Martín López-Vega: “Un mal poema puede provocar una intoxicación”
Tras reunir toda su poesía en ‘El uso del radar en mar abierto’ (La Bella Varsovia), el autor asturiano, de 46 años, publica ‘Egipcíaco’ (Visor), un libro sabio y cosmopolita
¿Qué libro le hizo querer ser poeta?
Alguno de la serie Senda de lecturas de la EGB, quizás el que tenía a Pandora en la portada. Ahí estaba el poema que lo empezó todo: “Anoche cuando dormía / soñé ¡bendita ilusión!”… de Machado (Machado solo hay uno).
¿Y traductor?
Segunda mano, de Víctor Botas.
En la contracubierta de Egipcíaco ...
¿Qué libro le hizo querer ser poeta?
Alguno de la serie Senda de lecturas de la EGB, quizás el que tenía a Pandora en la portada. Ahí estaba el poema que lo empezó todo: “Anoche cuando dormía / soñé ¡bendita ilusión!”… de Machado (Machado solo hay uno).
¿Y traductor?
Segunda mano, de Víctor Botas.
En la contracubierta de Egipcíaco hay dos palabras rotundas: “crisis vital”, ¿la poesía sirve para salir de algo así?
Solo la poesía sirve para algo así. La poesía hace con la vida lo que las ostras con el agua: la purifica (aunque un mal poema, como una mala ostra, puede provocar una intoxicación).
Díganos los versos que mejor resumen el espíritu del libro.
“Volvería a no ser feliz, / porque ser feliz no importa”. Lo que importa es vivir en el precipicio de la verdad y la belleza.
¿Qué poema ajeno le habría gustado escribir?
Tabacaria, de Álvaro de Campos.
¿Qué aprende un poeta traduciendo?
Todo. Traducir un poema es escribir un poema, pero no uno propio, sino uno de los buenos. ¡Algo se pegará!
¿Cuál ha sido el último libro que le ha gustado?
Sumergirse en el naufragio, de Adrienne Rich, en la traducción espléndida de Patricia Gonzalo de Jesús.
¿Y uno que no pudo terminar?
Soy más de no empezar según qué cosas que de dejarlas a medias.
De no ser escritor le habría gustado ser…
Músico, que era mi verdadera vocación. Pero no se dieron las circunstancias.
Díganos un adjetivo para cada una de estas ciudades en las que ha vivido: Oviedo, Braga, Madrid, Roma, Iowa City.
Oviedo: cazurra. Braga: sesteante. Madrid: Atlántida. Roma: dadivosa. Iowa City: leída.
Y una virtud necesaria para estos oficios suyos: periodista, librero, editor, crítico, profesor, gestor cultural…
Periodista: agilidad. Librero: olfato. Editor: curiosidad. Crítico: independencia. Profesor: generosidad. Gestor: rigor. Cualquiera vale para todas ellas y además, como toda buena virtud, todas están a punto de ser defectos.
¿Cuál es la película que más veces ha visto?
El club de los poetas muertos.
Si tuviese que usar una canción como autorretrato, ¿cuál sería?
Soy un corazón tendido al sol, de Víctor Manuel; Nomadi, de Juri Camisasca cantada por Battiato, o These days, de Jackson Browne en la voz de Nico, pero lo que más canturreo es Terezinha, de Jorge Ben.
¿Qué suceso histórico admira más?
Nunca me ha dado por admirar sucesos históricos: me falta fe. Pero llegar a la Luna moló mucho. Fue una acción surrealista.
¿A quién le daría premio Nobel?
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