La eliminación de ministerios impuesta por Milei colapsa la ayuda social en Argentina
La oposición carga contra la titular del ministerio de Capital Humano, Sandra Pettovello, a cargo de las antiguas carteras de Desarrollo Social, Trabajo, Educación y Cultura, además del sistema de pensiones
El megaministerio de Capital Humano se ha convertido en un dolor de cabeza para el Gobierno de Javier Milei. El presidente argentino fusionó en esa cartera cuatro ministerios del anterior Gobierno —Educación, Trabajo, Desarrollo Social y Cultura— y le agregó la Administración nacional de la seguridad social (Anses). Designó al frente de ese gigante a una persona que carecía de experiencia previa en la gestión pública: la periodista Sandra Pettovello, de 55 años. Pasados seis meses, el ministerio se tambalea golpeado por escándalos, una docena de dimisiones de altos cargos y críticas cada vez más duras contra su titular. Pero Pettovello mantiene por ahora el único apoyo que necesita, el de Milei. “Es la mejor ministra de la historia”, la defendió el mandatario ultraderechista este martes. “No la voy a entregar”, había advertido un día antes, en respuesta a los pedidos de renuncia que llegan desde la oposición.
El ejército comenzó a repartir de apuro parte de los más de cinco millones de kilos de alimentos que estaban almacenados en dos depósitos oficiales. El Gobierno, que se había negado en un primer momento a distribuirlos bajo el argumento de que los reservaba para “emergencias”, cedió ante la evidencia de que muchos de ellos estaban por vencer. Pettovello echó entonces al secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Pablo de la Torre, y lo denunció ante la Justicia. Lo acusa de no haber avisado de las fechas de caducidad y, también, de supuesta falta de transparencia en contrataciones de empleados a través de un organismo internacional.
Milei y Pettovello mantienen una guerra abierta contra los movimientos sociales que gestionan gran parte de los comedores gratuitos que durante años fueron provistos de alimentos por el Estado. Los acusa de haber montado “un sistema de esclavitud moderno” y de extorsionar a los pobres a cambio de ayuda. A su vez, los colectivos sociales dicen que el Gobierno deja vencer alimentos en un contexto crítico, cuando más de cinco millones de argentinos pasan hambre. La tensión entre las partes terminó este martes a los gritos en los tribunales.
En busca de canales alternativos de distribución, el Gobierno ultraderechista se asoció con el controvertido médico Abel Albino y a su ONG, la Fundación Conin, para coordinar el reparto entre la población más vulnerable de unos 450.000 kilos de leche en polvo almacenados en los depósitos estatales. Albino es recordado por sus declaraciones contra el aborto y la educación sexual durante el debate legislativo por la ley de interrupción voluntaria del embarazo. “El profiláctico no protege de nada. ¡El virus del sida atraviesa la porcelana”, según dijo el pediatra, aunque se trata de una afirmación falsa.
El Ejecutivo no ha informado cómo repartirá ese bien básico a las comunidades más alejadas de Buenos Aires. Aunque cerca de un tercio de la población argentina vive entre la capital y su área metropolitana, en el norte se concentran enormes bolsones de pobreza. Según los últimos datos oficiales, a finales de 2023 en las áreas urbanas de la provincia de Chaco, el 65% de la población era pobre, mientras que en las de Santiago del Estero era del 53%, valores muy por arriba del promedio nacional (42%). En Resistencia, la capital chaqueña, aparece registrada una única sede de la Fundación Conin. Políticos provinciales opositores dudan de que la ONG tenga capacidad logística para hacer llegar las partidas a tiempo hasta su territorio y lamentan que no les hayan pedido ayuda para la distribución.
“Inmanejable”
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner es una de las voces opositoras más críticas. “En lugar de echarle la culpa a los kirchneristas, revise sus ideas y decisiones acerca de crear un megaministerio inmanejable y confiárselo a una persona sin experiencia de gestión en las múltiples disciplinas que abarca”, lanzó Kirchner a Milei a través de las redes sociales. Legisladores opositores han intentado ―por ahora sin éxito― que la ministra Pettovello comparezca ante el Congreso para dar explicaciones por su gestión.
El escándalo de los alimentos es el más grave que ha golpeado hasta ahora al Ministerio de Capital Humano, pero no el único. Pettovello comenzó con mal pie: su primer jefe de Gabinete, Fabián Perechodnik, tuvo un paso tan fugaz por el ministerio que ni siquiera había sido designado de forma oficial cuando se anunció su salida. Fue el cortocircuito inicial de una lista de decisiones erráticas que se amplía semana a semana. En los últimos cinco días, han sido expulsados cinco altos cargos, entre ellos el del mencionado secretario Pablo de la Torre.
En marzo, el presidente argentino exigió la cabeza de su primer secretario de trabajo, Omar Yasín, por considerarlo responsable del aumento de sueldos en el Ejecutivo. Aunque el decreto llevaba su firma, Milei dijo que se trataba de una equivocación y ordenó suprimirlo. En abril le tocó el turno a la educación. La negativa del Gobierno a aumentar el presupuesto de las universidades públicas, bajo su consigna de “no hay plata”, fue desafiada con una de las manifestaciones más grandes de la historia de la democracia. Cientos de miles de personas salieron a las calles en todas las ciudades del país para defender una universidad pública y gratuita.
Milei tuvo que dar marcha atrás y transferir los fondos necesarios para garantizar su funcionamiento, aunque la batalla sigue abierta. Este martes, comenzó una huelga de 48 horas en todas las universidades públicas para exigir mejoras salariales. Los sindicatos denuncian que los sueldos de los docentes han perdido un 40% contra la inflación; los de los legisladores, en cambio, le ganan al IPC. A pesar del discurso anticasta de Milei, los diputados acaban de acordar un aumento salarial del 80% y los senadores se duplicaron los sueldos unas semanas atrás.
El conflicto con el mundo de la cultura, otro de los ministerios bajo la órbita de Capital Humano, tiene tintes similares. Milei ordenó en abril el cierre del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), como había hecho antes con la agencia de noticias oficial Télam y el Instituto Nacional contra la discriminación, la xenofobia y el racismo (Inadi), entre otros organismos de gestión estatal. La decisión ha dejado a la producción cinematográfica argentina al borde de la parálisis sin atisbarse una solución a corto plazo. Milei sostiene que el cine es una industria deficitaria que se financia con los impuestos de la gente; los cineastas, en cambio, defienden que el Incaa es un ente autárquico, que se autofinancia. En el centro de la pelea, una vez más, Pettovello. Milei solo tiene elogios para ella; la oposición, al igual que muchos ciudadanos, solo críticas.
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