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La Policía de Brasil acusa formalmente al exministro Silvio Almeida de acoso sexual

La ministra de Igualdad Racial destaca entre las víctimas del caso destapado por la ONG Me Too hace 14 meses

El brasileño Silvio Almeida, destituido de su cargo como ministro hace 14 meses, cuando trascendieron las primeras acusaciones anónimas contra él, ha sido formalmente acusado por la policía de acosar sexualmente a varias mujeres. Aunque el caso sigue bajo secreto de sumario, entre las supuestas víctimas destaca la ministra de Igualdad Racial, Marielle Franco. Informaciones periodísticas apuntan que Almeida llegó a hacerle tocamientos durante una reunión ministerial en presencia del jefe de la Policía Federal. Almeida, un filósofo con una celebrada trayectoria académica, era uno de los intelectuales negros más destacados de Brasil cuando Luiz Inácio Lula da Silva lo nombró ministro de Derechos Humanos. Él se declara inocente y dice que todo es una campaña en su contra.

La policía envió su denuncia contra Almeida al Tribunal Supremo, que tramita el caso. Este lo ha trasladado, a su vez, a la Fiscalía General de la República, que decidirá si hay indicios suficientes para llevar a juicio al supuesto acosador sexual. La denuncia se tramita en la máxima corte porque Almeida era ministro cuando ocurrieron los hechos denunciados. El exministro ha caído en el ostracismo.

Pocas certezas existen sobre el asunto porque el proceso está bajo sigilo. La revista Piauí publicó un elaborado relato basado en un amplio abanico de fuentes. Se sabe que la ministra Franco prestó declaración ante la policía, pero prácticamente no ha hablado públicamente del asunto. Tanto Almeida como Franco, hermana de la asesinada concejala Marielle Franco, militaban en el movimiento negro y llegaron al Gobierno desde mundos ajenos a la política profesional. Eran dos de los ministros más populares del Gobierno Lula entre los progresistas brasileños.

La agresión machista sufrida por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, durante un reciente acto público por parte de un hombre, ha puesto el foco sobre un tipo de violencia que solo afecta a las mujeres, pero alcanza incluso a las más poderosas entre ellas.

El escándalo estalló en septiembre de 2024 cuando la ONG Me Too Brasil, que defiende a víctimas de violencia sexual, reveló que había recibido denuncias anónimas de cinco mujeres contra el ministro Almeida. Tras el shock inicial, dada la reputación pública del acusado, el presidente Lula decidió cortar por lo sano. Lo llamó a su despacho y le exigió la dimisión. Ante la negativa, lo destituyó.

Las primeras informaciones anónimas fueron apuntaladas horas después por el testimonio a cara descubierta que una mujer colgó en Instagram. La profesora Isabel Rodrigues contó que, tras entablar amistad con Almeida y compartir algunos cafés, en 2019, durante un almuerzo con otras personas tras una reunión de trabajo, él le metió la mano bajo la falda y le tocó sus partes íntimas. “Tardé en entender que había sido víctima”, explicó entonces.

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