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Los argentinos corren detrás de una inflación desbocada

El IPC registró una subida del 113,4% interanual en julio y se espera que agosto será peor tras el triunfo del ultra Javier Milei en las elecciones primarias. Los aumentos se aceleran por la devaluación del 18% decretada esta semana

Inflación en Argentina
Vista de un comercio en la calle Florida en Buenos Aires, (Argentina).ENRIQUE GARCIA MEDINA

Los argentinos están exhaustos de tanto correr detrás de una inflación que gana velocidad. En el mes de julio, los precios aumentaron un 6,3%, hasta el 113,4% interanual. Son cifras muy elevadas incluso para un país como Argentina, enferma de inflación desde hace décadas. Y es posible que hasta se hayan quedado cortas. La devaluación del peso del 18,3% decretada por el banco central este lunes desató subidas de precios defensivas en numerosos comercios. Mientras, crece el rechazo al Gobierno de Alberto Fernández, debilitado en las urnas tras el sorpresivo triunfo del ultraliberal libertario Javier Milei en las primarias del domingo.

Habían pasado unas pocas horas del anuncio de devaluación cuando comenzaron a llegar mensajes telefónicos en los que se informaba de aumentos del 20% a partir de septiembre para clases grupales y suscripciones a servicios. La cadena de ventas se paralizó ese día “por falta de precios de proveedores” y el martes los nuevos valores incluían ya subidas.

“A Uruguay, que no tiene recursos, le va bien. ¡A Paraguay le va bien! ¿Qué nos pasa a nosotros que no salimos del pozo?”, se pregunta Ismael, dueño de un comercio de venta de accesorios de telefonía y música en Buenos Aires. Se responde a sí mismo con un mensaje en el que resuena el discurso de Milei en la noche electoral: “Por los políticos inútiles y corruptos que tenemos”. Este comerciante explica que la lista de productos importados es en dólares, así que todos ellos se encarecieron un 20% entre el viernes y el lunes. Pero no sabe a qué precio vender los que son de fabricación nacional. Su valor debería mantenerse sin cambios al menos hasta la semana que viene, pero como no sabe si será así ha optado por subirlos un 10%. “Acá nunca sabés, por eso hay que protegerse”, se desespera.

En una cafetería cercana, el propietario explica que ha subido los precios un 5% y repetirá la estrategia a partir del lunes próximo. “No podés subir un 20% de golpe porque espantás al cliente. Con tanta inflación, si no tenés estructura no podés recuperar, no lo podés trasladar todo a precios y vas quedando atrás”. Le va bien, dice, aunque menos que un año atrás. Cuenta que otros cafés optan por reducir el tamaño de las medialunas y los budines y él ha prescindido de alimentos caros, como frutos secos, para abaratar costos.

Un hombre camina frente a una tienda en Buenos Aires.
Un hombre camina frente a una tienda en Buenos Aires. ENRIQUE GARCIA MEDINA

“Este país se va al carajo. Quedamos entre un loco [Milei] y este Gobierno de corruptos”, agrega. Aclara que en las primarias del pasado domingo votó a la conservadora exministra de Seguridad Patricia Bullrich, pero que si ella no pasase a segunda vuelta votaría antes por Milei que por el ministro de Economía y candidato del peronismo, Sergio Massa.

La economía argentina está estancada desde hace más de una década. Desde 2011 ha tenido años de crecimiento y otros de recesión, pero en cada tropiezo hay gente que cae y no logra recuperarse. Uno de cada cuatro argentinos es pobre; entre los niños la cifra se eleva a uno de cada seis. El deterioro socioeconómico es una de las causas que explican el voto a Milei en barriadas pobres de todo el país. Muchos desconocen las propuestas de este candidato de ultraderecha que niega el cambio climático, promete dolarizar la economía y quiere prohibir el aborto. Tampoco conocen las de sus principales rivales, Bullrich y Massa. Es el caso de María Russo, empleada doméstica. Conoció a Milei por su hija y lo votó porque está harta. Quiere un cambio y cree que Bullrich y Massa representan a partidos que han fracasado.

Los salarios, un 20% abajo

Desde la pandemia de la covid-19 la situación económica de las clases bajas y medias-bajas se complicó aún más. El desempleo se ha reducido hasta el 6,9%, pero la mayoría de los trabajos creados en los últimos dos años son precarios. Russo perdió el trabajo en blanco que tenía y acumula trabajos parciales que no le permiten acceder a seguro médico ni contribuir para una jubilación futura. En los tres primeros años de gestión de Fernández, la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores no registrados fue del 20% y ha empeorado varios puntos desde entonces. Como Russo, miles de personas viajan a diario en tren en la línea Urquiza, una de las siete que comunican Buenos Aires con su poblada periferia. En los alrededores de su estación de cabecera, Federico Lacroze, sobreviven un sinfín de pequeños comercios y restaurantes que estos días hacen cuentas sin que les cierren.

Faltan dos meses y medio para las elecciones generales del 22 de octubre. Milei ganó en las primarias, pero por una diferencia que no le garantiza el triunfo en primera vuelta y en unas elecciones con una abstención récord del 31% del electorado. Las principales fuerzas políticas han salido a buscar a esos votantes que el domingo se quedaron en sus casas y pueden cambiar el próximo resultado electoral.

Una persona descansa frente a una tienda en Buenos Aires.
Una persona descansa frente a una tienda en Buenos Aires. ENRIQUE GARCIA MEDINA

Massa busca por todos los medios contener los precios. Negocia con empresas de alimentos y de energía aumentos máximos del 5% mensual y ha creado un equipo destinado solo a esta tarea. Pero en la recta final de un Gobierno desprestigiado, la inflación se ha convertido en una avalancha imposible de detener. Este martes, el peso se desplomó en el mercado paralelo hasta marcar un nuevo récord de 730 pesos por dólar. El número, destacado en televisiones, páginas web, redes sociales y aplicaciones, llega a una audiencia mucho más amplia que las medidas del ministro de Economía. Parte de la población tiene miedo de lo que puede ocurrir si Milei llega a la Presidencia. A otros no les importa tanto como saber el modo de salir adelante mañana.

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