La mascarilla para el rostro de 24 kilates que usan las estrellas, ¿cómo funciona?
La facialista israelí Mimi Luzon es la responsable del brillante cosmético protagonista de los selfies en Instagram de celebrities como Irina Shayk, Chiara Ferragni o Blanca Suárez. Aprovechamos su visita a España para averiguar qué se siente después de pasar por sus manos.
La supermodelo Alessandra Ambrosio probó una de sus mascarillas de oro en el festival de cine de Venecia de 2015. Fue entonces cuando la voz empezó a correrse entre los ángeles de Victoria’s Secret y sus rostros convertidos en brillantes esculturas –más si cabe– comenzaron a poblar Instagram. Si para entrar en la mansión de Willy Wonka el pequeño Charlie necesitó de un billete dorado, a tenor de la omnipresencia del producto en las cuentas de modelos tan cotizadas como Irina Shayk, Sara Sampaio o Toni Garrn, podríamos decir que para entrar en el cielo de los á...
La supermodelo Alessandra Ambrosio probó una de sus mascarillas de oro en el festival de cine de Venecia de 2015. Fue entonces cuando la voz empezó a correrse entre los ángeles de Victoria’s Secret y sus rostros convertidos en brillantes esculturas –más si cabe– comenzaron a poblar Instagram. Si para entrar en la mansión de Willy Wonka el pequeño Charlie necesitó de un billete dorado, a tenor de la omnipresencia del producto en las cuentas de modelos tan cotizadas como Irina Shayk, Sara Sampaio o Toni Garrn, podríamos decir que para entrar en el cielo de los ángeles de la marca lencera lo imprescindible es una mascarilla, también dorada. La facialista israelí Mimi Luzon es la responsable del producto cosmético más efectista de la red que, a base de oro de 24 kilates, entre otros ingredientes, promete mejorar la elasticidad de la piel, reducir la profundidad de las arrugas, aportar un brillo instantáneo y, de paso, dejar ojipláticos a los cientos de miles de seguidores que acumulan sus adeptas. «Llevo 30 años trabajando en el mundo de la belleza y hace 10 decidí lanzar mi propia marca», cuenta Luzon a S Moda durante su visita a España. «El lanzamiento coincidió, más o menos, con el momento en el que nacieron las redes sociales y la gente empezó a preocuparse más por su aspecto, ya no solo en eventos, sino en el día a día para salir lo mejor posible en cualquier foto o selfie«, detalla.
Mientras que todo hijo de vecino se pone la mascarilla de rigor en lo más íntimo de su hogar, la Pure Gold Mask parece pensada para triunfar en plena dictadura del like: no solo merece la pena documentar el resultado; también el proceso. Pocos ingredientes existen más fotogénicos que el oro y pasar por las manos de Luzon se ha convertido en un símbolo de estatus. No solo por el precio de sus tratamientos (este producto cuesta algo más de 300 euros y sirve para cuatro aplicaciones, pero Luzon asegura que «a la gente no le importa pagar cuando los productos funcionan»), sino por el grado de popularidad de sus exclusivas clientas. Además de las top models, blogueras tan conocidas como Chiara Ferragni o diseñadoras como Gilda Ambrosio también figuran entre sus clientas. En España, Blanca Suárez, Juana Acosta o Paula Echevarría tampoco han podido resistirse a posar con la cara embadurnada en oro. Mucho más favorecedor, desde luego, que atreverse con un selfie untada en arcilla verde.
Aunque solo sea por la ilusión de soñar con una piel como la que lucen las modelos más famosas del mundo (dotación genética aparte), ponerse en las manos de Mimi es toda una experiencia. Quien escribe estas líneas aprovechó el paso de la experta en belleza por Madrid –vive en Tel Aviv aunque viaja de un lado para otro atendiendo a sus clientas– para sentir las bondades del oro en la piel. El tratamiento comienza con la limpieza del cutis, que debe estar totalmente libre de maquillaje y suciedad. Después la facialista aplica la mascarilla Sparkling Champagne, el nuevo producto que ha incorporado a su marca y que cuenta con otro exclusivo ingrediente: el champán. Buena cuenta de su presencia dan las burbujas que comienzan a sentirse por todo el rostro transcurridos unos segundos desde su aplicación. Luzon masajea con destreza el producto, que ha ido cogiendo color blanco y aspecto espumoso, para después retirarlo con un pañuelo facial antes de servir el postre: oro en formato lámina que se adhiere a la piel y se va cuarteando con el paso de los minutos (unos diez en total). «Si quieres ver qué aspecto tienes la mejor manera es haciéndote un selfie», aconseja ella. La tentación es tan grande que es mejor no reprimirla. El resultado, por supuesto, no es tan digno como para compartirlo en plan supermodelo.
Después de acabar el tratamiento, basta pasar un algodón por el rostro para comprobar que las micropartículas de oro que han quedado son las responsables del resplandor. Ya se sabe que el algodón no engaña. «Es nuestro producto más trendy, popular y conocido, pero es solo una parte de la marca. La gente quiere tener brillo en la piel todo el día, no quieren un efecto momentáneo y ese es uno de los puntos positivos de este producto», explica la facialista. Las celebrities lo aplican antes de eventos y alfombras rojas como la de los Oscar, pero ella insiste en la necesidad de utilizarlo más a menudo y combinarlo con sérums, hidratantes y demás cosméticos de la línea. «Antes las mujeres tenían un único perfume y lo utilizaban todos los días. Hoy podemos llegar a tener diez y los llevamos en distintas ocasiones, estaciones o momentos. Lo mismo ocurre con las cremas: debemos usar unas u otras según el tiempo que haga, la situación de la piel, el estrés… Necesitamos combinarlas y esa es la filosofía detrás de mi marca», defiende la experta.
La necesidad de combinar productos y mezclarlos entre sí –rechazando que con sérum, hidratante y protector solar esté todo solucionado– es una de sus máximas, pero también insiste en la importancia de utilizar cosméticos e ingredientes pautados por un profesional. «Del mismo modo que no debemos tomar los medicamentos recetados a otras personas, no podemos ponernos las cremas que le van bien a tu madre o a tu amiga. Esto debe ser como una receta médica porque si algo he aprendido en estos 30 años es que no todo le va bien a todos los clientes», afirma. De ahí que su famosa mascarilla dorada tenga una variante a base de plata –que también han lucido algunas celebrities– aconsejada para pieles más sensibles o con acné. Puntúa doble si se combinan logrando el selfie definitivo.