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La tecnología requiere alguien al volante

La digitalización de las empresas no sería posible sin la capacitación de su talento. La escuela de negocios ISDI las acompaña en ese salto. Estos son los aciertos y errores más comunes en la mayoría de las organizaciones

El 70% de sus cursos, presenciales y virtuales, se dirigen al negocio digital.

Digitalizarse es el verbo de nuestros días. La tecnología digital ha llegado a todos los aspectos de la vida diaria y ya es imprescindible en el mundo empresarial. Sin embargo, la digitalización no consiste solo en incorporar herramientas y programas al quehacer diario, y aquí está uno de los principales malentendidos de esta transición. Hay que trabajar con ellos, entender sus funciones, su lenguaje, sus oportunidades y sus elementos. Esto supone que es necesario conjugar otro verbo en este proceso: capacitar. La capacitación digital ha pasado a ser otro puntal de la vida del siglo XXI porque de poco sirve contar con toda la tecnología si no se sabe manejar.

“Las empresas no solamente han de contar con planes de digitalización, sino que deben incorporar planes de capacitación digital del talento, construir a sus profesionales”, afirma Rodrigo Miranda, director general de ISDI, la escuela de negocios nativa digital que fue pionera en España en la formación de profesionales, emprendedores y empresas. Un paso más en la transformación del mundo económico, en el que hay que dotar a los profesionales de otro conocimiento básico además de los inherentes a su actividad.

Formar profesionales digitales no es preparar programadores o expertos informáticos. “Significa enseñar a los trabajadores de una empresa cómo entender al nuevo consumidor y cómo orientar la compañía a trabajar hacia el cliente de forma digital”, explica Miranda. Se trata, en definitiva, de abrir el siglo XXI a todos para que estén capacitados a cambiar su forma de trabajar.

Tenemos un compromiso social inclusivo con los trabajadores veteranos, debemos intentar que no se queden fuera y que el mercado no se divida en jóvenes y excluidos
Rodrigo Miranda, director general de ISDI

ISDI supo ver estas necesidades hace más de una década. Así, se convirtió en una escuela de negocios ‘atípica’ por el tipo de conocimientos que ofrece, basados en la tecnología, en la innovación y en las metodologías Agile. En la actualidad, entre un 60% y un 70% de sus programas están dirigidos al negocio digital. Los cursos a los profesionales de las empresas pueden ser presenciales o virtuales. Estos últimos son los que más han crecido en el último año debido a la pandemia, aunque la compañía continúa impartiendo clases con asistencia física de los alumnos. El resto de los programas de la escuela, en torno a un 30%, están centrados en áreas más específicas como gestión de datos, de clientes o programación. Miranda asegura que la innovación es una de sus señas de identidad y que, desde el principio, en ISDI exploraron nuevas líneas de conocimiento como la analítica de datos o las metodologías de trabajo ágil.

Las compañías reciben, en definitiva, programas elaborados específicamente para cada una, en los que se aprenden técnicas como hard skills, aquellas que son particulares de la actividad y que requieren conocimientos y destrezas profesionales; y soft skills, basadas en las cualidades personales que se necesitan para el puesto.

Perfil del alumnado

La capacitación digital afecta a todo tipo de trabajadores y a todas las edades. Ya no es una tarea que solo atañe a los jóvenes. La actividad laboral de hoy en día no es entendible sin la digitalización y la formación va dirigida a todos los trabajadores. Pero existen tres perfiles de personas que han entendido la capacitación digital como elemento clave de su trabajo: directivos en torno a los 40 y los 50 años, que deben tomar decisiones para las que hay que tener base digital; profesionales entre los 28 y los 58 años, que cuentan con experiencia pero que son conscientes de que su entorno ha cambiado, como los dedicados a actividades de marketing, administración o recursos humanos; y jóvenes que no encuentran trabajo si no poseen conocimientos digitales, ahora prácticamente casi todos. Rodrigo Miranda aclara que, al menos, un 20% del alumnado son personas que se encuentran desempleadas o que quieren cambiar de trabajo y necesitan reconvertirse.

Otro de los retos de la sociedad actual es la brecha digital. Con una esperanza de vida cada vez más alta y con el retraso de la edad de jubilación, el mundo laboral presenta la paradoja de prescindir de los profesionales de más edad, preparados y con experiencia, precisamente por la rapidez del proceso digital, que no dominan como los llamados nativos digitales, que son los más jóvenes. “Tenemos un compromiso social inclusivo con los trabajadores veteranos, debemos intentar que no se queden fuera y que el mercado laboral no se divida entre jóvenes y excluidos”, declara Miranda. Porque lo que el director general de ISDI recalca es que la digitalización es imparable. “La pandemia la ha acelerado pero ya había llegado, ya estaba aquí y es evidente que no hay vuelta atrás. Al contrario, va a ir a más y cada vez de forma más progresiva y más rápida”.

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