¿Sabes plantar tomates? Se va a enseñar en el colegio
Tras la aprobación del Gobierno de la Ley del Cambio Climático, integrar contenidos sobre medio ambiente en las aulas es una de las claves para lograr una ‘salida verde’ a la crisis del coronavirus
La crisis de la covid-19 ha avivado las demandas de reformas sociales, económicas y educativas que varios grupos de ciudadanos piden desde hace años. Los jóvenes, uno de los colectivos más numerosos y comprometidos con la conservación de la naturaleza, hablan claro: para afrontar esta crisis hay que tener en cuenta los problemas ambientales. Una salida verde que pasa, según los especialistas y profesores, por incluir...
La crisis de la covid-19 ha avivado las demandas de reformas sociales, económicas y educativas que varios grupos de ciudadanos piden desde hace años. Los jóvenes, uno de los colectivos más numerosos y comprometidos con la conservación de la naturaleza, hablan claro: para afrontar esta crisis hay que tener en cuenta los problemas ambientales. Una salida verde que pasa, según los especialistas y profesores, por incluir la educación ambiental en las aulas.
“Hace unos días me preguntaron en una conferencia web cómo iba a ser el futuro después del confinamiento. Yo lo tenía claro: la educación ambiental va a ser una herramienta fundamental del cambio educativo. La más importante de todas. No se puede entender una educación de futuro sin un mayor compromiso con el entorno que nos rodea”, explica Joaquín Marzá, profesor de Lengua y director del colegio público Manuel Riquelme de Hurchillo, una pedanía de Orihuela (Alicante).
Implicar a los más jóvenes
Marzá lleva más de 20 años incluyendo en su profesión docente contenidos sobre la conservación de la naturaleza para concienciar a los jóvenes. Uno de los éxitos de su centro es el proyecto La Cajita Verde, un huerto ecológico. “Creamos una cooperativa y cada alumno que trabaja en el huerto es socio, un accionista. Las hortalizas que recolectan se venden al comedor del colegio y cada dos años se reparten los beneficios. Un 50% para ellos y otro 50% para Unicef. Con esto no solo aprenden a cultivar, sino que trabajan el ahorro, la solidaridad y se convierten en emprendedores”, explica el director, que añade: “Estas iniciativas serán perfectas para las clases en tiempos de la covid-19 porque se realizan en espacios dentro del colegio donde se puede guardar la distancia de seguridad perfectamente”.
No obstante, subraya el maestro, el objetivo que prima será conseguir que los alumnos apliquen a lo largo de su vida los nuevos conocimientos que aprenderán a raíz del confinamiento. “Con la educación a distancia estamos viendo que se puede fomentar mejor el reciclaje y el ahorro de agua en el hogar. Por otro lado, para cuando regresen a las aulas, se pueden crear políticas para que los alumnos se acostumbren a utilizar la bicicleta para evitar contagios en el transporte público y, a la vez, reducir emisiones”, afirma el profesor.
Una necesidad reflejada en la ley
La opinión de Marzá está estrechamente relacionada con la postura del nuevo proyecto de ley de Cambio Climático y Transición Energética que el pasado 19 de mayo aprobó el Consejo de Ministros en el que la educación tiene un papel relevante para hacer frente a la pandemia. El texto, enviado a las Cortes para su aprobación, adelanta que “el sistema educativo español reforzará el conocimiento de este desafío global” y “se revisará el tratamiento del cambio climático en el currículo básico de la educación formal”, al mismo tiempo que “se impulsará la formación del profesorado en esta materia”. Acciones que, hasta ahora, solo se han realizado de manera particular en algunos centros con proyectos independientes como Naturaliza, una iniciativa educativa de Ecoembes, la organización sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en toda España, y que incorpora algunos de los cambios educativos que presenta la nueva ley.
Pablo José Sánchez es uno de los de los más de 995 profesores de los 475 centros que en los dos últimos años se han sumado a esta iniciativa, que intenta conectar los contenidos de asignaturas curriculares como Matemáticas, Lengua, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales con la biodiversidad y los fenómenos ambientales. Los resultados, dice, de la inclusión de estos contenidos en la educación primaria son muy positivos para que los alumnos vean la relación que hay entre el medio ambiente y la salud. “Es una oportunidad para mostrarles las cosas que nosotros [los adultos] hemos hecho mal en la naturaleza. El futuro es de ellos y estamos a tiempo de corregir y modificar estos errores”, añade Sánchez en la víspera del 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente.
Interés creciente por la naturaleza
Para los alumnos, continúa Sánchez, el medio ambiente es un tema que siempre les interesa y ahora, con la crisis del coronavirus, más que nunca. De hecho, el 55% de ellos asegura que tendrá más contacto con la naturaleza una vez acaben las medidas de aislamiento, según el estudio de opinión Jóvenes, educación y medio ambiente realizado por la empresa de investigación de mercados More Than Research Group para el proyecto Naturaliza. Razón por la que los colegios, apunta Sánchez, pueden ser los vehículos que les acerquen a estos entornos. “Ahora es un buen momento para dar clases en espacios abiertos dentro del colegio o fuera de él, como parques que estén cerca. Es un entorno que a los alumnos les motiva más”, comenta.
Aprender fuera del aula era una actividad frecuente en el colegio Miralmonte de Cartagena (Murcia) antes del confinamiento y ahora, cuando acabe el confinamiento, puede tener un papel mayor. “El año pasado los alumnos trabajaron en la recuperación de un antiguo invernadero levantado en época de Carlos III [segunda mitad del siglo XVIII], situado en una zona deprimida de la ciudad. Por lo que la regeneración medioambiental también puede permitir una mejora de la calidad de vida en zonas degradadas o deprimidas desde el punto de vista económico”, explica Joaquín Ruiz, profesor de Geografía e Historia y director del centro. Estas clases pueden, además de combinar lecciones de Historia y de reforestación, ser un vehículo solidario para ayudar a los barrios más castigados por la futura crisis económica que, según los expertos, traerá la pandemia.
Realizar estas clases transversales no siempre es una tarea fácil para los centros. “El profesor tiene que estar totalmente informado y saber utilizar estos recursos de manera transversal. Naturaliza te permite utilizar metodologías donde se trabaja de manera multidisciplinar la educación ambiental y ponerla en práctica”, subraya Ruiz. Razón por la que la educación medioambiental del futuro será un pilar transversal que incluirá tanto al profesorado como al alumnado.
Un protocolo para la vuelta a cole
El deseo de una 'salida verde' ante la crisis del coronavirus también ha llevado a asociaciones como la Asociación Nacional de Educación en la Naturaleza (EDNA) a diseñar una batería de propuestas que permitan entornos seguros para que los niños sigan acudiendo a clase. El protocolo, publicado el pasado mayo, recomienda realizar actividades escolares controladas al aire libre con grupos de 15 niños y en contacto con la naturaleza para combatir, entre otras cosas, la posible ansiedad causada por el confinamiento. Además, el texto señala que este tipo de salidas mejora el rendimiento escolar y la inclusión social de los alumnos. "Permanecer al aire libre, en el contexto de la pandemia, ayuda además a mitigar el aislamiento social y muchos de los inconvenientes que conlleva. El acceso a espacios verdes es un importante activo de salud pública y se ha convertido en un asunto de igualdad social", afirma el documento.