Bodas, bautizos y minitecas Santander
El recinto histórico donde nació uno de los protagonistas de la independencia de Colombia, el general Francisco de Paula Santander, es hoy escenario de fiestas y banquetes
La de Colombia es una historia de encuentros y desencuentros con la protección de los edificios patrimoniales y los monumentos nacionales. Hay temporadas en que el Estado se empeña en devolverle la vida y la relevancia a antiguas construcciones que fueron parte del desarrollo de nuestro país, pero luego llegan otros tiempos en que el esfuerzo merma y aquellos espacios que fueron protagonistas de la construcción de esta nación pasan al olvido.
Ese descui...
La de Colombia es una historia de encuentros y desencuentros con la protección de los edificios patrimoniales y los monumentos nacionales. Hay temporadas en que el Estado se empeña en devolverle la vida y la relevancia a antiguas construcciones que fueron parte del desarrollo de nuestro país, pero luego llegan otros tiempos en que el esfuerzo merma y aquellos espacios que fueron protagonistas de la construcción de esta nación pasan al olvido.
Ese descuido por nuestro patrimonio es el que llevó a que irresponsables administraciones de Cartagena permitieran la construcción de una torre residencial que hoy tiene en riesgo el reconocimiento global que la Unesco le dio al complejo histórico de esa ciudad del Caribe. Es ese mismo descuido el que hace que el recinto histórico donde nació uno de los protagonistas de la independencia de Colombia, el general Francisco de Paula Santander, sea hoy escenario de fiestas y banquetes con la anuencia de las administraciones de Villa del Rosario, Cúcuta, Norte de Santander y creería uno que hasta del Ministerio de Cultura.
La fiesta más reciente fue el pasado sábado, en pleno puente festivo de Reyes, cuando a pesar de que visitantes nacionales e internacionales se agolpaban después del mediodía en la entrada del Parque Grancolombiano para visitar las ruinas de la iglesia donde se firmó la Constitución de 1821 y la casa natal de Santander, el acceso estaba completamente restringido, pues el complejo patrimonial estaba alquilado para la realización del matrimonio de un reconocido personaje de esa región del país.
De nada sirvieron los ruegos de los guías que acercaban a los turistas a visitar ese que es tal vez el sitio más atractivo de la zona metropolitana de Cúcuta. “El museo está cerrado, vengan otro día”, respondían los encargados de seguridad, mientras por la misma puerta entraban con sus mejores galas los cerca de 150 invitados a la fiesta que se prolongó hasta altas horas de la noche en medio de una fantástica cena y la compañía de una potente orquesta cuyas notas retumbaron y retumbaron contra los viejos muros de la casa de Santander.
No es la primera fiesta que se realiza en el lugar. La administración del Parque Grancolombiano asegura que es haciendo ese tipo de alquiler para eventos que se logran conseguir los recursos para garantizar el mantenimiento de la casa museo, los demás edificios históricos y todo su entorno, incluyendo los espectaculares jardines que permanecen verdes todo el año a pesar de las altas temperaturas de la ciudad.
Sin embargo, es ahí donde surge la inquietud: ¿un monumento nacional como lo es el templo histórico donde se firmó la constitución fundacional de la Gran Colombia en 1821, así como la casa de una de las figuras más importantes de la independencia y constitución del país deben servir como marco para cualquier tipo de evento? ¿Basta con pagar unos cuantos pesos para que deje de importar el carácter patrimonial?
Hace poco el Estado empezó la inversión de cerca de 40 mil millones de pesos para la recuperación del complejo histórico, pero hoy alquilan todo el parque por 750.000 pesos para hacer fiestas como la del sábado pasado. ¿Es esto justo con la historia y con nuestros bolsillos?
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