De ensamblar carrozas para la fiesta de la Magdalena a fabricar viseras contra el Covid-19
El Instituto Tecnológico del Plástico diseña unas mascarillas, con filtros intercambiables, que pueden esterilizarse
Miles de personas combaten al Covid-19 con tecnología y voluntarismo. Institutos tecnológicos, plataformas colaborativas creadas espontáneamente y con fines altruistas, particulares o empresas buscan y ensayan estos días soluciones a la escasez de material sanitario para los que luchan a brazo partido contra la pandemia en los hospitales del país. En Valencia, el ...
Miles de personas combaten al Covid-19 con tecnología y voluntarismo. Institutos tecnológicos, plataformas colaborativas creadas espontáneamente y con fines altruistas, particulares o empresas buscan y ensayan estos días soluciones a la escasez de material sanitario para los que luchan a brazo partido contra la pandemia en los hospitales del país. En Valencia, el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) trabaja contrarreloj en unas mascarillas de plástico, con filtros intercambiables, que puedan esterilizarse. El artista fallero Rafa Sánchez , tercera generación de una empresa valenciana, ha puesto sus impresoras 3D al servicio del movimiento coronavirus makers, una red colaborativa que coordina la fabricación de suministros sanitarios. Y el Instituto del Juguete, en Alicante, desarrolla, bajo la supervisión de las autoridades sanitarias, dispositivos para protegerse del virus.
Desde hace días, el Instituto del Plástico, con sede en el parque tecnológico de Paterna, diseña una mascarilla con filtros intercambiables a través de procesos de inyección de plástico. Ya se ha puesto en contacto con empresas que pueden fabricar los moldes para certificarlas lo antes posible y poderlas fabricarlas. “Ha sido una iniciativa propia que sale adelante gracias a la colaboración estrecha con los hospitales y la plataforma Covidmakers. La prioridad es validarlas y producir a gran escala”, explica Amador García Sancho, director de Tecnologías en Aimplas.
Los técnicos buscan una mascarilla que se pueda reutilizar con garantías y pueda esterilizarse, con filtros intercambiables en función del uso que se le dé. García Sancho asegura que lo primero es tener el molde, hacer una preserie del producto para que pueda certificarse, y luego optimizar la producción para que sea masiva. No es el único producto en el que Aimplas trabaja: su personal también se ocupa del corte y suministro de láminas PET transparentes -con una bovina donada por Arplast- para hacer viseras de protección y distribución a hospitales.
El instituto ha puesto a disposición de los distintos hospitales valencianos su capacidad de impresión 3D de viseras de protección y a diario se hacen llegar a los mismos nuevas unidades y asesora en Resistencia Team, otra plataforma colaborativa, en la producción de respiradores. Como el artista fallero Rafa Sánchez, que ha aportado sus 16 impresores en 3D para paliar la falta de material, informa Europa Press. Lleva una semana, junto con su hermana Iris, explotando una maquinaria que en condiciones normales estaría dedicado al ensamblaje de unas 30 carrozas para las fiestas de la Magdalena, que fueron suspendidas por la expansión del coronavirus.
“Cuando vimos el llamamiento realizado a las personas con impresoras3D, me di cuenta de que con mis 16 máquinas podía aportar mucho lara la gente que cada día se juega la vida por salvar las nuestras", explica el artista fallero, que ha reconvertido su taller en una fábrica de viseras, a las que se acopla una parte plástica y pueden utilizarse como mascarillas, explica este estudiante de la UNED.
Con el paso de las jornadas ha logrado mejorar la técnica de impresión e incorporar sugerencias de los usuarios, y si en un primer momento tardaba unas dos horas en elaborar cada visera, ahora han recudido el tiempo de producción a 50 minutos.
Un equipo multidisciplinar de investigadores, ingenieros y médicos de toda España ha diseñado un ventilador de turbina para la ventilación mecánica de pacientes con coronavirus. El prototipo, desarrollado en solo diez días, se va a testar en un modelo animal del Hospital Clínico de la Universidad Cardenal Herrera como paso final para iniciar la terapia en humanos.
Una vez validado, el ventilador ‘Acute-19’ estará disponible en código abierto para ser producido en cualquier lugar del mundo, ya que la mayoría de componentes se puede obtener fácilmente o fabricarse mediante impresión 3D. El doctor José Miguel Alonso Íñigo, del servicio de Anestesiología, Reanimación y Tratamiento de La Fe de València y director del Grupo Español de Expertos en Terapias no Inva
sivas ha coordinado este equipo multidisciplinar de investigadores en el diseño del ventilador.