La profundidad de Carlsen a los 20 años
El futuro campeón brilla en una partida de ataques en flancos opuestos frente a un rival de postín, el estadounidense Nakamura, a quien doblega con gran precisión
Ningún experto en ajedrez dudaba en 2011 que el noruego Magnus Carlsen era un sólido candidato para ocupar el trono mundial más temprano que tarde. Pocos en la historia habían impresionado tanto desde su adolescencia hasta los 20 años. Exhibía una aparente facilidad para comprender sutilezas muy profundas, una virtud que suele definir a los genios.
Ese asombro y admiración generalizados fueron aún mayores a finales de ese 2011, porque fue un año triunfal del noruego, dos antes de la conquista del título frente al indio Viswanathan Anand. Pero Carlsen ya brilló mucho en el torneo que inaugura cada temporada en la élite, el de Wijk aan Zee (Países Bajos), el Roland Garros del ajedrez. Allí creó la obra de arte glosada en este vídeo, frente a otra joven estrella, el estadounidense Hikaru Nakamura. Carlsen combina la belleza y la precisión con una profundidad pasmosa.