Milei se ilusiona con tener un gobierno afín en Chile
Las políticas conservadoras y de mano dura del presidente argentino se expanden por el continente
“La libertad de América Avanza”, celebró el presidente argentino, Javier Milei, a través de las redes sociales tras la primera vuelta de las elecciones chilenas. El mensaje de Milei mostraba su respaldo al candidato chileno ultraconservador Antonio Kast de cara a la votación definitiva, que se celebrará este domingo entre Kast y la comunista Jeannette Jara. El líder del Partido Republicano conversó con Milei y expresó su coincidencia “en las enormes oportunidades que tiene América Latina y la relación entre Chile y Argentina hacia un futuro con más libertad, seguridad y progreso económico”. De resultar electo presidente, Milei ganaría un importante aliado en la región.
Cuando el líder de La Libertad Avanza llegó a la presidencia, a fines de 2023, era el único mandatario conservador al frente de una de las siete grandes economías de América: Estados Unidos, Canadá, México, Brasil, Argentina, Colombia y Chile. La victoria de Donald Trump intensificó la relación entre ambos países gracias a la afinidad ideológica de sus mandatarios. El pasado octubre, Trump fue un paso más allá y rescató a Milei de la tormenta financiera desatada en vísperas de las elecciones legislativas de medio término. Un triunfo de Kast estaría lejos de jugar un rol tan significativo, pero supondría un giro simbólico para Milei en el país con el que Argentina comparte más de 5.000 kilómetros de frontera, la más larga de Sudamérica.
La relación con Boric durante la primera mitad del mandato de Milei ha sido fría y plagada de cortocircuitos. Todavía en campaña, el candidato ultra llamó al presidente chileno “empobrecedor” y su ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó meses después que Boric es “un comunista que está por hundir” a Chile. El mandatario chileno no dejó pasar el apoyo de Milei a este comentario: cuando ambos se encontraron en la asunción de Rodrigo Paz como presidente de Bolivia se limitó a extender su mano para estrechar la de Milei, sin levantarse de la silla.
Por el contrario, Milei y Kast tienen una relación fluida que comenzó en 2022, cuando coincidieron en la Conferencia Política de Acción Conservadora en São Paulo. Durante la campaña electoral, el candidato ultraconservador chileno expresó que “Milei es una inspiración y un modelo a seguir para sacar a Chile del estancamiento”.
Los gestos mutuos aumentarían de coincidir en el poder. Varias de de las medidas económicas de Milei toman como modelo a Chile, como la reforma educativa y la introducción de capitales privados en la construcción y gestión de carreteras nacionales.
Cooperación en seguridad
De encontrar un Gobierno más afín, es probable que se dé “en una búsqueda discursiva de mayor integración”, opina el politólogo Juan Negri. En la práctica, cualquier proceso de ese tipo es más incierto y más lento, aunque sí es fácil imaginar un aumento de la cooperación en áreas prioritarias de interés mutuo, como la seguridad. Tanto Kast como Milei son partidarios de la mano dura contra la delincuencia, en agilizar las deportaciones de criminales y reforzar las fronteras para evitar su entrada. También, puertas adentro, en mayor colaboración contra los reclamos de tierras hechos por indígenas en el sur de ambos países.
“La derecha latinoamericana que está triunfando en las últimas elecciones gana por razones internas, no tanto porque exista un movimiento estructurado a nivel regional” opina Negri.
Cree que entre Nayib Bukele, Milei y Kast no hay un proyecto de construcción regional ni de identidad latinoamericana como sí existió a principios de siglo por parte de líderes de centroizquierda como Luiz Inácio Lula da Silva, Néstor Kirchner y Hugo Chávez. “Pueden tener en común una afinidad con Trump, pero miran más a Estados Unidos que a la región”, opina el director de las carreras de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato di Tella.
Para Milei, el principal efecto de una victoria de Kast sería propagandístico. Reforzaría el mensaje de que sus ideas se expanden por el continente y podría tener un efecto contagio el año que viene, cuando se celebran elecciones presidenciales en Colombia y Perú.
Kast viajó a El Salvador a ver el modelo Bukele de cerca y algo parecido hizo la exministra de Seguridad argentina Patricia Bullrich. Además, existe una creciente colaboración en campañas electorales, en especial en estrategias digitales. Si los nuevos presidentes tienen éxito, es probable que aparezcan candidatos en nuevos países que, por efecto imitación, se suban a la ola de las nuevas derechas latinoamericanas.