Combate de sordos

Cualquier prejuicio políticamente correcto o incorrecto que uno pueda tener sobre lo que significa ser sordo queda demolido en esta función. Tribus, obra de la británica Nina Raine, de quien ya pudimos ver en Madrid su excelente Consentimiento, aborda el asunto sin buenismos ni sensiblerías, poniendo en conflicto a sus personajes, que más bien deberíamos llamar combatientes: oyentes contra sordos y viceversa...

Cualquier prejuicio políticamente correcto o incorrecto que uno pueda tener sobre lo que significa ser sordo queda demolido en esta función. Tribus, obra de la británica Nina Raine, de quien ya pudimos ver en Madrid su excelente Consentimiento, aborda el asunto sin buenismos ni sensiblerías, poniendo en conflicto a sus personajes, que más bien deberíamos llamar combatientes: oyentes contra sordos y viceversa, pero también sordos contra sordos y oyentes contra oyentes. Porque en realidad esto no va de la sordera física, sino de la mental. De la falta de escucha. Del ruido deliberado.

Ese es el tipo de ruido que impera en la casa de la familia protagonista de la obra. Hablan todo el tiempo, discuten y se insultan sin contemplaciones, pero no se escuchan. Un matrimonio de intelectuales, tres hijos en crisis. El mayor ha vuelto a casa tras un fracaso amoroso. La única chica, cantante de ópera, no logra independizarse. Y el pequeño, sordo de nacimiento, nunca ha aprendido la lengua de signos porque sus padres no quisieron que viviera como un sordo, sino como un oyente. Le enseñaron únicamente a leer los labios para que no se viera limitado a relacionarse solo con el “gueto de la comunidad de sordos” y parece que él está conforme con esa decisión, pero su perspectiva cambia cuando se enamora de una mujer que se ha criado en ese mundo. ¿A qué tribu quiere pertenecer él? ¿Su familia, los oyentes, los sordos? ¿Es de verdad necesario pertenecer a una tribu? A partir de ahí se desencadenan múltiples e inesperados conflictos.

Julián Fuentes Reta, director que maneja con destreza los dramas familiares como ya vimos en Cuando deje de llover y Las cosas que sé que son verdad, hace en esta producción del Centro Dramático Nacional un trabajo impecable y saca lo mejor de sus actores. Juega con el ruido y el silencio para potenciar poéticamente el texto. La escena en la que el hijo pequeño presenta a su novia a la familia es de infarto. Y es un acierto que decidiera incluir a actores sordos en el reparto. Emocionantes los dos: Marcos Pereira y Ángela Ibáñez.

Tribus. Texto: Nina Raine. Dirección: Julián Fuentes Reta. Teatro Valle-Inclán. Madrid. Hasta el 27 de diciembre.