Cristian Portilla, el candidato apoyado por la ultraderecha, será el nuevo alcalde de Bucaramanga
El aspirante, ungido por Jaime Andrés Beltrán y respaldado por Abelardo de la Espriella, se impone por casi 30 puntos frente a su principal contrincante. El abstencionismo superó el 70%
Jaime Andrés Beltrán, un pastor evangélico que se hizo conocido como “el Bukele colombiano” cuando ganó la Alcaldía de Bucaramanga en 2023, ha celebrado con euforia en la noche de este domingo. La decisión del Consejo de Estado de destituirlo en agosto por doble militancia y la convocatoria a unas elecciones atípicas para elegir su reemplazo no le han hecho mella a su poder: su candidato, Cristian Portilla, ha arrasado con el 45,7% de los votos, casi 30 puntos más que su principal contrincante. “No les ganamos por 5.000 votos, como decían. ¡Les ganamos por más de 40.000!”, ha exclamado el exmandatario. Aunque la apatía fue evidente en las calles y la abstención superó el 70%, nadie auguraba un triunfo tan contundente.
El exalcalde ha buscado nacionalizar su victoria y se la ha dedicado al ultraderechista Abelardo de la Espriella, candidato presidencial para las elecciones del año próximo. “Este solo es el comienzo de lo que viene para Bucaramanga, pero también para Colombia. Hoy tenemos alcalde y mañana tendremos presidente”, ha declarado antes de hacer un saludo militar que caracteriza a De la Espriella y proclamar que está “firme por la Patria”. El aspirante presidencial, que incluso asistió al cierre de campaña de Portilla hace una semana, se ha anotado la victoria a través de un mensaje en X. “¡Primer triunfo electoral de los Defensores de la Patria! Mi abrazo de felicitación a Cristian Portilla. Junto al exalcalde Jaime Andrés Beltrán, el nuevo mandatario respaldó y acompañó nuestro proyecto desde el primer día”, ha celebrado.
El pastor evangélico llegó al poder en 2023 con promesas de mano dura contra los criminales. Durante su gestión, causó revuelo por discursos xenófobos contra los migrantes venezolanos y tuvo varios escándalos de corrupción, como la desaparición de miles de piezas de chatarra de alumbrado público. Mientras tanto, comenzó a defenderse de las acusaciones de doble militancia con la afirmación de que la inteligencia artificial había producido los videos en los que expresaba su respaldo a candidatos al Concejo de un partido rival. En agosto, el Consejo de Estado desestimó estos argumentos y lo destituyó. Entonces, Beltrán eligió a Portilla, un abogado que se desempeñaba como su asesor y secretario privado. La designación a dedo molestó a varios de sus aliados, que se fueron a la campaña de rival principal, el también derechista Carlos Bueno.
Portilla, que contó con el apoyo del uribista Centro Democrático e hizo campaña con la promesa de defender “la vida y la familia”, le ha agradecido a Dios por la victoria. “Por él es que hoy estamos en este lugar. Quiero que le demos un fuerte aplauso al más grande de todos los grandes”, ha expresado al inicio de su discurso de victoria. “Como decía Jaime Andrés, la noche ya pasó y comienza un nuevo día. Vamos a estabilizar a Bucaramanga”, ha añadido el nuevo alcalde, que completará el cuatrienio que termina en diciembre de 2027. Bueno, que apenas alcanzó el 18,9% de los votos, ha reconocido la derrota. “No ganamos la elección, pero aprendimos muchísimo (...). Vamos a seguir trabajando”, ha declarado en un video.
La sorpresa en las urnas
La expectativa de los analistas era que la contienda de este domingo fuera más pareja. El gobernador de Santander, el general retirado Juvenal Díaz Mateus, apostó fuerte por la campaña de Bueno: aunque negó una ruptura con Beltrán, es un secreto a voces que se han distanciado desde las elecciones de 2023. El aspirante reunió los apoyos del Partido Conservador, la Liga de Gobernantes Anticorrupción, el Partido MIRA y Colombia Justa y Libres, una colectividad cristiana que había avalado a Beltrán en 2023. En una campaña con pocas diferencias ideólogicas, enfatizó su larga trayectoria académica y profesional como experto en sistemas de transporte para diferenciarse de su rival. Portilla, por su parte, no logró desplegar el carisma de su jefe político y parecía que sufriría la perdida de popularidad del exalcalde por los incumplimientos en metas de seguridad y los escándalos de corrupción.
El analista político Gerardo Martínez reconoce que le sorprendió el resultado. “La percepción era que había una lucha muy equilibrada entre maquinarias: una de la Alcaldía anterior y otra de los gobernantes del Palacio departamental. Pero al final hubo un triunfo muy claro de Portilla. Aunque la participación fue de apenas el 25%, ganar por una diferencia tan grande lo deja absolutamente legitimado”, comenta en una conversación teléfonica. Para él, la elección evidenció que la maquinaria de Beltrán tiene seguidores más fidelizados, dispuestos incluso a votar en unos comicios atípicos que despiertan menos interés en la ciudadanía que unas convocatorias en el calendario habitual. “Esto demostró lo que simbolizan las iglesias y el poder del candidato-pastor”, apunta, en referencia a la feligresía evangélica que apoya a Beltrán.
Una lectura similar hace Christian Luna, politólogo y profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana. “Sin importar que estamos en medio de la Navidad, Beltrán muestra que tiene una fuerza que no tiene nadie más”, comenta por teléfono. “Se peleó con los evangélicos en Bogotá, con los jefes del partido [Colombia Justa y Libres], pero las iglesias igual le son muy fieles y tienen estructuras muy organizadas”, añade. Para el experto, además, Beltrán ha acumulando un caudal de votos que lo hace un actor decisivo en el departamento: unos 10.000 votos como concejal en 2016, 40.000 en una candidatura a la Alcaldía en 2019, 90.000 en 2023 y ahora más de 60.000 en unas atípicas en diciembre.
Los dos analistas difieren respecto a si la elección es un traspié para el gobernador Díaz Mateus, más vinculado a la derecha tradicional del departamento que a la impronta evangélica de Beltrán. “El gran derrotado fue el del Palacio Amarillo”, afirma Martínez. Su colega, en cambio, es más cauto: señala que el mandatario departamental igual retiene un amplio poder desde la Gobernación y que su hermano y su cuñada son candidatos con posibilidades de ser electos en las elecciones de marzo al Senado y la Cámara de Representantes, respectivamente. “El resultado de hoy muestra que su estructura está en las provincias, no en la capital, donde está consolidado Beltrán. Se hizo evidente que su apoyo no fue tan efectivo en Bucaramanga, pero no llegaría a decir que es el gran derrotado”, subraya.
La apatía
En el medio de la disputa de las derechas, han quedado un gran número de bumangueses desencantados con la política. Un recorrido por las calles de Bucaramanga en los días previos a los comicios dejaba en claro el poco interés que suscitaba. “No conozco de política”, respondía un comerciante de medias a este periódico. “¿Qué elecciones hay el domingo? ¿Las presidenciales?”, añadía una vendedora en una tienda de electricidad. “No voy a votar. ¿Para qué? Ninguno de los políticos nos ayuda, Beltrán no hizo nada”, afirmaba una pensionada. Esta apatía ha sido evidente en las urnas: solo han votado 140.000 de las 530.000 personas habilitadas, el 26,4%.
El gran ausente de los comicios fue Carlos Parra, un político centrista que fue uno de los promotores de la consulta anticorrupción en 2018 y salió segundo en las elecciones locales de 2023. En conversación con este periódico, reconoció que las atípicas eran un escenario adverso: al caer la participación, suelen imponerse las maquinarias tradicionales y el voto de opinión se desploma. El domingo, tras la elección, expresó su descontento con un resultado que, según él, evidencia el poder “de las planillas, de la coacción de contratistas”. “El que pretendió retar esta estructura [Bueno], pretendió ganarles en su ley y repetir las conductas que ellos presentan. Y pues no, la única manera de ganarle a esos corruptos es haciendo las cosas diferente”, dijo en redes sociales.
La incógnita ahora es si la elección le servirá al exalcalde Beltrán para proyectar su poder al ámbito nacional: cuando fue destituido, aseguró que la ciudad “perdía un alcalde”, pero ganaba “un presidente”. Aunque él y su entorno no aparecen en las listas al Congreso, aún quedan algunas horas para hacer modificaciones. De momento, De la Espriella ha insinuado que contará con él en los próximos meses. “A Jaime Andrés lo esperamos en nuestra campaña a la Presidencia de la República. Es inmenso lo que tiene por aportar”, ha declarado tras el triunfo electoral de este domingo.