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Castigo virtuoso de la osadía

El húngaro Szabo se lanza a un ataque frenético sin refugiar antes a su rey, lo que el checo Vykouk aprovecha para firmar una obra de arte

Los entrenadores e instructores de ajedrez de todos los países del mundo no se cansan jamás de resaltar la enorme importancia de poner al monarca propio a buen recaudo antes de atacar, sobre todo si el centro está abierto. Pero no pocos jugadores se agarran erróneamente a que toda norma tiene su excepción: evalúan y calculan que no hay peligro de contraataque, y ceden a la gula de comer piezas.

Es el caso del húngaro Szabo en la partida de este vídeo, que convierte al checo Vykouk en inmortal por la muy precisa y espectacular manera de castigar la osadía y crear una obra de arte.

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