El hermano del ministro de Salud, la ficha del petrismo que tambalea en el ajedrez electoral del Tolima
El CNE no ha resuelto una demanda sobre la posible inhabilidad de Mauricio Jaramillo, candidato a la Gobernación, por su parentesco con el jefe de esa cartera
A tres semanas de las elecciones regionales del 29 de octubre, Mauricio Jaramillo, hermano y aliado del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, se mantiene en la cuerda floja en la contienda por la Gobernación del Tolima. El Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha resuelto una demanda por la presunta inhabilidad del candidato, un político liberal de larga carrera que busca romper el poderío ...
A tres semanas de las elecciones regionales del 29 de octubre, Mauricio Jaramillo, hermano y aliado del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, se mantiene en la cuerda floja en la contienda por la Gobernación del Tolima. El Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha resuelto una demanda por la presunta inhabilidad del candidato, un político liberal de larga carrera que busca romper el poderío conservador de los últimos ocho años en esa zona con vocación agrícola del centro del país, y que, de ganar, probablemente sería uno de los gobernadores más cercanos al Gobierno.
Los hermanos Jaramillo son herederos de una familia liberal. Su padre, Alfonso Jaramillo Salazar, fallecido en 2018, fue senador de la República, gobernador entre 1962 y 1964, embajador en Noruega, y ministro de Salud en el Gobierno del liberal Julio César Turbay, a finales de los setenta. El dirigente y médico de la Universidad Nacional fue el primer alcalde de elección popular del municipio de Líbano (Tolima). Su esposa, Hilda Martínez de Jaramillo, también fue congresista.
Mauricio, el menor de los dos hermanos ―de un total de cinco―, es abogado de la Universidad del Rosario. Fue representante a la Cámara, concejal de Bogotá y cuatro veces senador de la República, lo que le aseguró protagonismo regional. Después se desempeñó como secretario general del Partido Liberal, puesto al que renunció por diferencias con el entonces jefe de la colectividad, Simón Gaviria, hijo del expresidente César Gaviria Trujillo.
Con 66 años y un familiar como ministro, Jaramillo Martínez repite este año la aspiración que tuvo en 2015, cuando su hermano Guillermo Alfonso iba tras la elección como alcalde de Ibagué. El hoy ministro obtuvo el triunfo, mientras el hoy candidato fue derrotado por el conservador Óscar Barreto, quien tenía el respaldo del otrora poderoso uribismo. Los Jaramillo eran los jefes políticos del entonces gobernador Luis Carlos Delgado, pero eso no fue suficiente para lograr la doble victoria. Esta vez Mauricio Jaramillo le apunta a la revancha avalado por el Partido Liberal y en alianza con los movimientos políticos que integran el gobiernista Pacto Histórico
Eso ha producido cuestionamientos por su parentesco con uno de los miembros más visibles del gabinete del presidente Gustavo Petro, encargado además de la debatida y representativa reforma a la salud.
El abogado Germán Barberi argumenta que el aspirante está inhabilitado porque, dentro de los 12 meses anteriores a su inscripción como candidato, tuvo un pariente de segundo grado de consanguinidad con autoridad administrativa en el departamento. “El hermano no solamente fue designado como ministro de Salud, con amplio margen de funcionabilidad a nivel nacional, incluyendo el Tolima, sino que fue designado en dos ocasiones como ministro delegatario con funciones presidenciales. Un estudiante de primer semestre de derecho sabe que existe una inhabilidad”, sostiene Barberi, demandante ante el Consejo Nacional Electoral.
El ministro de salud, médico de 73 años, ha sido un alfil del presidente Petro desde que el jefe del Estado fue alcalde de Bogotá. Jaramillo, médico especializado en cirugía cardiovascular en Suecia, fue secretario de Salud al inicio de la Alcaldía de Petro, en 2012, y luego asumió como secretario de Gobierno. En 2022, fue el gerente de campaña de las listas del Pacto Histórico al Congreso.
Además de médico, tiene una larga trayectoria política que inició como concejal del municipio de Armero en 1976. Fue diputado del departamento, representante a la Cámara y Senador de la República. Antes de ser alcalde de Ibagué, fue gobernador del Tolima entre 2000 y 2004, elegido como liberal.
El candidato defiende su aspiración. “No hay ningún hecho que demuestre que mi hermano me ha favorecido electoralmente. No hay un solo acto administrativo como ministro delegatario que me haya favorecido. Si se trata de desequilibrio, viene de quienes tienen el poder. Hay manipulación de contratistas para obligarlos a hacer política y conseguir votos”, sostiene.
La principal adversaria de Jaramillo a la Gobernación es Adriana Magali Matiz, una abogada de 48 años que fue representante a la Cámara en el anterior periodo por el Partido Conservador. Matiz es ficha de exgobernador Barreto, hoy senador y barón electoral del Tolima. Su influencia en entidades como la Corporación Autónoma Regional del Tolima y varios hospitales públicos, entre otras, le han asegurado poder en la región.
El analista político tolimense Agustín Angarita explica que el Partido Liberal intenta recuperar un espacio perdido. “Está tratando de detener el arrasamiento político que están haciendo Oscar Barreto y su equipo, conocido como el barretismo, en este caso con una candidatura que no está clara por los impedimentos que podrían surgir”, apunta.
Por su parte, el director del Instituto de Desarrollo Regional de la Universidad de Ibagué, Jaime Eduardo Reyes, opina que la discusión jurídica sobre la presunta inhabilidad de Jaramillo ha reducido la calidad del debate político. “El Tolima sigue estancado en muchos temas de desarrollo, como el índice de competitividad o el desempleo”, lamenta. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), el Tolima es uno de los tres departamentos del país con mayores tasas de desempleo con el 15,7%.
Una ponencia a favor de Jaramillo en el Consejo Nacional Electoral no prosperó por no obtener los votos requeridos. De los nueve magistrados, votaron siete. Cinco de ellos respaldaron la solicitud de revocatoria y dos la rechazaron, pero se requería una mayoría de seis. Ahora se espera una nueva votación con la participación de dos conjueces.
La demora para resolver el caso, faltando apenas tres semanas para las elecciones, le reduce al hermano del ministro la posibilidad de jugarse la siguiente carta para tratar de mantener su candidatura, que sería una acción de tutela. Matiz también enfrenta una demanda por presunta doble militancia, al pedir votos a favor a dos candidatos locales de partidos diferentes al Conservador. Los otros aspirantes a la Gobernación del Tolima son Jorge Palomino, del partido Dignidad y Compromiso; Yuly Porras, del Partido de la U, y el escritor William Ospina, avalado por la Liga de Gobernantes contra la Corrupción.
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