Uber anuncia el desembarco en Argentina y empieza la polémica
La app ya funciona en 400 ciudades en todo el mundo y 30 de América Latina
Argentina no podía ser indiferente a un problema mundial. El desembarco de la aplicación de transporte inteligente Uber ya genera polémica desde que hizo pública su convocatoria de choferes para comenzar sus operaciones en forma “inminente”. Ese es el plazo que indicó la Gerente de Comunicación que la firma tiene en el Cono Sur. Los gremios de taxistas ya preparan movilizaciones para los próximos días. “Vamos a dar la pelea que corresponda, a todo nivel”, coinciden.
México y Uruguay fueron los últimos casos resonantes de un problema que ya parece ser un clásico para Uber: poder desembarcar en los países de América Latina. A partir del anuncio realizado en Argentina, donde comenzaron a convocar choferes, los taxistas pusieron el grito en el cielo.
El aviso se publicó en la página de Facebook de Uber, en el que también establece los requisitos para ganarse el empleo. Entre ellos, poseer una licencia de conducir y ser mayor de 21 años; tener al día la oblea que brinda el seguro automotor; presentar un certificado de antecedentes penales (en Argentina tiene un costo de 150 pesos, unos 10 dólares, que luego son reembolsados por la firma); tener un vehículo modelo 2009 en adelante, con cuatro puertas, espacio para valijas y aire acondicionado, entre otras cosas.
“No tenemos todavía una fecha de inicio de operaciones, pero la llegada de Uber es inminente. Vamos a hacer el anuncio cuando llegue ese momento. Por ahora estamos compartiendo información sobre cómo funciona Uber, qué es y qué no es. Queremos entender el interés y la disponibilidad de los argentinos que están buscando nuevas oportunidades económicas con la autonomía y flexibilidad que Uber ya brinda a socios conductores en más de 400 ciudades alrededor del mundo, más de 30 de ellas en América Latina”, fue el escueto comunicado a los medios firmado por Soledad Lago Rodríguez, Gerente de Comunicación de Uber para Cono Sur.
Por lo pronto el conflicto parece haber logrado algo hasta ahora inédito en esta nueva etapa política de Argentina: unir a las centrales obreras más antagónicas, la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), en pos de derrotar a un enemigo en común.
“Nosotros no estamos muy felices por este desembarco porque creemos que no vienen a competir con armas legales, que es lo que pedimos para que funcionen estos servicios. Uber no viene a generar puestos de trabajo ni a pagar impuestos; no viene a generar ninguna bonanza, más bien todo lo contrario, y pone en riesgo 100.000 puestos de trabajo en todo el país”, manifestó a EL PAIS Jorge Celia, presidente de la Sociedad de Propietarios de Automóviles con Taxímetro (SPAT).
Celia también remarcó que “no es solo un problema de los taxistas sino un problema del transporte público de pasajeros. Por lo que haremos los esfuerzos desde lo legal y también en la calle”. En ese sentido, los múltiples gremios de taxistas que existen en Argentina discuten por estas horas una o dos movilizaciones previas a la que ya estaba preparada para el 6 de mayo.
En la misma sintonía está la Asociación de Taxistas de Capital (ATC). Su secretario general, Luis Fernández, fue contundente: “Nosotros estamos totalmente en contra y vamos a resistir el trabajo ilegal porque esto no está permitido por la legislación argentina. Hay un marco de regulación que protege la actividad del taxi y nos crea obligaciones y deberes”. En la ciudad de Buenos Aires, existen alrededor de 60.000 choferes de taxi.
Uber fue creada en 2009 en Estados Unidos. Enseguida cobró un inusual éxito por su comodidad y la seguridad que genera no tener que manejar dinero, dado que el vehículo se pide por una aplicación móvil y se abona con tarjeta de crédito. Sin embargo, la principal ventaja son las tarifas, menores a las de un taxi convencional.
En Sudamérica el servicio ya está disponible en varias ciudades de Colombia, Brasil, Perú, Chile y Uruguay. Tanto en ese último país como en Francia la aplicación suscitó controversias con los taxistas -que lo consideran una competencia desleal- y también con autoridades locales en ciudades donde hay un vacío de regulación para ese tipo de servicios.
“No nos paraliza que Uber superó los conflictos en Europa y en buena parte de América Latina”, desafió Fernández, “nosotros no estamos en oposición al avance tecnológico pero todo eso debe ser dentro del marco de regulación, respeto a las normas laborales y el código de transito nacional y de la Ciudad. Estas empresas no crean ningún puesto de trabajo y solo vienen a interferir una actividad que tiene un servicio de excelencia, con coches que no tienen más de 5 años de antigüedad y choferes que tienen cursos de especialización. Seremos parte de una lucha más contra este tipo de empresas, con las que no estamos dispuestos a conciliar nada. Vamos a dar la pelea que corresponda, a todo nivel”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.