Muchos puzzles y una ‘noria infernal’: así se crean las pruebas de ‘Supervivientes’
Varios miembros de la productora Bulldog TV, responsable del programa de Mediaset, explican cómo idean, construyen y trasladan los juegos a las diminutas islas de Honduras donde transcurre el espacio
Si hay algo que da grandes momentos televisivos a Supervivientes, más allá de su elenco de concursantes, son las elaboradas pruebas que se desarrollan en directo desde las islas de Cayos Cochinos (Honduras), donde transcurre el espacio de telerrealidad. Retos de resistencia física, agudeza mental y algo de cultura general deciden cuál de los participantes es líder de la semana y les aportan recompensas en forma de alimentos o utensilios de supervivencia. También dotan de contenidos y ritmo narrativo a ...
Si hay algo que da grandes momentos televisivos a Supervivientes, más allá de su elenco de concursantes, son las elaboradas pruebas que se desarrollan en directo desde las islas de Cayos Cochinos (Honduras), donde transcurre el espacio de telerrealidad. Retos de resistencia física, agudeza mental y algo de cultura general deciden cuál de los participantes es líder de la semana y les aportan recompensas en forma de alimentos o utensilios de supervivencia. También dotan de contenidos y ritmo narrativo a un programa que ocupa tres de las noches de la parrilla semanal de Mediaset. La creación de estos juegos es uno de los elementos que más tiempo lleva al equipo de producción, ya que comienzan a idearlos tres meses antes del inicio de la temporada y no paran de actualizarlos hasta el último día de emisión. El bailaor Antonio Canales, el presentador Agustín Bravo y estrellas de la telerrealidad como Melyssa Pinto y Marta López se han tenido que enfrentar a ellos en esta edición del 2021.
“Este formato se hace en directo solo en dos países en el mundo y, por lo tanto, tenemos que hacerlos de forma que su resolución sea rápida y efectiva, que generen dinámicas entre los participantes en un tiempo limitado. En el resto de países, esta parte está grabada y, por lo tanto, se puede editar posteriormente, lo que permite tener más libertad a la hora de plantearlos”, explica desde Honduras Javier Sánchez Ureta, miembro del equipo de Supervivientes.
A diferencia de otros guionistas, él está centrado en la elaboración de juegos. Hay un equipo de más de 20 personas dedicado al desarrollo, adaptación, puesta en escena y construcción de estas pruebas, hechas a menudo de grandes estructuras que deben transportarse a estas minúsculas islas caribeñas. “En ocasiones, los retos están inspirados en otros del formato internacional Survivor en cualquiera de sus versiones, y son adaptados por nuestro equipo en función de nuestras necesidades. Otras tantas veces, sin embargo, se crean otros nuevos, originales y más visuales”, dice Sánchez Ureta.
“Las barcas en las que se transportan los materiales de las pruebas a las islas llegan a trasladar hasta 1.000 kilos de madera y otros elementos”, explica desde Honduras Javier Sánchez Ureta, guionista de juegos de ‘Supervivientes’.
Aunque siempre han sido una parte relevante de un formato que acaba de cumplir 21 años de historia en España, estas competencias están ganando protagonismo en las últimas ediciones. Cada vez son más, entre tres y cinco a la semana, para cumplir con la creciente presencia de Supervivientes en el horario estelar de Telecinco y de Cuatro los lunes, martes y jueves. Y cada vez son más impactantes. “Ahora se colocan justo al principio de la emisión, para que el programa entre directamente en acción y el espectador se meta de lleno en su dinámica”, cuenta por teléfono desde Madrid Alfredo Ereño, director general de la productora responsable del espacio, Bulldog TV.
Entre las más recurrentes se encuentran los puzles que culminan y complementan a los desafíos físicos. Es una forma de dar otro tipo de emoción, comenta el guionista que se ocupa de ellas: “Normalmente, un buen superviviente debe ser bueno físicamente, pero también mentalmente. Además, al competir gente de muchas edades y formas físicas, debemos dar oportunidades a todos de obtener una recompensa. Con este tipo de pruebas, el que, a priori, puede parecer más débil físicamente tiene también posibilidades de ganar”.
Las complejas estructuras que aparecen en pantalla se fabrican en un taller de construcción cercano a las oficinas donde el programa tiene su base, explican desde Bulldog TV. El traslado del material al cayo desde el que la productora emite se hace en barcas, con las estructuras normalmente separadas por piezas, pero listas para el montaje final en la localización donde tendrá lugar el juego. “En esas barcas, que muchas veces tienen un uso exclusivo de transporte, llegan a trasladarse hasta 1.000 kilos de madera y otros materiales”, apunta el guionista. Antes de que los famosos de Supervivientes se enfrenten a ellas, un especialista ha evaluado la seguridad de estas estructuras y la capacidad de ser jugables por todos ellos. Una vez montadas, parte del equipo del programa que está en Honduras las prueba sobre el terreno y los juegos se ajustan a la realidad de los concursantes, que lucharán con un relevante déficit de sueño y alimentos.
Estas pruebas también desempeñan un papel importante en un factor clave en la edición española de Supervivientes: ofrecer comida varias veces por semana a los concursantes para aguantar más de tres meses en condiciones extremas “y recibir complementos alimentarios que no pueden encontrar por sí mismos en ese entorno”, recuerda el director general de Bulldog TV. Esta versión llega a durar hasta cinco veces más que otras como la británica, la australiana o la alemana, que se prolongan durante un periodo de entre 20 y 38 días.
Pero la recompensa debe ganarse. Una de las pruebas más esperadas es la noria infernal, en la que los aspirantes a premio deben agarrarse con piernas y brazos y sin caer al agua a una estructura que da vueltas a ritmo desigual y a la que acompaña un inquietante ruido mecánico. Fue uno de los episodios más recordados en la edición de 2018, en la que Sofia Suescun logró superar a su contrincante Logan Sampredo al aguantar casi 11 minutos en la estructura, con sus músculos en tensión y tras casi tres meses compitiendo. A pesar del impacto en el espectador, no ha vuelto a repetirse hasta este año. “Es una prueba excesivamente dura y el perfil de concursante tiene que acompañar. No es por casualidad que se haya recuperado esta vez; otro año intentamos hacerlo, pero por las condiciones físicas de los participantes o por el desgaste que habían sufrido a lo largo de la edición se descartó”, comenta Sánchez Ureta.
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