El mayor grupo de disidencias de las FARC renuncia al secuestro extorsivo

El llamado Estado Mayor Central acuerda dejar esa práctica como parte de las negociaciones con el Gobierno de Gustavo Petro

Iván Mordisco, comandante de las disidencias de la extinta guerrilla de las FARC, habla con otros cabecillas en Caquetá, el 16 de abril de 2023.Ernesto Guzmán (EFE)

El mayor grupo de disidencias de la extinta guerrilla de las FARC en Colombia, el autodenominado Estado Mayor Central (EMC), bajo el mando de Iván Mordisco, ha renunciado al secuestro extorsivo en el marco de las accidentadas negociaciones de paz con el Gobierno de Gustavo Petro. Así lo anunciaron este martes en un comunicado los equipos negociadores de ambas partes, al final del segundo ciclo de diálogos que tuvo lugar entre el 2 y el 11 de diciembre en el departamento del Cauc...

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El mayor grupo de disidencias de la extinta guerrilla de las FARC en Colombia, el autodenominado Estado Mayor Central (EMC), bajo el mando de Iván Mordisco, ha renunciado al secuestro extorsivo en el marco de las accidentadas negociaciones de paz con el Gobierno de Gustavo Petro. Así lo anunciaron este martes en un comunicado los equipos negociadores de ambas partes, al final del segundo ciclo de diálogos que tuvo lugar entre el 2 y el 11 de diciembre en el departamento del Cauca, uno de los más golpeados por un conflicto armado de más de medio siglo.

La mesa de diálogos “registra la decisión del Estado Mayor Central de las FARC-EP de abandonar la práctica de retención con fines económicos”, sostiene el escueto primer punto del comunicado que lleva la firma de Camilo González Posso, el jefe negociador del Gobierno, y de ‘Leopoldo Durán’, el nuevo jefe negociador de las disidencias –quien relevó este mes a ‘Andrey Avendaño’–. También acordaron que el Gobierno llevará a las autoridades competentes las denuncias de alianzas entre miembros de la fuerza pública o funcionarios con grupos ilegales para que “sean investigados y cuando corresponda judicializarlos y sancionarlos”.

El fin del secuestro es el mayor avance de un ciclo de conversaciones que mantuvo un bajo perfil, en contraste con la instalación de la mesa de diálogos en Tibú, en el Catatumbo, en el departamento fronterizo de Norte de Santander, el pasado octubre. Ese mismo mes entró en vigencia un cese al fuego bilateral de tres meses, hasta el 15 de enero de 2024. El EMC decretó unilateralmente un receso en los diálogos a principios de noviembre, luego de un tenso tira y afloje con el Estado sobre la presencia de militares en el corregimiento de El Plateado, un pueblo del cañón del río Micay (Cauca). El Gobierno anunció dos semanas después que se reanudaba la negociación. El tercer ciclo se realizará en Bogotá entre el 9 y el 18 de enero de 2024, cuando se discutirán temas relacionados con los cultivos ilícitos y la situación socioambiental de la Amazonía –el EMC es el actor dominante en el llamado arco de la deforestación amazónica–. También se definirá si se mantiene el cese al fuego.

El secuestro, uno de los crímenes más crueles y repudiados por la sociedad, ha vuelto a agitar el debate público por cuenta de las acciones del Ejército de Liberación Nacional, el otro grupo armado con el que el Gobierno tiene en marcha una mesa de diálogos como parte de su política de paz total. La última guerrilla en armas del país tardó 12 días en responder al clamor nacional para liberar al padre del futbolista Luis Díaz, y ha sido reacia a abandonar esa práctica a pesar de la presión del Gobierno. De cumplir lo acordado, las disidencias del EMC habrán renunciado al secuestro antes que el ELN.

Los casos de secuestro vienen al alza. La Defensoría del Pueblo publicó esta semana un listado con 91 personas que permanecen en cautiverio en Colombia, e hizo un llamado para darle prioridad a ese tema en ambas mesas de diálogo. Al menos 287 personas fueron secuestradas en el país entre enero y octubre, de acuerdo con un informe de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), el mayor pico desde 2016, el año en que el Gobierno de Juan Manuel Santos y las antiguas FARC firmaron el acuerdo de paz.

El encaje de las disidencias ha sido desde el primer momento uno de los mayores desafíos de la paz total, pues no son fáciles de agrupar en una misma categoría. El EMC es una amalgama de estructuras muy diversas, como advierte la Fundación Ideas para la Paz. “Tienen diferentes orígenes y motivaciones para su surgimiento, compuestas por disidentes (entre ellos una parte no menor de milicianos), reincidentes que firmaron el acuerdo y retomaron las armas, y nuevos reclutas que componen la mayor parte de las bases de estos grupos”. Es el principal responsable de los 400 asesinatos de exguerrilleros que sí se acogieron al acuerdo de paz y uno de los mayores perpetradores de graves violaciones contra menores de edad, de acuerdo con el informe de la ONU sobre los niños y los conflictos armados en el mundo.

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