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No todas las sandalias valen: cómo llevar el pie al descubierto en primavera sin parecer un turista ni resfriarse en el intento

La subida del termómetro de los últimos días anima a llevar el pie al aire libre, pero no todas las fórmulas en abierto valen durante el entretiempo. Mocasines destalonados, palas de tira ancha, sandalias 'mary jane', cangrejeras de piel o el regreso de las 'flatforms' son algunas de las opciones que sí pasan el visto bueno.

Alohas. La comodidad inherente al normcore no tiene por qué ser sinónimo de monotonía. Las sandalias Marshmallow respiran ese estilo tan confortable que imperó en la pasada década pero con un diseño más revelador (y mullido) gracias a las tiras anatómicas de cuero y lana.
Gucci. El mocasín destalonado es un zapato versátil al que no solemos sacar partido. Detalles como la hebilla dorada, su puntera cuadrada y el tacón grueso convierten a Horse en la apuesta retro  de la firma italiana.
Camper. Con una cuña brutalista, el modelo Kaah da un giro completo a la sandalia mary jane que hizo furor en los años noventa. Que la solidez de su tacón no nos confunda: fabricada en poliuretano, son súper ligeras y tienen una plantilla de ortholite® para amortiguar el impacto.  
Vagabond. Las 'flatforms', ese concepto mixto de plataforma y calzado plano que nos conquistó en 2015, regresa con fuerza para arrasar este verano. La sandalia Juno de Vagabond Atelier lo rescata a gran altura (58 mm) con una puntera cuadrada y un diseño simple, sin artificios. Las tiras anchas permiten proteger el pie, incluso, durante las mañanas frías que aún acompañan los meses estivales.
Bimba Y Lola. Las palas con puntera semicuadrada son ese tipo de calzado que terminará tarde o temprano en tu armario. Por ello, mejor adelantarse a la tendencia cuanto antes con este modelo en piel de vacuno, suela de caucho y superlogo. Idóneas para las fans de los vaqueros con pernera interminable.
Carel. Los zapatos de baile que luce Isabelle Adjani en el filme Un été meurtrier (1983) son la inspiración de Soraya, la sandalia insigne y retro de la marca francesa. Con pulsera que se adhiere al tobillo y puntera cubierta es perfecta para los primeros días de terraza cuando llegue el buen tiempo.
Mango. La babucha de toda la vida se reinventa con este modelo sin tira posterior y con tejido de efecto piel para llevarlas las 24 horas del día. El toque sublime lo pone el nudo que forman las cintas laterales.
Sézane. Otro zapato ‘mestizo’ que nos conquista. La horma de Low Lou es propia de una babucha, pero su suela destalonada con elástico y puntera peep-toe tienen mucho de sandalia. Disponible en ante negro, marrón y estampado de pitón.
Pretty Ballerinas. El clásico salón destalonado se actualiza con escote en uve y piel en charol de tres colores. Kendall es esa sandalia distinguida que haría las delicias de Vivian Ward (Julia Roberts en Pretty Woman) durante una mañana en el hipódromo.
Pull and Bear. Las más frioleras también podrán disfrutar de una pisada al descubierto con estas sandalias planas de peluche y estampado animal. Las hebillas permiten su ajuste para que puedas llevarlas con o sin calcetines.
Naguisa. El secreto para tener tu pie a buen recaudo mientras lo descubres es proteger tanto el talón como la puntera a partes iguales. La sandalia Lava transforma el clásico modelo de pala en piel de vacuno con una cinta elástica y la planta acolchada. Y en colores tierra, para anticiparse ya de lleno al buen tiempo.
Rouje. Quizás no sea la propuesta más cálida pero su pulserita que mantiene firme la sandalia  al tobillo y su diseño trenzado (cómo no) tan francés nos anima a incluir a Liz en la lista. Además, son perfectas para llevar con calcetines y vaqueros de corte crop o bien con pantalones de lino extra largos.
Toni Pons. Si lo que quieres es anticiparte al verano en cuestión de materiales, las fibras naturales del yute del modelo Kira aligeran la imagen de la clásica alpargata, pero cubriendo buena parte del empeine. Piden un pantalón de largo infinito a voces.
Uniqlo. Lo de llevar sandalias de plástico solo en la piscina pasó a mejor vida. Y, también, el limitar su uso durante el verano. Su cómodo diseño en plano en multitud de formatos (también cerradas, como en la imagen) se puede llevar todos los días del año si lo combinas con calcetines de colores. Apetecen con solo mirarlas.
Unisa. Las tardes de verano volverán, y sus noches también. La sandalia Ofek, que combina piel de vacuno con trama de cocodrilo, permite revivir el estilo de los años 70  esta primavera gracias a la amplia tira que cubre casi por completo el empeine. Su precio: 125 euros en tiendas físicas de Unisa y www.unisa-europa.com.
Miista. Este híbrido entre sandalia, mocasín y cangrejera de piel cumple al pie de la letra nuestro objetivo de zapato de entretiempo. El modelo Margaret con suela de cuero y superficie trenzada permite adelantarnos a la temporada estival pero sin congelarnos en el intento.
Uterqüe. Esa versión distinguida de la pala –conocida como mule– que hizo furor en los 2000 regresa con fuerza esta primavera con remates dorados. Una manera ligera de apurar el mocasín durante la primeaera y perfecta para pantalones fluidos con abertura en los costados.

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