Héroes o nada
Iván Morales escribe y dirige Heroïnes o res con cuatro actores entre los que brilla Bruno Bergonzini
El pasado verano, Iván Morales empezaba a escribir y ensayar con su nuevo grupo. Me dijo: “Se cuenta en dos líneas. Chicos y chicas deciden ocupar un teatro para poder hacer una obra , con historias reales, historias llenas de sueños, canciones…”. Aquella tarde me habló mucho de teatro, de su primer guion (Mi dulce), de sus obras recién montadas (Desayuna conmigo, que será su primera película) o en el bolsillo, pero pidiéndome que algunas no las hiciera públicas (como la nueva versión...
El pasado verano, Iván Morales empezaba a escribir y ensayar con su nuevo grupo. Me dijo: “Se cuenta en dos líneas. Chicos y chicas deciden ocupar un teatro para poder hacer una obra , con historias reales, historias llenas de sueños, canciones…”. Aquella tarde me habló mucho de teatro, de su primer guion (Mi dulce), de sus obras recién montadas (Desayuna conmigo, que será su primera película) o en el bolsillo, pero pidiéndome que algunas no las hiciera públicas (como la nueva versión de La cabra, de Albee, con Emma Vilarasau y Jordi Bosch, que acabaría tardando en llegar por la pandemia). Su memoria saltaba delante y detrás (algunos títulos eran Jo mai, Cleopatra, Sé de un lugar) y su banda crecía. Me contó que hizo cuarenta y pico pruebas a partir de 300 castings. “Quise que la mayoría fuera no blanca. Buscaba gente muy cabreada y a la vez con un corazón muy grande”. Otro día me anticipó: “Que cada uno interprete a su propio personaje, pero también sea otro. Y a otros. Y tenga algo de cómic y algo muy tierno”, dijo Iván.
Morales ha dirigido Heroïnes o res en la sala Tallers del TNC con un gran compañero, David Climent. “No el único. Hay otra felicidad: la de ver a Bruno actuando de nuevo”, dice. Bruno es Bruno Bergonzini. “Amigo desde la infancia, y sigue siéndolo”. Una noche, a los 23 años, Bergonzini chocó y se destrozó. Un año en cama. Le diagnosticaron esclerosis múltiple. Aunque volvió al escenario. Con mucha dificultad, pero volvió. Me cuenta también: “Los protagonistas son un chico trans que viene del rap. Es uno de los personajes de Bruno, que se llama Dídac y juega a Cyrano. Pero su último trabajo antes del accidente era el de un payaso caníbal”.
Interrumpo a Iván para decirle: “Lástima que no haya más escenas de Cyrano (o más Cyranos), porque se lo hace suyo. Coge fragmentos de Rostand y lo reinventa”, aventuro. Responde Iván: “Sus compañeros le echan muchas ganas, mucho cuerpo. Van creciendo noche a noche. Y más hubieran crecido con más escenario”. Hay una chica mulata que deslumbró a todos con un monólogo desbordado. Un chico africano-barcelonés, del Camerún. Iván: “Quería hablar de gente que no se siente representada, no vista, invisible. Que es lo que quiero que sientan los que vengan, pero al revés. Me explico: que sientan que en un teatro nacional pueden ver en escena realidades paralelas a las suyas. Yo creo que es necesario hacer un esfuerzo para tener más diversidad con todas las dificultades. Gente joven que arriba o abajo se sientan identificados”. Iván, otra tarde, saliendo del ensayo: “Desde el principio, Heroïnes o res, que no se llamaba así, era un encargo y el objetivo del TNC era para gente joven. Lo que vengo a deciros es que el TNC también es vuestro. No solo de lo que llaman la gente importante. Porque ves que se están agotando entradas sin proponértelo, pero también les demuestras que no es una quijotada”.
Ves al grupo y tienen para ti un aire de anarquistas rusos. Héroes o nada también resuena. Ves niños crecidos o al revés: jugando con tiburones de plásico. Tiburones y delfines tampoco sería mal título; parece que hablan y jueguen. O ahí está la escena en que juegan a padres y madres. La escena que no se olvida.
Es complicado presentar al reparto: pocos intérpretes que se multiplican. Bruno Bergonzini, como dijimos al principio, es Dídac. Y Cyrano. A mí me recuerda a Dylan. Emma Clarke es Martha. Pau Escobar es Guiu. Tai Fati es Joanna. Àrid Soldevila es Joanna y “debuta absolutamente. Ahora tiene una banda de rock”, me dice Iván.
Iván y yo hablamos de lo que funcionaba nada más pisar la escena. Creo (basta escucharle y mirarle y ver cómo se mueve, aunque le cueste) que Bruno arrasa: no hace falta decir más. Hay otros y otras a quienes les falta tiempo y técnica, y digo esto con todo el respeto, porque tienen momentos y pasajes muy intensos. Enflaquecen en otros, e Iván, que les adora, dice: “Ya pillarán la técnica, porque avanzan cada día. Flipas viendo eso”. Los cuatro tienen, a ratos, lenguaje afilado, agresivo, ardiente, aunque ―ojo― corren el riesgo de momentos repetitivos. Más arriba se inflan los ecos de Los justos de Camus, aunque no sé de quién es esta brillante frase: “Si no subvertimos el verb, no subvertiremos el espíritu”. Y este diálogo entre Joana y Guiu: “¿Cómo muere Cyrano de Bergerac?”. Joana: “Muere invicto”. Guiu: “Pero muere de viejo después de haber tenido una vida plena, intensa”.
Heroïnes o res. Texto: Iván Morales. Dirección: Iván Morales y David Climent. Teatre Nacional de Catalunya. Barcelona. Hasta el dos de mayo.
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