De “nazi” a llamados a la “reflexión”: la izquierda latinoamericana acusa el golpe por el triunfo de Kast en Chile
Brasil, México y Colombia responden de maneras diferentes a la llegada de la ultraderecha a La Moneda
La victoria de José Antonio Kast en Chile ha caído como un jarro de agua fría en la izquierda latinoamericana, pero también ha dejado al descubierto las distintas formas de digerir el golpe desde el poder. En Brasil, Lula da Silva se limitó a felicitar al representante de la ultraderecha chilena, sin lecturas ni advertencias. La mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, fue algo más allá y apeló a la “reflexión” de los movimientos progresistas para entender el porqué de esta arrolladora victoria. Pero ha sido Gustavo Petro quien, una vez más, ha subido los decibelios desde Colombia con un mensaje incendiario en X: “Triste que Pinochet tuvo que imponerse a la fuerza, pero más triste ahora es que los pueblos elijan su Pinochet”.
La disparidad de respuestas, a las que se sumó el lunes por la noche Nicolás Maduro con referencias a Adolf Hitler y una advertencia -“a los venezolanos se [les] respeta, cuidadito”-, responde no solo a diferentes estilos, sino a la posición estratégica que tiene cada uno en el continente. Lula prioriza el diálogo sobre la confrontación abierta, una estrategia que le ha dado muy buenos resultados diplomáticos, incluso ante su par estadounidense, Donald Trump. El viernes pasado, la Casa Blanca retiró al juez Alexandre de Moraes de la lista de sancionados por la ley Magnitsky, en la que ha estado meses junto a un elenco de terroristas y narcos. Días antes, Trump ya había aliviado los aranceles a la carne, el café y buena parte de las importaciones brasileñas con que pretendió castigar a Lula por el juicio por golpismo contra el expresidente Jair Bolsonaro.
Con el argentino Javier Milei la relación es todo lo distante que puede ser entre dos personas que se detestan, pero la orden del Gobierno brasileño ha sido mantener abiertos todos los canales diplomáticos. Y así ha sido. En la cancillería argentina admiten que la relación bilateral en bambalinas es de las mejores y ponen como evidencia la exitosa negociación entre Mercosur y la Unión Europea por un tratado de libre comercio.
En el caso de Chile, Lula no debería tener mucho de qué preocuparse, cualquiera sea el color político del Gobierno. La estrategia será la misma que con Argentina. Por ello, el brasileño no demoró en felicitar a Kast, pese a que está en las antípodas ideológicas del chileno, remarcando que el proceso electoral fue “democrático, transparente y ordenado”.
Sheinbaum tampoco se demoró en publicar en sus redes sociales su felicitación, aunque antes de mencionar a Kast, celebró al pueblo chileno por protagonizar “una jornada electoral pacífica y democrática”. Al día siguiente, en su rueda de prensa matutina desde Palacio Nacional, ha hecho un llamado a analizar el resultado electoral chileno. “Fue el pueblo de Chile quien eligió quien quiere que lo gobierne. Creo que es un momento de reflexión para los movimientos progresistas en América Latina y por qué se dan estas circunstancias”, ha señalado. Además, ha descartado que un giro a la ultraderecha se contagie en unas elecciones en México, donde Morena, su partido, goza de un gran respaldo popular. “Aquí hay unidad. A veces, cuando no hay unidad en los movimientos, se genera esta disminución del apoyo”, ha zanjado.
En cualquier caso, Lula y Sheinbaum optaron por desdramatizar un resultado, obviamente incómodo, pero que ya no es una anomalía en el tablero regional. En los últimos meses, Argentina, Bolivia, Paraguay, Ecuador y ahora Chile han virado hacia la derecha más dura. Petro, en cambio, no teme la confrontación ideológica. Muy al contrario: la busca, aunque provoque reacciones airadas, tensiones diplomáticas y la indignación de sus destinatarios.
La respuesta de Chile no tardó en llegar. El ministro de Relaciones Exteriores de Boric, Alberto van Klaveren, presentó pocas horas después del tuit de Petro una nota de protesta al embajador de Colombia en Chile. “Sus declaraciones constituyen una falta de respeto y una intromisión impropia en asuntos de política interna” que “no solo denostan al presidente electo [José Antonio Kast] sino a la decisión soberana del pueblo de Chile y la solidez democrática de nuestras instituciones”, advirtió en un video el canciller.
En el caso de Kast, Petro atacó el retorno sin complejos del discurso autoritario. “El fascismo avanza, jamás le daré la mano a un nazi y a un hijo de nazi, tampoco; son la muerte en ser humano. Triste que Pinochet tuvo que imponerse a la fuerza, pero más triste ahora es que los pueblos elijan su Pinochet: elegidos o no, son hijos de Hitler y Hitler mata los pueblos”, ha escrito en la mañana del lunes en su perfil de X, su principal altavoz sobre cualquier tema de la actualidad colombiana o internacional. El colombiano había apoyado públicamente a la candidata del bloque de la izquierda, la comunista Jeannette Jara.