Lorenzo Milá: “Todo pasa por periodismo y no todo lo es”
El comunicador barcelonés habla del ruido que desprenden la actualidad del periodismo y las exigencias de la política
Lorenzo Milá (Esplugues de Llobregat, Barcelona, 61 años) estuvo al frente de telediarios y de programas en los que marcó una manera distinta de ser de la televisión, en Televisión Española. Ha sido corresponsal en varios lugares del mundo (de Washington a Roma) y ahí también hizo visible su personalidad de hombre, y de periodista, sereno, un maestro del sosiego. Ahora habla del ruido que desprenden la actualidad del periodismo y las exigenc...
Lorenzo Milá (Esplugues de Llobregat, Barcelona, 61 años) estuvo al frente de telediarios y de programas en los que marcó una manera distinta de ser de la televisión, en Televisión Española. Ha sido corresponsal en varios lugares del mundo (de Washington a Roma) y ahí también hizo visible su personalidad de hombre, y de periodista, sereno, un maestro del sosiego. Ahora habla del ruido que desprenden la actualidad del periodismo y las exigencias de la política.
Pregunta. Juan Cueto, en una página en la que había una entrevista con usted, se refería al ruido que inundaba en 2007 la televisión y la telebasura. Ese ruido persiste.
Respuesta. ¡Habla de los SMS! Fíjate lo que ha pasado en estos catorce años. Es muy fuerte. Ha habido una explosión de comunicación ligera, en muchos casos frívola, insultante, agresiva, ofensiva. Una explosión. La sociedad ha quedado inundada de este tipo de comunicación, que tendrá muchas cosas buenas, pero que está dejando una huella muy peligrosa, erosionando la convivencia.
P. ¿Qué efecto tiene ahora ese ruido?
R. Es un cóctel que está produciendo la rotura de la convivencia, rompe las reglas del juego y del respeto. En las democracias éramos capaces de convivir sin pensar igual y sin ser iguales. Se ha instalado un lenguaje y una actitud del todo vale que está produciendo el embrutecimiento en las sociedades occidentales, empezando por Estados Unidos.
Los medios no son fábricas de hacer tornillos; perfilan opiniones
P. ¿Cómo ve las consecuencias de la experiencia de Trump?
R. Este último domingo Moisés Naim citó en EL PAÍS un artículo de Robert Kagan, uno de los principales estrategas republicanos. Dibuja un panorama preocupante de descomposición de las democracias empezando por la suya, que se supone que es la referencia. La utilización retorcida para reducir las garantías democráticas ocurre ante nuestros ojos, está pasando con líderes y formaciones populistas que no dudan en recurrir a la mentira y al enfado de su electorado con tal de mantenerlo movilizado para que, cuando lleguen las elecciones, vaya a votar hasta el último.
P. ¿Cómo ve el caso español?
R. Es una derivada de lo que pasa en Estados Unidos o en la Gran Bretaña del Brexit. Consiste en que la política convencional ya no sirve y con el disfraz de demócratas se rompen las reglas del respeto. Eso es muy peligroso.
P. ¿Qué debe hacer el periodismo?
R. Es un reflejo de lo que ocurre, a lo que seguramente contribuye en buena medida. Los medios de comunicación cuyo único fin es ganar dinero están dispuestos a lo que sea, también al embrutecimiento de la audiencia, con tal de que los números cuadren. Los medios no son fábricas de hacer tornillos, son empresas que perfilan opiniones y reglas de convivencia, desde el respeto, no desde el populismo.
P. ¿Qué haría usted?
R. Volver a la base de la profesión: preguntar, informarte, preguntar a quien sabe y no a quien te conviene. Preguntar, preguntar, preguntar. Muchas veces se hace, y con rigor, pero estamos en un momento de explosión, de ruido, y ahora internet multiplica hasta el infinito mensajes que pueden ser positivos pero que son negativos también. Todo pasa por periodismo y no todo lo es.
P. Usted hizo triunfar el sosiego. Ese sosiego ahora no parece ser bien recibido.
R. Hoy el público se ha fragmentado en una miríada de grupos de audiencia y de consumidores de información en los periódicos, en la televisión, en la radio y en internet, y cuesta encontrarlo. Hay menos conexión, menos complicidad que la que hubo. Hay tantas personas que sólo consumen la información que confirma sus opiniones. La explosión de información y de ruido ha producido muy poco sosiego y, encima, hay estrategias políticas deliberadas para enfadar al electorado y mantenerlo movilizado.
El público se ha fragmentado en una miríada de grupos y cuesta encontrarlo
P. Hay gente que se pregunta cómo TVE no convence a Lorenzo Milá para que cambie a sosiego lo que ahora es ruido.
R. TVE me ha tratado muy bien. Y me sigue tratando muy bien. Respeta que yo esté en un momento en que trato de reinventarme, y me dan tiempo para que encuentre una fórmula de contribuir a la empresa y a la comunicación desde otra perspectiva. Espero encontrar la fórmula antes de perder la energía. Se pueden hacer cosas distintas con el medio ambiente, con los valores de la democracia y del respeto. Seguramente no serán productos mayoritarios, pero podría ser una lluvia fina que tiene que estar ahí.
P. Menos es más, decían en Estados Unidos…
R. Tantas veces es cierto. Quizá por mi carácter huyo de las grandilocuencias, soy una persona tímida que huye del relumbrón, aunque la vida me ha llevado a este escaparate… Yo iba para naturalista, quería ser Jacques Cousteau o Rodríguez de la Fuente. Y sigo siendo esa persona tranquila que escapa de los focos cuando puede.
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