que a veces un poema es la semilla, el núcleo originario de una narración que acaba desplegándose en cientos de folios.
¿Y viceversa?
Las virtudes de la contención. El lenguaje poético ofrece zonas de la realidad que a veces la novela solo descubre a medias.
Usted es, además, crítico, ¿eso no es ser juez y parte?
Ni juez ni parte: conocer, por vivirlo, el proceso de construcción de un poema es un valor añadido para juzgar la poesía ajena. Eliot o Cernuda, poetas, fueron grandes críticos.
¿Cuál ha sido el último libro que le ha gustado?
M. El hijo del siglo, de Antonio Scurati.
¿Y uno que no pudo terminar?
¿Recientemente? Pido disculpas: Berta Isla, de Marías.
De no ser escritor le habría gustado ser…
No lo sé. Quizá arquitecto.
¿Cuál es la película que más veces ha visto?
Creo que Muerte de un ciclista, de Bardem.
Si tuviese que usar una canción o una pieza musical como autorretrato, ¿cuál sería?
De Joaquín Carbonell, una joya casi desconocida. Dónde estabas tú.
¿Qué suceso histórico admira más?
No sé si admirar es la palabra… En todo caso, me conmocionó favorablemente la caída del Muro de Berlín.
¿A quién le daría el próximo premio Cervantes?
Creo que este año le toca a América Latina: a Rafael Cadenas, sin duda.
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