La dependencia comercial de Colombia que queda expuesta por la crisis con Estados Unidos

Los aranceles que alcanzaron a anunciar los presidentes Donald Trump y Gustavo Petro afectarían a un 26% de las importaciones del país sudamericano y un 27% de sus exportaciones. Esas cifras son de apenas el 0,55% y el 0,89% para la nación norteamericana

Trabajadoras moldean piel en una fábrica de zapatos en Yumbo, Valle del Cauca, en marzo de 2023.Jair F. Coll (Bloomberg)

La corta pero aguda crisis entre Estados Unidos y Colombia del domingo, en la que Donald Trump y Gustavo Petro alcanzaron a declarar una guerra comercial con aranceles bilaterales del 25%, puso en primera fila una realidad estructural de la relación económica bilateral: la dependencia del país sudamericano en asuntos como el comercio internacional o la inversión extranjera. El abortado choque enfrentaba a Goliat contra Dav...

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La corta pero aguda crisis entre Estados Unidos y Colombia del domingo, en la que Donald Trump y Gustavo Petro alcanzaron a declarar una guerra comercial con aranceles bilaterales del 25%, puso en primera fila una realidad estructural de la relación económica bilateral: la dependencia del país sudamericano en asuntos como el comercio internacional o la inversión extranjera. El abortado choque enfrentaba a Goliat contra David, pues la economía de Colombia es 77 veces más pequeña que la de Estados Unidos, medidas en términos de su producto interno bruto.

La amenaza de imponer aranceles al comercio exterior, además, tendría un impacto desproporcionadamente mayor para la economía más pequeña. La superpotencia es el principal socio comercial de Colombia: en 2023 fue el destino del 27% de sus exportaciones, y la fuente del 26% de las importaciones. En contraste, para el comercio exterior estadounidense, Colombia es casi tan solo un accidente. En ese mismo año, solo representó el 0,55% de las importaciones y el 0,89% de las exportaciones de su poderosa economía, según datos de la Comisión de Comercio de las Naciones Unidas.

Por ello, la anunciada guerra económica ha despertado una profunda preocupación en Colombia. Lo ha expresado, por ejemplo, el economista Luis Fernando Mejía, cabeza del centro de pensamiento Fedesarrollo: “Un arancel del 25% (y luego del 50%) a nuestras exportaciones tendría consecuencias gravísimas para nuestro balance externo, la disponibilidad de divisas y el control de la inflación. La consecuencia inmediata sería una pérdida del valor de los activos locales, incluyendo una fuerte depreciación de nuestra moneda y un aumento en el riesgo país. Las expectativas de inflación se incrementarían“, dijo.

Esas consecuencias generales afectarían especialmente a algunos sectores. Del lado exportador, los datos discriminados de 2022 muestran cuánto afectaría a sectores de extracción de productos básicos, pues casi el 40% del valor de lo comerciado fue petróleo crudo, otro 11% el tradicional café y un 10,5% adicional, las flores. Ese último, con clústeres cerca a las ciudades de Bogotá y Medellín y 200.000 empleos, la mitad de ellos de mujeres cabeza de familia, es el primero en la fila de afectados: la celebración de San Valentín, el 14 de febrero, es el principal momento de ventas a Estados Unidos, con el 20% de todas las exportaciones en 2023. Colombia, el segundo exportador de flores del mundo ―tan solo detrás de Países Bajos―, esperaba enviar 45.000 toneladas de flores, unas ventas por casi 40 millones de dólares.

Al efecto sobre todas las industrias orientadas a vender productos a Estados Unidos, se suma otra quizás menos obvia, pero igualmente fuerte, en aquellos ramos que dependen de insumos que llegan de ese país. Un caso es el de la avicultura, un sector fundamental para el costo de vida de los hogares colombianos, que tienen en el pollo y el huevo una de sus principales fuentes de proteína. Gustavo Moreno, el presidente del gremio del sector, levantó las alertas. “El 80% del costo de producción del pollo y el huevo que consumimos en Colombia es maíz, soya y torta de soya. Colombia es deficitaria en más de seis millones de toneladas de granos. La mayoría del maíz y la soya que consumimos en Colombia proviene de Estados Unidos“, explica.

Además del comercio bilateral, Estados Unidos ha sido la mayor fuente de inversión extranjera directa, la que tiene vocación de permanencia, en Colombia. Compuso el 42% de todo el dinero que entró al país sudamericano en el más reciente trimestre del que se tienen datos oficiales, el tercero de 2023. La cifra es similar para todo el año de 2023.

El domingo por la tarde, al anunciar que Colombia respondería al arancel del 25% anunciado por Trump con una medida equivalente, el presidente Petro mencionó esas consecuencias. Lo hizo en un tono positivo, mostrando la crisis como una oportunidad. “El Ministerio [de Comercio] debe ayudar a dirigir nuestras exportaciones a todo el mundo diferente a los Estados Unidos. Nuestras exportaciones deben ampliarse (...) Los productos norteamericanos cuyos precios subirán dentro de la economía nacional deben ser reemplazados por producción nacional, el Gobierno ayudará en este propósito”, escribió en X.

Tanto la diversificación de destinos como el énfasis en la producción nacional para sustituir importaciones han sido parte del ADN de la política económica de su Gobierno. En dos años y medio al mando, los avances han sido tímidos en los dos sentidos, con cambios como el mayor peso de China como fuente de importaciones y limitaciones como la permanente dependencia de la exportación de bienes sin mayor valor agregado. El choque con Trump, un político de reacciones viscerales e imprevisibles, imprime una nueva urgencia a esos cambios.

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