Some Like It Hot o la aventura de embotellar una sabrosa receta familiar
Hace nueve años, Maritza Abreu fundó Pisqueya para comercializar la salsa picante exclusiva de Puerto Viejo, el restaurante de sus padres en Brooklyn. Con la ayuda de UPS, la compañía ahora ha diversificado su oferta de salsas y adobos con auténtico sabor dominicano y caribeño
Una empresa, cuando es auténtica, siempre tiene una historia extraordinaria que contar. La de Pisqueya se remonta a 1986, cuando Cristina y Eduardo, los padres de Maritza Abreu, que en 1976 habían emigrado a Estados Unidos de República Dominicana, abrieron en Brooklyn, Nueva York, su cafetería Cibao, que luego rebautizarían como Puerto Viejo.
Es en esta cocina familiar, donde Abreu pasó la mayor parte de su infancia, que surgen los sabores de Pisqueya. “Cuando niña, tenía sentimientos encontrados acerca del negocio de mis padres. No lo veía como un restaurante para invitar a mis amigos. Era un lugar donde entrabas, mirabas el mostrador de vapor, escogías el arroz, los frijoles y una proteína, pagabas y te ibas”, cuenta Abreu en una entrevista para Remezcla. “Era ese lugar de la comunidad donde se reunían para almorzar los trabajadores locales”.
En 2011, un incendio destruyó parte del restaurante paterno. Para Abreu, que estaba en ese momento enfocada en consolidar su carrera en el mundo corporativo estadounidense, trabajando para compañías como JP Morgan, Raminova y Optima Fund, la llamada de su hermano Eduardo dándole la noticia fue “devastadora”. Al mismo tiempo, como sucede con ciertas catástrofes felices, enfrentar unidos esta tragedia les permitió convertir el siniestro en una oportunidad de revitalizar el lugar y construir juntos un nuevo capítulo del legado familiar.
“El fuego expuso tanta belleza, las viejas molduras, columnas y decorados en las paredes”, recuerda Abreu, poniendo al descubierto tras los paneles chamuscados la arquitectura original y el alma oculta del lugar. La transformación de la cafetería de sus padres en un bistró dominicano, más atractivo y en sintonía con las expectativas de la nueva clientela que estaba trayendo al barrio la gentrificación, se convirtió en un proyecto intergeneracional en el que cada uno pudo integrar su experiencia y su visión de negocio.
En su caso, este incendio fue el preámbulo de su Eureka moment, que le permitió combinar su conocimiento en emprendimientos corporativos y pequeñas empresas, finanzas y mercadotecnia con su pasión por los sabores caribeños para reconstruir el restaurante familiar y luego lanzar en 2014 su propia marca de adobos y salsas Pisqueya.
Aunque Abreu nació en Nueva York reconoce que sus raíces “están profundamente sembradas en los fértiles suelos de la República Dominicana. ¡Soy de aquí y de allá! Vivo según los valores que me enseñaron mis padres: familia, amor, comunidad y pasión.” Por eso Pisqueya, que es una voz compuesta fusionando ‘picante’ y ‘Quisqueya’, es desde el nombre de la marca una celebración a esa identidad híbrida y a la riqueza cultural y culinaria del Caribe.
Una de las primeras cosas que motivaron a Abreu a lanzar su propia marca fue no solo que el delicioso sabor de Puerto Viejo pudiera llegar a cualquier hogar, sino también descubrir la falta de sabores latinos en las marcas masivas. “La forma latina de vivir y cocinar se basa en los principios de la granja a la mesa”, dice Abreu a Entrepreneur. “Mientras [las grandes corporaciones] han impulsado su agenda y capitalizado agregando ingredientes artificiales para realzar el sabor de condimentos dañinos”.
Con Pisqueya, Abreu busca romper ese ciclo, apoyando la agricultura sostenible local y contando la historia de inmigrantes emprendedores, como sus propios padres, que han sembrado la semilla de la riqueza generacional y que “contribuyen al tejido de la sociedad estadounidense con sus restaurantes, bodegas, puestos de frutas, todo eso”, explica a Entrepreneur.
Siendo una extensión de la cocina familiar y comunitaria de Puerto Viejo, con Pisqueya Abreu se ha propuesto desde el comienzo mirar a tus orígenes y devolver a su gente. “Crecer entre dos culturas me ha dado la oportunidad de ver las diferencias entre ellas”, explica sobre la iniciativa filantrópica Extend a Paw (Extiende una pata). “En el Caribe hay mucha menos conciencia sobre el tema del bienestar animal que en los EE UU. Por eso extendemos una pata a los animales en la isla donando parte de nuestras ganancias a grupos locales, principalmente operados por mujeres, que trabajan en causas de bienestar animal. Lo cual es vital también para educar a las personas en el desarrollo y fomento del respeto, la bondad y la empatía tanto por los animales como por los seres humanos”.
Para Abreu, la asistencia de UPS a la hora de escalar su negocio ha sido fundamental. “Para UPS, su compromiso con la diversidad, la equidad y la inclusión va más allá de un eslogan”, resalta la joven empresaria, cuya compañía formó parte de la iniciativa publicitaria de UPS de apoyo a pequeñas empresas en una valla en 3D en Times Square. “Se ve en la diversidad de los miembros de su equipo, la junta directiva y la comunidad. Esto refleja el espíritu de Pisqueya y la creencia compartida de que para hacer avanzar nuestro mundo, debemos hacer avanzar nuestra cultura”.
UPS ofrece varios programas de capacitación y descuentos de tarifas como “Seamos Imparables” dirigidos a los pequeños empresarios como Abreu, brindándoles el impulso imprescindible para que su negocio despegue y se posesione en mercados internacionales. Otra de las iniciativas de UPS de las que pueden beneficiarse los emprendedores latinos es su asociación con The Lonely Entrepreneur que brinda tutoría y acceso a fondos a los fundadores minoritarios que operan en Estados Unidos.
Al unirse a la comunidad de aprendizaje de The Lonely Entrepreneur, los miembros tienen acceso a una red ilimitada de contactos y recursos, además de 500 módulos de aprendizaje con toda la información que un propietario de negocio debe conocer sobre liderazgo, contratación, finanzas, recaudación de fondos, análisis de datos, marketing, y acuerdos legales, además de tutorías individualizadas enfocadas en las oportunidades y desafíos de su empresa.
Al final de las tres semanas de entrenamiento, los emprendedores estarán preparados para solicitar subvenciones de UPS a través del fondo de oportunidades Accion, una organización de propietarios hispanos que ha invertido más de $500 millones en sus clientes, el 90% de los cuales son mujeres, emprendedores de minorías étnicas o inmigrantes, en sus 25 años de operación.