La gobernación que amarra los contratos

En un lugar cercano a la ciudad de Villavicencio poderosos y recios llaneros se reúnen cada tanto para practicar un deporte que es prácticamente desconocido en el resto del país: el team penning. En pocas palabras esta práctica, que no nace en los llanos orientales sino en las inmensas llanuras estadounidenses, consiste en que un grupo de tres jinetes debe cortar o dividir un rebaño de reses y encerrar dichos grupos de animales en un corral según una clave de números y colores claramente definidos. Cada conjunto de jinetes es un equipo y al final de la jornada el equipo ganador es aquel...

En un lugar cercano a la ciudad de Villavicencio poderosos y recios llaneros se reúnen cada tanto para practicar un deporte que es prácticamente desconocido en el resto del país: el team penning. En pocas palabras esta práctica, que no nace en los llanos orientales sino en las inmensas llanuras estadounidenses, consiste en que un grupo de tres jinetes debe cortar o dividir un rebaño de reses y encerrar dichos grupos de animales en un corral según una clave de números y colores claramente definidos. Cada conjunto de jinetes es un equipo y al final de la jornada el equipo ganador es aquel que logró cumplir la misión de encierro en el menor tiempo posible.

Juan Guillermo Zuluaga, exgobernador del Meta, conoce bien el team penning, así como su buen amigo Andrés Chávez. De hecho, ambos lo disfrutan en un escenario que este último puso a funcionar hace algunos años bajo el mismo nombre de la empresa de seguridad que fundó, pero con la que ahora asegura no tener ningún vínculo: Avizor Seguridad es la empresa y Avizor Arena es el centro de eventos de vaquería.

La pasión compartida por el team penning no tendría nada de malo de no ser porque, más allá de perseguir vacas y encerrarlas, el poderoso vínculo de amistad (por no decir sociedad) que existe entre Zuluaga y Chávez ha resultado altamente fructífero para enlazar o amarrar multimillonarios contratos de la Gobernación del Meta a nombre de Avizor Seguridad durante la Administración de Zuluaga y ahora bajo la de su sucesora y heredera política, Rafaela Cortez.

El asunto funciona igual que el método Thomas Greg para el contrato de los pasaportes del Ministerio de Exteriores colombiano: en los pliegos para una supuesta licitación pública exigen unos requisitos habilitantes que únicamente cumple la compañía de Andrés Chávez. De esta forma, la supuesta licitación, que se ha repetido cada año desde el 2020 ―año en que empezó el Gobierno de Zuluaga― y hasta ahora ―bajo la novísima administración de la heredera―, requiere que la sede principal de la empresa de seguridad esté en Villavicencio y que la unidad canina esté ubicada en el departamento del Meta. Si no cumplen con esos dos requisitos, no hay posibilidad de participar. Es un filtro hecho a la medida, pues no hay más empresas que cumplan con esas dos condiciones en todo el país.

Bajo este particular esquema de licitación pública a dedo se entregaron durante la Administración de Zuluaga más de 24.000 millones de pesos al amigo Avizor y en esta nueva Administración hace apenas un par de meses asignaron otros 5.000 millones de pesos más gracias a un proceso tan, pero tan transparente que solamente tuvo un proponente: Avizor Seguridad Ltda.

En su defensa, el coequipero del team penning, Andrés Chávez, dirá que él no representa a la empresa. Eso es verdad, pero lo que no reconocerá es que desde 2020 la representante legal es su afortunada cuñada Sulma Zoraida Rico, quien, al igual que en el viejo juego importado desde el lejano oeste de los Estado Unidos, completa el equipo de tres: Zuluaga, Chávez y Rico, para seguir enlazando los contratos que sin duda han traído prosperidad a unos y otros. ¡Vaya juego!

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