La televisión valenciana desestima ‘Dragon Ball’ por no encajar en su código de valores

El director general de À Punt explica que el alto precio de los dibujos también dificulta su redifusión

Bulma, personaje de 'Dragon Ball', junto a Vegeta y Trunks.

Los dibujos animados japoneses Bola de drac (Bola de dragón, en castellano; Dragon Ball, en ingles) cosecharon una gran acogida a principios de los noventa en la televisión autonómica valenciana, entonces llamada Canal 9. No fue en la única. El manga concebido por Akira Toriyama y pro...

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Los dibujos animados japoneses Bola de drac (Bola de dragón, en castellano; Dragon Ball, en ingles) cosecharon una gran acogida a principios de los noventa en la televisión autonómica valenciana, entonces llamada Canal 9. No fue en la única. El manga concebido por Akira Toriyama y protagonizado por Goku, un guerrero protector de la Tierra, fue un éxito internacional con continuidad en entregas posteriores. Pero en Valencia, además, se añadió un factor sociolingüístico. Al ser doblada al valenciano, se conformó como un instrumento muy eficaz en la normalización de la lengua autóctona a través de los medios de comunicación públicos. Toda una generación creció viendo los dibujos y guarda un grato recuerdo.

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Tanto es así que hace unos 15 años se constituyó un club de fans, Bola del Drac en valencià, integrado por más de 10.000 personas para que la serie volviera a la pantalla. Hay telesespectadores nostálgicos incluso en provincias limítrofes con la Comunidad Valencianas, como Albacete y Murcia, donde no se habla valenciano pero se podía ver la serie.

Recientemente, la diputada autonómica de Compromís, Mònica Àlvaro, preguntó en las Cortes por la posibilidad de reponer la serie. Y el pasado martes, Alfred Costa, director general de À Punt, la nueva cadena heredera de la extinta Canal 9, respondió: “Desconoce que por la legislación de género, el código de valores de contenidos infantiles y el precio —que preferimos destinar a empresas valencianas que generan trabajo— ahora mismo tenemos difícil poder programarla”.

La respuesta ha vuelto a traer a la actualidad la serie que ya en su momento recibió críticas por su violencia. Ahora, además, se incide en el sexismo en el tratamiento de los personajes femeninos, como Bulma o Chi-chi, que reproducen roles discriminatorios y estereotipados, conculcando la norma y el contrato programa de la cadena, lo que ha soliviantado a muchos de sus seguidores.

Fuentes del consejo rector de À Punt señalan que el actual código de valores es mucho más restrictivo sobre todo en la franja infantil y se tiene muy en cuenta la responsabilidad social como medio público. Recuerdan que À Punt fue la primera cadena en España en no admitir publicidad de apuestas y juegos e inciden en que estudiaron la posibilidad de programar la serie en horario de adultos pero la desecharon ante el elevado coste de la misma.

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