El ELN anuncia un alto al fuego para las fiestas de fin de año en Colombia

La medida unilateral se suma a los acuerdos de alivio humanitario con los que se cerró el primer ciclo de negociaciones en la mesa de Caracas

Miembros del Ejército de Liberación Nacional anuncian un alto al fuego temporal.Vídeo: RR SS

El ELN ha anunciado un alto al fuego unilateral para este fin de año en medio de las negociaciones que mantiene con el Gobierno colombiano en el marco de la política de paz total. La guerrilla ofrece este gesto de buena voluntad, que irá desde la mañana del 24 de diciembre hasta la del 2 de enero, como señal de que esta vez parece más dispuesta que nunca a alcanzar un acuerdo de paz y desmovilizarse después...

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El ELN ha anunciado un alto al fuego unilateral para este fin de año en medio de las negociaciones que mantiene con el Gobierno colombiano en el marco de la política de paz total. La guerrilla ofrece este gesto de buena voluntad, que irá desde la mañana del 24 de diciembre hasta la del 2 de enero, como señal de que esta vez parece más dispuesta que nunca a alcanzar un acuerdo de paz y desmovilizarse después de más de medio siglo de lucha armada. De acuerdo con las cifras más recientes del Ejército, el ELN tenía al menos 2.350 combatientes en 2021 y una notoria presencia tanto en regiones fronterizas con Venezuela, como el Catatumbo y Arauca, como en los departamentos de Nariño y Chocó, cerca del corredor del Pacífico.

En el video en que los rebeldes han hecho el anuncio recalcan que la medida “solo cubre a las Fuerzas Militares y de Policía”, de manera que se reservan “el derecho de defenderse en caso de que ser atacados”. Desde el inicio de los diálogos persiste la duda de si algunos frentes de la guerrilla que operan con un grado importante de independencia acatarán las decisiones que tome la cúpula negociadora que la semana pasada concluyó el primer ciclo de conversaciones con el Gobierno de Gustavo Petro en Caracas. La justicia colombiana ha detectado en el interior del ELN seis grupos de combatientes dedicados al narcotráfico y la minería ilegal que no suelen cumplir los altos al fuego y no tienen interés en una proceso de negociación y un desarme. Estas cédulas tratan de boicotear un acuerdo que pondría en peligro sus fuentes de financiación y el sentido mismo de su existencia.

En el mapa nacional de riesgos por la presencia del ELN en Colombia que presentó recientemente la Defensoría del Pueblo, la última guerrilla activa en el país “tiene presencia, hace tránsito o intermitencia” en 22 de los 32 departamentos, principalmente en Norte de Santander –donde se encuentra la región del Catatumbo–, Chocó, Arauca, Antioquia, Valle del Cauca, Cauca y Nariño. En Arauca mantiene una guerra con las disidencias de la extinta guerrilla de las FARC que se apartaron del proceso de paz –que en más de una ocasión se ha desbordado a la vecina Venezuela– y en el Chocó con el Clan del Golfo, el mayor grupo del narcotráfico, que se autodenomina Autodefensas Gaitanistas de Colombia.

El senador Iván Cepeda, parte del equipo negociador del Gobierno, recibió el anuncio, a pesar de su carácter unilateral, como una “muestra de buena voluntad y aporte para seguir construyendo el camino de la paz en el contexto de los diálogos que estamos adelantando”. También la oficina del alto comisionado para la Paz celebró la medida, y señaló que espera que otros grupos armados se unan públicamente a este cese el fuego unilateral, “como una manera de manifestar su respeto por a la voz de las comunidades, de los procesos territoriales y de la sociedad en general que cree que la paz es posible y necesaria”.

El Ejército de Liberación Nacional ha declarado en varias ocasiones treguas unilaterales, como lo hizo en mayo para las elecciones presidenciales, pero hay un antecedente clave con respecto a una negociación. El proceso con el ELN que comenzó al final del Gobierno de Juan Manuel Santos (210-2018), y que la mesa de Caracas se propuso retomar desde el punto donde quedó suspendido en el periodo de Iván Duque, no alcanzó un acuerdo de paz, pero sí un cese al fuego “bilateral, temporal y nacional” que duró 101 días.

Ese acuerdo parcial, alcanzado en septiembre de 2017, fue el primer documento jamás firmado por el ELN con Gobierno alguno, a pesar de que se ha sentado a negociar con casi todos desde los años 80. Fundado en 1964, el ELN nació bajo el influjo de la revolución cubana y también tiene raíces católicas, inspirado en la Teología de la liberación. “Ese cese bilateral de fuegos coincidió con la visita del Papa Francisco a Colombia y se cumplió bien, de lado y lado, como lo certificó las Naciones Unidas, que eran los veedores”, destaca Juan Camilo Restrepo, quien fue en ese entonces el jefe negociador del Gobierno de Santos. Un antecedente que puede ser útil para que la nueva negociación avance.

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El anuncio se produce luego del primer ciclo de diálogos, que concluyó sin llegar a concretar el esperado alto al fuego bilateral después de tres semanas en Caracas. A la espera de conocer las fechas precisas de la próxima tanda de negociaciones en enero, las delegaciones ya decidieron trasladarse a México. Las partes anunciaron acuerdos de alivio humanitario para dos regiones concretas del Pacífico –el Bajo Calima, en el departamento del Valle del Cauca, y el Medio San Juan, en el Chocó–, aunque un paro armado del ELN en el Chocó ha enturbiado esas perspectivas. A comienzos de mes el presidente Petro anunció otro acuerdo humanitario de la mesa, que consiste en que los indígenas embera desplazados por todo el país y a menudo empujados a la mendicidad en las grandes ciudades puedan retornar a Alto Andágueda, también en el Chocó, su lugar de origen.

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