Gustavo Salazar, magistrado de la JEP: “El hallazgo de restos óseos en La Escombrera les devuelve la dignidad a las madres buscadoras”
El encargado del proceso de búsqueda de desaparecidos en la comuna 13 de Medellín afirma que los huesos encontrados corresponden a individuos que murieron entre 2002 y 2004
Un equipo especializado en la búsqueda de personas desaparecidas encontró hace unos días los restos óseos de tres individuos en un sector de Medellín conocido como La Escombrera. El magistrado Gustavo Salazar, de la Justicia Especial para la Paz (JEP), ha liderado el proceso que confirma que el vertedero de desechos de la Comuna 13 también fue un depósito ilegal de cadáveres. Durante años, familiares de personas desaparecidas y colectivos de derechos humanos han denunciado cómo los grupos paramilitares y agentes del Estado que controlaron la zona hace más de dos décadas usaron La Escombrera para desaparecer los cuerpos de las personas asesinadas. La aparición la semana pasada de un cráneo, un fémur izquierdo, unas costillas, una tibia, una dentadura y otros restos humanos les da la razón. “El hallazgo les devuelve la dignidad a las madres buscadoras”, dice Salazar. El magistrado, doctor en Ciencias Humanas y Sociales, explica que los huesos corresponden a personas que murieron entre 2002 y 2004. Afirma que la búsqueda continuará el próximo año, con la esperanza de hallar otros restos, y explica que Medicina Legal hará estudios genéticos para determinar a quién pertenecen. Se estima que en esa zona y época hubo cerca de 500 desapariciones forzosas.
Pregunta. ¿Qué encontraron en La Escombrera?
Respuesta. Entre el 18 y el 21 de diciembre encontramos los restos óseos de tres individuos, incluyendo uno de una mujer. Posiblemente haya muchos más. La excavación no ha terminado. Estaba planteado para ocho meses y llevamos cinco, faltan tres. Pero, con estos hallazgos, lo más probable es que el cronograma se replantee. Hay que barrer una zona mucho más amplia con la minucia de los antropólogos, y limitar el trabajo de las retroexcavadoras para cuidar y proteger los restos óseos.
P. ¿Qué significa este hallazgo para la historia de la violencia en Colombia?
R. Demuestra que La Escombrera sí fue un lugar de inhumación irregular de cuerpos y que las madres buscadoras tenían razón. Ellas habían advertido desde hace mucho tiempo que ahí los grupos armados botaban a los desaparecidos. Eso, ahora, es indiscutible.
P. ¿Cómo ha sido el proceso de excavación con las madres buscadoras?
R. Ellas están todos los días en el lugar. Son atendidas por la JEP y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas en una carpa en la que se les provee alimentación, seguridad médica y atención lúdica y psicológica. Son un grupo de madres, hermanas, esposas, primas. Hay un par de hombres, pero son sobre todo mujeres. Las mujeres son las que buscan.
P. ¿Cómo explicar que el encuentro de restos óseos sea un motivo de alegría y esperanza para muchas familias?
R. No es motivo de alegría, sino de satisfacción y esperanza. Las víctimas han sido humilladas, maltratadas, tildadas de locas, acusadas de decir mentiras... el hallazgo señala que estaban en lo correcto. En La Escombrera se mató y se desapareció gente. No era un delirio, ni un mito urbano. El hallazgo de los cuerpos les devuelve la dignidad a las madres buscadoras. La desaparición forzada es un duelo sin fin, inacabado. Entonces, la posibilidad de encontrar los restos de un familiar les da la esperanza de poder hacer el duelo completo. Además, se reconstruye la relación entre el ciudadano y el Estado.
P. ¿A qué época pertenecen los cuerpos que encontraron?
R. El tiempo de referencia es aproximadamente de hace 20 años o más: 2002, 2003 y 2004. Eso está claro por los elementos asociados. Hubo un examen geológico, topográfico, un estudio de correrías de agua y otro para saber el tipo de suelo. Todo eso nos permitió determinar las fechas.
P. ¿Tienen indicios de quiénes serían los responsables de las desapariciones forzosas?
R. Los grupos paramilitares que controlaban la Comuna 13 son los máximos responsables de la desaparición forzada. En esa época había un dominio plenamente paramilitar. Es posible que hayan participado otros agentes, pero no lo sabemos. Lo único claro es que son personas víctimas de muerte violenta que fueron arrojadas en La Escombrera para ser desaparecidas. La identidad de los restos óseos nos podrá orientar más hacia los posibles responsables.
P. ¿Cómo van a esclarecer a quién pertenecen los huesos que encontraron?
R. Las estructuras óseas que encontramos están en buen estado y esperamos que eso nos permita una rápida identificación a través del ADN. Esta semana se le entregarán los restos a Medicina Legal para que comience el proceso de individualización, y de manera simultánea se tomarán muestras para el perfilamiento genético.
P. ¿Cómo definieron y limitaron el lugar de búsqueda?, ¿Usaron los testimonios de paramilitares y los mapas a mano alzada que ellos hicieron indicando los posibles sitios donde podían estar los cuerpos?
R. Sí, recogimos los testimonios que dieron los paramilitares en Justicia y Paz [una jurisdicción transicional pactada con ellos en 200]* y tuvimos en cuenta la delimitación de polígonos que había hecho la Fiscalía. Además, hicimos una reconstrucción satelital, otra aerofotográfica y unos estudios geológicos muy especializados para ver los comportamientos del suelo. Nos centramos en las zonas donde había habido menor alteración del terreno en los últimos 20 años. Tomamos todos esos elementos para definir el polígono de búsqueda.
P. ¿Cuánto mide el polígono y qué características tiene?
R. Tiene una extensión de 11.800 metros cuadrados. Es una zona irregular; un basurero, con relleno y sedimentos. En unas zonas hay que remover 27 metros de material para llegar al suelo histórico, donde creemos que están los cuerpos. En otras partes son cuatro metros de escombros. Es un lugar de más o menos 150 metros por 50 metros.
P. Enorme...
R. Es enorme, es básicamente mover una montaña. Incluso, en muchas partes hay que hacer unos taludes de contención para permitir la excavación.
P. ¿Cómo es el proceso de las excavaciones?
R. El proceso requiere aproximadamente 30 personas, entre ingenieros, antropólogos forenses, fotógrafos forenses, topógrafos y un equipo de apoyo de la policía judicial. El primer hallazgo se dio cuando una retroexcavadora estaba removiendo material.
P. Después del hallazgo, el expresidente Álvaro Uribe acusó a la JEP y a los magistrados de tener “un interés político contra las fuerzas armadas” y contra él. ¿Qué le responde?
R. Yo no entro en esas discusiones, porque como juez me corresponden las constataciones fácticas. Encontramos tres cuerpos de víctimas de desaparición forzada. De eso no hay la menor duda. No hay ninguna otra razón por la cual un cuerpo sea arrojado en un basurero. Ha habido una disputa mediática y política, pero a nosotros nada de eso nos compete.
P. Este hallazgo reivindica el trabajo de la JEP en un momento en el que ha habido críticas por la ausencia de sentencias, ¿cree que sirve para que la gente del común entienda las funciones de la Justicia Especial de Paz?
R. Sí, estamos resolviendo cosas que nadie había resuelto. Nadie había hecho un hallazgo en La Escombrera, lo hizo la JEP después de 22 años. Nadie se había planteado la dimensión de los falsos positivos en el cementerio de Dabeiba, eso ni siquiera estaba en el debate y la JEP lo hizo. Todo esto ayuda a devolverle la confianza a la gente en las instituciones.