Alba Sotorra: “Donde más reconocida me siento es en Reus”
La directora catalana recorre en el documental ‘El retorno: la vida después del ISIS’ las vidas de mujeres occidentales que combatieron con el Estado Islámico y que, arrepentidas, piden una segunda oportunidad
La directora Alba Sotorra (Reus, 41 años) ha presentado esta semana su nuevo documental, El retorno: la vida después del ISIS, en el festival DocsBarcelona, después de estrenarlo en un certamen tan prestigioso como South by Southwest. Tras dos películas sobre la guerra en Oriente Medio, Game Over y Comandante Arian, Sotorra recorre las vidas de m...
La directora Alba Sotorra (Reus, 41 años) ha presentado esta semana su nuevo documental, El retorno: la vida después del ISIS, en el festival DocsBarcelona, después de estrenarlo en un certamen tan prestigioso como South by Southwest. Tras dos películas sobre la guerra en Oriente Medio, Game Over y Comandante Arian, Sotorra recorre las vidas de mujeres occidentales que combatieron con el Estado Islámico y que, sintiéndose manipuladas por la propaganda terrorista, piden una segunda oportunidad.
Dice que llegó al campo “cargada de prejuicios”. ¿Cómo los superó?
Pensaba que no tenía absolutamente nada en común con ellas. Los superé viendo la actitud de empatía de mis compañeras kurdas, siendo capaces de escuchar sus historias de mujer a mujer.
¿Cómo logró tener acceso al campo de Al-Roj, al que ningún director había entrado antes?
Gracias a la estrecha relación que había tejido con el movimiento kurdo a lo largo de la producción de mi última película, Comandante Arian, una historia de mujeres, guerra y libertad.
¿Qué distingue a una mujer terrorista de un hombre?
Sus motivaciones.
¿Qué tienen en común Shamima, Hoda, Hafida, Kimberly y el resto de sus protagonistas?
Todas quieren volver a casa, pero sus países de origen las rechazan.
¿Por qué busca tan lejos los temas de sus documentales? ¿Se siente más cómoda lejos de casa que cerca?
Vivir otras realidades me ayuda a entender más la propia.
¿Se siente más reconocida fuera de España que dentro?
No. Donde más reconocida me siento es en Reus [Tarragona], mi ciudad natal.
¿Se vería haciendo ficción?
Tengo muchas ganas de dirigir una película de terror que rompa los roles de género, que los subvierta.
¿Qué película ha visto más veces en su vida?
Werckmeister Harmonies de Béla Tarr.
¿En qué película se quedaría a vivir?
En Dersu Uzala, de Akira Kurosawa.
¿Qué tipo de cine aborrece?
Mi pareja y yo tenemos gustos muy distintos. Cada día vemos una película: un día elige él y el siguiente, yo. Incluso en aquel cine que pensaba que jamás vería he encontrado algo que me ha interesado.
¿Su libro favorito de todos los tiempos?
Ahora mismo, me viene a la cabeza Una habitación propia, de Virginia Woolf.
¿Qué libro tiene ahora en su mesilla de noche?
La mort i la primavera, de Mercè Rodoreda.
¿Qué canción o tema musical elegiría como autorretrato?
Cualquier canción de Djuna Lund.
¿Cuál fue la última exposición que le gustó?
La última de Francesca Llopis, en la Llibreria Calders (Barcelona), titulada Infiltrada.
¿Quién en su fotógrafo o fotógrafa favorito?
Francesca Woodman.
¿Qué encargo no aceptaría jamás?
Algo que fuera contra mis valores éticos y políticos, que me obligara a actuar en desacuerdo a como yo pienso y siento.
¿A quién le daría el Premio Nacional de Cinematografía?
¡A muchas! Si tuviera que elegir una, se lo daría a una gran documentalista y amiga, que se está embarcando en su primera ficción: Carla Subirana.
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