Usted ya lo sabe. A no ser que haya vivido en el interior de una cápsula durante los últimos meses, habrá oído hablar de la crisis. Esa que nos va a acompañar previsiblemente durante 2009. Se le considera el año negro, pero viene acompañado de subidas en todos los servicios a pesar de que el IPC pueda quedar por debajo del 2%, que es el objetivo del Gobierno.
El menú no pintaba mal. Crema de marisco, solomillo con setas al aroma de moscatel, crema catalana y una cajita con dulces navideños. Ni pintaba ni olía nada mal, pero en la habitación D-102 del nuevo hospital Puerta de Hierro de Majadahonda la cena de Nochevieja quedó intacta.
Maneras de celebrar el nuevo año
Más de 15.000 personas celebraron la Nochevieja en la Puerta del Sol, según cálculos de EL PAÍS. Entre los que se comieron las uvas delante del carillón hubo sobre todo extranjeros y españoles de fuera de Madrid. Los gatos brillaron por su ausencia. Esa noche, el Servicio de Limpieza Urgente (Selur) recogió 26.500 kilos de basura, 1.600 más que en 2007.
Cuatro aspirantes a Jedi alborotan el cotarro con sus espadas de luz cutres. Se han encaramado al tejado de uno de los edificios de la Puerta del Sol. La marabunta, más de 15.000 personas según cálculos de EL PAÍS, les jalea. Silba, grita, levanta sus copazos y menea sus pelucas con movimientos convulsivos. Trata de saltar, pero no puede. Es Nochevieja en Sol.
El último día del año estuvo teñido de sangre. Lo que iba a ser una fiesta en Galapagar (30.000 habitantes) terminó con la muerte de un joven de 16 años, Víctor Stanfor MacGregor Moncada, que recibió varias puñaladas. Una de ellas, en el corazón.
Sobre las 19.20 del pasado miércoles Ambrosio Aznar, el corredor número 25.834 de la San Silvestre Vallecana, se desplomó cuando pasaba junto a otros miles de corredores por la glorieta de Atocha. Una ambulancia del Samur situada junto a la gasolinera de Repsol, a pocos metros de donde cayó el hombre, acudió al lugar.
La popular San Silvestre congregó a miles de ciudadanos en las calles de la ciudad. La afluencia de corredores y curiosos provocó un auténtico atasco humano. El regreso a casa tras la prueba y los cortes de tráfico por la carrera causaron grandes retenciones en algunas vías del centro y en las salidas de la ciudad.
La Real Fábrica de Tapices, emporio textil centenario, acomete un desafío sin precedente en su rica historia: mostrar al público los esfuerzos comprometidos por la institución madrileña en modernizar en sus tapices, alfombras y reposteros los motivos pictóricos que han acreditado sus renombradas labores durante siglos.