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Vídeos de ajedrez | Un ataúd con mucho arte

En la posición inicial, todo indica que las negras ganarán sin dificultad; pero hay un camino, de extrema belleza, que conduce a su ineludible derrota

Es muy fácil encontrar similitudes o conexiones entre el ajedrez y las matemáticas, tanto en el ámbito puramente deportivo como en el educativo. Enlazarlo con la química no es tan evidente, pero hay al menos un elemento común: la precisión, y muy especialmente en los finales artísticos. Los componentes de una fórmula química deben ser mezclados en las dosis exactas para lograr lo que se pretende, y algo muy similar ocurre en el delicioso estudio del francés Henry Rinck (Lyón, 1870 – Badalona, 1952), glosado en este vídeo.

Hete aquí que Rinck, quien residió gran parte de su vida en el área de Barcelona, ejerció como químico profesional, especializado en aceite de oliva durante toda su estancia en España (aunque tuvo que huir durante la Guerra Civil, 1936-1939, para volver cuando terminó). Pero eso no le impidió crear unos 1.700 finales artísticos de una altísima calidad media, que lo convierten en uno de los mejores compositores de la historia. En el que nos ocupa hoy, las blancas cuentan con un alfil, un caballo y cinco peones. Cada una de esas figuras es imprescindible para delimitar el muy estrecho camino que lleva a la victoria frente a una dama, acompañada de cuatro peones. El primer vistazo indica que las negras ganarán fácilmente, pero Rinck nos demuestra lo contrario con gran virtuosismo.

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