Ir al contenido

Abelardo de la Espriella le compite a Daniel Quintero por hacer la campaña más estridente

El penalista ha generado expectativa en una derecha en la que ningún aspirante es favorito para los comicios del próximo año

El centenar de precandidatos a la presidencia de Colombia para el 2026 han convertido la contienda en un campo en el que es extremadamente difícil hacerse notar. En esa multitud, el debate de ideas es difícil y algunos recurren a golpes de opinión, rápidos y llamativos, para destacar. El exalcalde de Medellín Daniel Quintero busca ser el candidato de continuismo del Gobierno de izquierdas y ha sonado con estridencia al irrumpir a una convención de empresarios con la bandera de Palestina o alimentar una crisis con Perú al plantar la bandera de Colombia en una isla en disputa. En la última semana, le ha competido en ese campo otro precandidato, esta vez en la extrema derecha. Se identifica como “El Tigre” en un llamativo video hecho con inteligencia artificial, en el que entre símbolos nacionalistas aparece con una cabeza del animal que guarda cierta similitud al icónico felino del cereal Zucaritas, y le muestra los colmillos al presidente Gustavo Petro. Su nombre es el de uno de los penalistas más mediáticos del país, Abelardo De La Espriella. En medio de una veda de encuestas hasta noviembre, el rumor es que en los sondeos internos los dos candidatos están creciendo en sus sectores.

Lo de De La Espriella no es tanto protestar con banderas, sino una agresiva campaña en redes sociales con comentarios altisonantes. “Con toda la droga que consumes eres uno de los mayores financiadores —además de socio— del narcotráfico”, le dijo, por ejemplo, al presidente. Hace solo seis días, decidió denunciar al jefe de Estado ante la Corte Penal Internacional, argumentando que la retórica polarizarte de Petro fue en parte responsable del asesinato del senador y precandidato opositor Miguel Uribe Turbay. La denuncia no tiene futuro porque la Corte no estudiaría este tipo de delito y porque solo opera tras agotar las instancias nacionales. Pero el golpe de opinión es efectivo: fue una pólvora para el algoritmo y alcanzó los titulares.

El penalista no se había lanzado antes a la política electoral ni ha ocupado un cargo público, pero sí ha desarrollado varios emprendimientos con su nombre, como el ron Defensor. Recientemente, dijo que si Petro vendiera un ron, debería llamarse “Caco - Ron”, otro ejemplo del insulto como estrategia viral, en este caso con un juego de palabras con un epíteto homofóbico y una forma popular de decir ladrón. El abogado dice que viene a defender la patria, a reducir los impuestos, a imponer la cadena perpetua. En los últimos días, también prometió cerrar la justicia transicional que procesa a los exguerrilleros y exmilitares que han cometido crímenes de lesa humanidad: “Le voy a devolver toda la plata que cuesta ese bodrio al pueblo”.

En julio lanzó su candidatura por firmas, y recientemente el partido ultraconservador Movimiento de Salvación Nacional lo ha avalado. También lo apoya el antiguo político Carlos Alonso Lucio, quien compartió con Petro la militancia en la guerrilla del M-19, pero ahora se ubica a la derecha. Es cercano a varias iglesias evangélicas que han llamado a una cruzada conservadora en defensa de la familia.

Abelardo, como se le conoce en la calle, no es un desconocido en el mundo político. Fue abogado del expresidente de derechas Álvaro Uribe, y una de las figuras más visibles en agosto durante una marcha en apoyo al líder que acababa de ser condenado por soborno a testigos. Si su candidatura aparece con fuerza una vez se vuelvan a publicar encuestas, es probable que busque la bendición del expresidente para competir en una consulta de precandidatos de la derecha el día de las elecciones legislativas, en marzo.

Pero también pesa sobre De La Espriella el haber sido defensor o tener cercanía con algunos de los criminales más crueles en la historial del país, como Salvatore Mancuso. Hace varios meses, el antiguo líder paramilitar contó en W Radio que se conocen desde su juventud en la caribeña ciudad de Montería. “Es muy amigo, una relación muy profunda”, añadió el ahora gestor de paz. De hecho, De La Espriella irrumpió en la escena colombiana al apoyar el proceso de desmovilización de los entonces jefes paramilitares durante el Gobierno Uribe, hace más de dos décadas. Por ese pasado, el presidente le ha criticado. “Tu alianza, Abelardo, con el paramilitarismo si es una instigación a los crímenes contra la humanidad”, dijo. “Es hora que el país sepa cuál fue tu papel con el paramilitarismo en Córdoba, y las estafas que les hiciste, cogiendo dineros del narcotráfico”, añadió.

La experiodista y precandiata Vicky Dávila la han enrrostrado haber sido defensor de Alex Saab, el colombiano que fue testaferro del venezolano Nicolás Maduro y acusado de lavar dinero público del país vecino que estaba destinado a la educación escolar. Saab pasó un tiempo en una cárcel en Estados Unidos y tras un reciente intercambio de prisioneros entre ese país y Venezuela, regresó al Gobierno Maduro como ministro de Poder Popular para la Industria y Producción Nacional. De la Espriella, de acuerdo a los periodistas de investigación como Gerardo Reyes y Daniel Coronell, era muy influyente en las decisiones de Saab. Han señalado, incluso, que en 2018 alguien de su oficina de abogados sobornó a un policía, supo de la inminente captura al testaferro y este logró huir.

Dávila, con un perfil similar tanto en su tono conservador como en su dependencia a la viralidad desde que se lanzó tempranamente en noviembre del año pasado, lo ha cargado públicamente. “Toda mi vida como periodista he denunciado a los criminales y a los corruptos. Por eso no me uniría con quien los ha defendido y ha vivido de ellos. No se puede estar en contra del narcodictador Nicolás Maduro y recibir pagos de su principal testaferro Alex Saab” aseguró en X. “Defendí a tu esposo como abogado, así como a Alex Saab, Natalia Ponce de León, Rosa Elvira Cely y muchos más”, respondió el penalista. “Mi vida es pública y mi profesión, una vocación sagrada: soy defensor y siempre lo hago de frente”.Dávila no cejó, aseguró que haría alianzas con cualquier candidato en la derecha, excepto con “una persona que ha vivido toda la vida de los delincuentes” y lo acusó de lanzar “varias campañas de desprestigio” y de tener “una candidatura sin escrúpulos”. El penalista no cogió el guante: “No esperes de mí malos tratos: a una dama no se le toca ni con la letra de un trino. El enemigo es (Gustavo) Petro; la solución, la unión”, respondió.

Por su lado, Quintero ha reconocido en De La Espriella un enemigo con potencial. El fin de semana compartió una imagen falsa en la que aparecían los dos en una valla, como si fueran los dos candidatos finalistas, pero disfrazando al derechista con un top en lo que se entendió como un insulto homofóbico. “No es necesario hacer campaña sucia; eso se lo dejamos a los perdedores que, con trampas y maña, pretenden confundir a los colombianos”, respondió De La Espriella, desmintiendo a la vez que él hubiera hecho otra imagen falsa similar en la que otro candidato de izquierdas, Iván Cepeda, estaba disfrazado de guerrillero. Para desmentirla, volvió a recurrir al golpe bajo pero viral. “Para decir que Cepeda es el candidato de las FARC no se necesitan vallas fake”, escribió. El senador Iván Cepeda no es candidato de las FARC. De la Espriella solo ha demostrado que su campaña es más agresiva que la del tigre de Zucaritas.

Sobre la firma

Más información

Archivado En