El coqueteo con la ultraderecha provoca la caída de Miguel Uribe Londoño
El padre del senador asesinado sale del Centro Democrático después de que Abelardo de la Espriella le avisara al expresidente Uribe Vélez de un acercamiento para negociar una fórmula vicepresidencial
La candidatura de Miguel Uribe Londoño a la Presidencia de Colombia ha llegado a su fin tras solo cuatro meses. Inició en agosto con todas las expectativas: el aspirante recogía la conmoción del país por el asesinato de su hijo, el senador Miguel Uribe Turbay, fallecido pocos días antes, y se lanzaba por su partido, el Centro Democrático. “Estoy en la obligación, por mi país, por mi hijo y por todos los colombianos, de transformar este martirio en esperanza”, proclamó entonces. Menos de 100 días después, un coqueteo fallido con la ultraderecha sepultó sus aspiraciones. El líder del partido, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, lo expulsó sin miramientos después de que el ultra Abelardo de la Espriella le asegurase que el candidato había querido unirse a su campaña. Después, De la Espriella agregó que no tiene ningún ofrecimiento para su rival caído en desgracia. Uribe Londoño se quedó con las manos vacías.
El escándalo comenzó el lunes con un comunicado del Centro Democrático, donde Uribe Vélez es el mandamás absoluto y en el que también buscan la candidatura las senadoras María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín. “El Dr. Abelardo de la Espriella acaba de informar al expresidente Álvaro Uribe que ayer el Dr. Miguel Uribe Londoño lo llamó a expresarle que renunciaba al Centro Democrático para apoyar al Dr. De la Espriella”, se lee en el texto, en referencia a una supuesta traición. “El Centro Democrático agradece la franqueza del Dr. De la Espriella, y continuará el proceso con las precandidatas María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín”, concluye.
La primera reacción de Uribe Londoño fue asegurar que su aspiración seguía en firme: él, afirmó, no había dicho que desistía al proceso de su partido. “No renuncio ni me renuncian. Pido al Centro Democrático que rectifiquen esta afirmación”, dijo en un video publicado en redes sociales. Según explicó, solamente había “conversado con múltiples actores políticos en aras de construir la unidad nacional que necesita Colombia”, sin que eso significara un apoyo a De la Espriella, el aspirante de derecha que mejor marca en los sondeos. “Es inaceptable que se me excluya de un proceso del cual soy parte por versiones de prensa o de llamadas telefónicas”, enfatizó.
En pocas horas, fue evidente que el partido no tenía ninguna intención de rectificar. “El Centro Democrático continúa su proceso de escogencia de su candidata a la Presidencia a la República. Intervienen las senadoras María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, y Paola Holguín”, dijo el expresidente Álvaro Uribe en la mañana del martes en otro video en redes sociales. El exmandatario dejó en claro que puede haber una alianza con De la Espriella, pero que es él quien lo definirá: “Reiteramos toda la voluntad de contribuir a un gran acuerdo para el bien de la democracia colombiana, que incluya un amplio espectro. Desde el doctor Abelardo de la Espriella hasta el doctor Sergio Fajardo”.
Uribe Londoño reconoció la derrota en la tarde del martes. “Esta sí es mi personalísima renuncia. Ayer solicité una rectificación al Centro Democrático que nunca llegó y hoy les digo que ya no estoy interesado. El tiempo juzgará quién estuvo del lado correcto”, declaró en un discurso de media hora. Insistió en que solo había “conversado” con otros dirigentes de derecha y que era “absurdo” pensar que él quisiera retirarse cuando lideraba los sondeos —un 4%, frente a 1% de Cabal y Valencia, según la última encuesta Invamer—. “No respondieron a mis llamadas, no escucharon mis argumentos, no se me respetó el sagrado y legítimo derecho a la defensa”, acusó. Afirmó que los dirigentes del Centro Democrático intentaban clavarle “el puñal del asesinato político” y renunció “irrevocablemente” a su militancia.
La caída en desgracia no terminó ahí. De la Espriella emitió un comunicado al final de la tarde con su versión de los hechos. Refirió una reunión entre ambos la semana pasada y dejó a Uribe Londoño en una posición aún más compleja. “Manifestó su deseo de renunciar a su candidatura en el Centro Democrático y de adherir a mi campaña, haciendo referencia al ofrecimiento de fórmula vicepresidencial que en su momento le hice”, comentó, en referencia a una propuesta hecha meses atrás. Dijo, además, que había denegado la petición de su rival para apoyarlo: “Le manifesté que los tiempos y los momentos son otros, que ahora él es un precandidato de un partido amigo y que, sobre el tema de la vicepresidencia, no es momento de hablar”.
El ultraderechista reconoció que había provocado el naufragio de la candidatura rival. “Llamé al presidente Uribe y le informé, como era mi deber, sobre los deseos del Dr. Uribe Londoño”, explicó. “Mi nombre no podría estar inmerso en la intervención de un asunto de exclusiva competencia del partido Centro Democrático sin ser leal en el juego que se desarrolla”, añadió. Uribe Londoño, por su parte, se había deshecho en elogios con De la Espriella unas horas antes. “Reitero que tengo una extraordinaria relación y amistad, le aprecio y admiro”, había dicho.
Varios meses de polémicas
La candidatura de Uribe Londoño acumulaba problemas desde hace meses. Sus compañeras en el proceso se opusieron a su participación desde el principio, y la aceptaron a regañadientes, por imposición del expresidente Uribe. Ellas hacían campaña en conjunto, mientras que él se mantuvo al margen de varios eventos. Las senadoras lo cuestionaron por torpedear la contratación de una encuestadora brasileña para definir al ganador de la contienda —él dijo que estaba sesgada a favor de Cabal—. La tensión llegó a su punto máximo en septiembre, cuando María Claudia Tarazona, la viuda de Uribe Turbay, aseguró que Cabal la intimidó en el funeral de su esposo para que no fuera candidata.
El acercamiento de Uribe Londoño a De la Espriella era tentador. Aunque sus contrincantes acusan al ultra de vínculos con paramilitares, y despierta el resquemor entre centroderechistas que afirman que nunca se unirán a él, su candidatura ha tomado fuerza y ha sepultado a la de la comunicadora Vicky Dávila. Asimismo, los candidatos del Centro Democrático no remontaban en las encuestas y en el pasado el propio expresidente ha apoyado a aspirantes ajenos a su partido que consideró que tenían más posibilidades.
Tras el coqueteo fallido, Uribe Londoño asegura que mantendrá sus actividades políticas: “Seguiré recorriendo el país escuchando a quienes han sido olvidados, protegiendo el legado de mi hijo”. En su video del martes afirmó, además, que mantiene su llamado a que todos los opositores al Gobierno de Gustavo Petro se alíen para una consulta en marzo. “Sin unión, la violencia seguirá avanzando y la esperanza morirá”, subrayó.
Algunos políticos se han compadecido de él. Roy Barreras, exsenador y precandidato presidencial en la izquierda, le ofreció “de manera respetuosa pero amplia” que sea parte de su lista al Congreso. “Reconozco que en este padre sacrificado se simboliza el dolor que sintieron y sentimos miles de colombianos ante ese crimen atroz [el magnicidio de Uribe Turbay]. Creo que sería un honor que él ocupara la curul en el Senado de la República que ocupó su hijo”, comentó en X. Es poco probable que el candidato caído en desgracia acepte el ofrecimiento. En sus declaraciones del martes, Uribe Londoño reiteró que su llamado a la unidad excluye a la izquierda, a la que definió como “un proyecto de destrucción nacional”.