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Una realidad no imaginada: los libros ‘trans’ que irrumpen en las librerías

El tenso debate social sobre los derechos de la población transgénero también ha dado lugar a abundantes novedades en ensayo y ficción. Estas son las más destacadas

Manifestación del 9 de marzo en defensa de la nueva ley trans, frente al Congreso de los Diputados en Madrid.Rodrigo Jiménez (EFE)

La guerra que algunos colectivos feministas declararon hace unos tres años a las personas trans se puede entender como una pelea por el corazón del feminismo: o es igualdad o es igualdad con justicia social. También se puede ver como una pugna entre la burguesía y quienes viven en sus márgenes. O entre la lógica digital y el mundo físico. O entre un sujeto político definido y otro indefinido. O entre lo apropiado y lo inapropiable. La reciente proliferación de ensayos sobre este conflicto ofrece una abundancia de inte...

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La guerra que algunos colectivos feministas declararon hace unos tres años a las personas trans se puede entender como una pelea por el corazón del feminismo: o es igualdad o es igualdad con justicia social. También se puede ver como una pugna entre la burguesía y quienes viven en sus márgenes. O entre la lógica digital y el mundo físico. O entre un sujeto político definido y otro indefinido. O entre lo apropiado y lo inapropiable. La reciente proliferación de ensayos sobre este conflicto ofrece una abundancia de interpretaciones de todo tamaño y profundidad. Y este subgénero es solo parte del total de nuevos títulos de autores trans que, visto en conjunto, conforma un completo y fascinante mapa sobre eso que la artista María Galindo describe en Transfeminismo o barbarie (Kaótica Libros) como “tótem de libertad que provoca envidia y veneración, o miedo y rechazo, miedo a la libertad que representa y rechazo a la grieta identitaria que abre”. Es decir, la vida fuera de la norma. La vida trans.

La escritora Elizabeth Duval.

De esa grieta identitaria se ocupa bastante Después de lo trans (La Caja Books), de la escritora Elizabeth Duval, estudiante de Filosofía y Letras en la Sorbona. A lo largo de ocho ensayos, Duval explora la grieta no solo entre lo trans y lo normativo, sino entre ella misma y el colectivo trans y, también, la que existe dentro de su propia identidad trans. Cita las conclusiones y proclamas clásicas de Paul B. Preciado o Sara Ahmed —que en Fenomenología queer (Bellaterra) augura que el género acabará siendo una lengua muerta—, pero las critica por falta de pragmatismo y pide ir más allá. Se pregunta si puede ser algo más que una persona trans, y, de ser así, ¿es lícito serlo cuando la amenaza que se cierne sobre su colectivo exige la mayor unión posible?

Duval es el nombre más mediático entre los ensayistas que llevan años despuntando en España, como el sociólogo Miquel Missé (A la conquista del cuerpo equivocado, Egales) o el profesor de Estudios de Género de la Universidad de Columbia Jack Halberstam (Criaturas salvajes es su segundo libro, también en Egales). El psicólogo y activista Lucas Platero está presente en dos importantes antologías. La citada Transfeminismo o barbarie disecciona, a lo largo de 15 finos ensayos, la nueva ola de transfobia alimentada por el feminismo esencialista (o transexcluyente, o TERF, como lo llama el resto de las feministas para diferenciarse de él). Ningún país de los que tienen aprobada una ley de derechos transexuales, argumenta el libro, se está planteando revertirlas. No suponen un peligro. Unos capítulos más adelante se nos recuerda la excepción: Hungría dio un paso atrás en mayo de 2020 y hoy en sus registros civiles solo puede reflejarse el sexo de nacimiento. La amenaza que para el colectivo supone esta oleada es real.

El psicólogo, activista y escritor Lucas Platero.

Platero ha coordinado también (h)amor6 trans (Continta me Tienes), un libro de 13 textos menos políticos, más personales e íntimos; tanto, que algunos rozan la narrativa, un género también al alza impulsado por dos grandes éxitos de crítica provenientes de América Latina. Uno es Las malas (Tusquets), de la argentina Camila Sosa Villada, un cuento casi lírico sobre la maternidad de unas prostitutas travestis que encuentran a un bebé abandonado; el otro, Las biuty queens (Alfaguara), del chileno Iván Monalisa Ojeda, una serie de relatos biográficos sobre la prostitución y la drogadicción en Manhattan. De firmas españolas, está al caer la antología De nombre y hueso. Relatos oscuros trans (Egales), y el libro de relatos Pronto seré oro y carmín (Dos Bigotes), de Vanina Bruc. Valeria Vegas, pionera a la hora de contar historias trans en España y conocida por la biografía de La Veneno que dio título a la serie de reciente estreno, publicó hace poco Libérate (Dos Bigotes), un compendio de vidas LGTBQI clave en España. Nos recuerda que la primera boda trans de España, la de Walkiria Montini y Mercedes Estrada el 15 de diciembre de 1989, no se hizo por amor sino en busca de amparo legal: la brasileña Walkiria, registrada como hombre, huía de la deportación.

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Luego está P. Mi adolescencia trans (Continta me Tienes). En ella, Josephine Yole Signorelli, alias FumettiBrutti, recuerda en formato cómic sus años de instituto como persona de género fluido. Ocurre en Catania (Sicilia) en los dos mil, aunque el sufrimiento de P. es más bien francés: parece vivir en el infierno de Sartre, un lugar sin espejos donde la única forma de verse a uno mismo es a través de la mirada de los demás. En el caso de P., salta aterrada de una mirada a otra, o sea, de una definición a otra: ninguna le representa del todo y por tanto todas duelen. Le ven como chico, como chica, como puta, como estudiante, como maricón, como drogadicta, como bicho raro, como monstruo. Ella no es ninguna de esas cosas. No sabe qué es, pero sabe que eso no. “Me gustaría no emitir ningún sonido o vibración”, se explica a sí misma en un momento de inusual claridad (manteniendo relaciones sexuales con un desconocido, la forma en la que P. parece buscarle sentido a su propio cuerpo). En un momento dado, su hermana pequeña le tiende un puente de forma accidental. Medio dormida —P. la ha despertado al volver de uno de sus encuentros sexuales— , le explica: “He soñado que eras una chica. Mantenías el corte a tazón. Me decías que me quedase tranquila”.

El libro se cuida de otorgarle poderes mágicos a momentos así. Si P. fuera solo una chica, su viaje terminaría con su primer tratamiento hormonal. Pero la historia ni empieza ni acaba ahí: es el proceso largo y arduo, contradictorio y lleno de pasos en falso, de permitirse existir en una realidad no imaginada antes. “El recorrido medicalizado tiende a normalizar los cuerpos”, le alerta su médico. “¿Y si lo dejáramos y aceptáramos las diferencias? ¿Tanto miedo da la diversidad?”.

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