Refrito y endogamia

Ahora hasta el crimen es pop. Todo es posmoderno, todo es líquido. Todo es la nada

El consejo de administración de Mediaset en una junta de accionistas

A veces se nos olvida que Antena 3 también hace telebasura; que se empezó a hacer en el mismo momento en el que la cadena empezó a andar. Telecinco, en 1990, programaba sobre todo dibujos animados. Anime a todas horas. Series deportivas, series de niñas con poderes. Incluso fueron tan inteligentes que pusieron ...

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A veces se nos olvida que Antena 3 también hace telebasura; que se empezó a hacer en el mismo momento en el que la cadena empezó a andar. Telecinco, en 1990, programaba sobre todo dibujos animados. Anime a todas horas. Series deportivas, series de niñas con poderes. Incluso fueron tan inteligentes que pusieron una serie imbatible como Campeones a la hora de los telediarios. Y claro, explícale a un niño de nueve años que no puede ver la catapulta infernal de los gemelos Derrick porque sus padres quieren saber cómo va en la Guerra del Golfo.

El excelente documental El caso Alcàsser explicaba no solo qué pasó con Miriam, Toñi, y Desirée (aunque la esencia de los hechos la conocemos todos: crueldad y ensañamiento post mortem), sino también qué pasaba con nosotros, qué hizo que aquello fuera un evento que no llegó a berlanguiano porque antes que nada era nefando.

Ahora hasta el crimen es pop. Todo es posmoderno, todo es líquido. Todo es la nada.

Hemos recorrido un largo camino desde que contemplamos por primera vez “la vida en directo”, desde que se nos sugirió desde TVE vivir en directo “la lucha por la fama” (que resultó ser, por suerte, una entrañable convivencia entre jóvenes cantantes). El público que vibró con Oliver y Benji puede que sea la última generación de televidentes puros. Los que han venido después, los que vendrán, son público de pantallas. Yo ya apenas distingo Cuatro de La Sexta. La Sexta está más politizada si cabe, y en Cuatro sale Risto Mejide todo el tiempo. Ahora mismo la televisión ofrece dos opciones: el refrito (nunca nos cansaremos de ver Casa de empeños ni Los Simpson), y la endogamia informativa (para que luego digan de la realeza). Pienso en todo esto porque este miércoles, al parecer, entra un nuevo presidente en Mediaset. Se llama Borja Prado y, por lo que me cuentan, es un tirano en el sentido originario del término. Es decir, que viene a arreglar las cosas. A veces, para entender la televisión, hay que entender antes de economía.

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