La disputa dentro del Gobierno de Milei prolonga la designación de un embajador en España
El Ejecutivo ultra había anunciado en diciembre un nuevo responsable de la Embajada en Madrid, pero finalmente fue descartado. Algunos sectores pretenden designar a un empresario, otros a un diplomático de carrera
La embajada argentina en España se mantiene vacante por las diferencias internas en el Gobierno de Javier Milei. Después del desplazamiento del diplomático Roberto Bosch, en diciembre pasado, el Ejecutivo había anunciado que el cargo sería ocupado por el excónsul en Barcelona Alejandro Alonso Sainz. Pero el nombramiento nunca se concretó y finalmente fue descartado. Ahora distintos sectores de la Administración ultraderechista pujan por definir al futuro embajador. La situación tiene como trasfondo las reformas que la Cancillería está intentando instrumentar para reducir gastos y para alinear a los representantes diplomáticos de Argentina con los intereses de Milei.
Tras asumir hace poco más de un año, el Gobierno argentino había nombrado a Bosch como embajador en España. Pero en pocos meses el funcionario quedó en mala posición, en medio de los sucesivos conflictos entre Milei y el presidente español, Pedro Sánchez. El enfrentamiento entre los mandatarios escaló en mayo pasado, cuando el argentino participó en Madrid de un mitin de Vox, arremetió contra Sánchez y tildó de “corrupta” a su esposa, Begoña Gómez. Aquel escándalo derivó en el retiro de la embajadora española en Argentina, María Jesús Alonso, una crisis que recién comenzó a zanjarse a fines de 2024, con la llegada a Buenos Aires del nuevo representante de España, Joaquín María de Arístegui Laborde.
La salida de Bosch de la embajada en Madrid, por su parte, se precipitó con el cambio de canciller decidido por Milei: Gerardo Werthein llegó al Ministerio de Relaciones Exteriores con el mandato presidencial de realizar una purga de los diplomáticos “impulsores de agendas enemigas de la libertad”. En noviembre se confirmó la pronta partida de Bosch y el 18 de diciembre la Cancillería anunció que Alonso Sainz lo reemplazaría “en las próximas semanas”. Pero esa semana nunca llegó, ni llegará.
Dentro de la cartera dirigida por Werthein surgieron cuestionamientos a Alonso Sainz por presuntas denuncias y conflictos durante su gestión de ocho años en el consulado argentino con jurisdicción sobre Cataluña, Valencia, Alicante, Aragón, Andorra, Castellón, Huesca y Zaragoza. El propio diplomático terminó declinando la posibilidad de asumir en una carta en la que alegó razones personales.
Mientras la embajada argentina en Madrid prolonga su acefalía, dentro del Gobierno ultra pujan los sectores que pretenden designar a un diplomático de carrera con los que impulsan a un empresario. En busca de propiciar negocios, Werthein viene inclinándose por la segunda opción a la hora de nombrar funcionarios. La cuestión, aseguran en Casa Rosada, debería dirimirse este mes.
No es la única cuestión por resolver. Como parte del ajuste de gastos, la Cancillería promueve un proceso de unificación de la representación del país allí donde opere más de una institución y también acelera la jubilación de los diplomáticos en edad de retirarse (70 años). De hecho, este miércoles se publicó un decreto firmado por Milei y Werthein en el que se dispone el cese del embajador en Uruguay, Roberto García Moritán, designado hace menos de un año, en febrero de 2024. En las últimas semanas ya se había decretado el regreso al país de los embajadores en Bélgica, Sudáfrica y Mozambique.
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