Una pausa en el jardín

Tras recuperar su maleta y descubrir que alguien cogió una foto del álbum con el que viajaba, Andrea se cuestiona el sentido de estas cartas que está escribiendo

Pau Valls

No están siendo las vacaciones que había previsto, la verdad.

Ha sido un año complicado, y a estas alturas del mes esperaba encontrarme mejor de lo que estoy. Mi plan ya sabes cuál era: recorrer esta isla y fotografiar todos los lugares que visitamos aquel verano, al que tanto me ha gustado siempre volver repasando el álbum de fotos que me traje conmigo a este viaje. Ahora que por fin lo he recuperado podría hacerlo, pero no dejo de pensar en la foto que falta.

Es una foto que nos hizo Maribel aquí, en su jardín, donde me encuentro ahora mismo. Seguro que sabes cuál. Me gusta muc...

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No están siendo las vacaciones que había previsto, la verdad.

Ha sido un año complicado, y a estas alturas del mes esperaba encontrarme mejor de lo que estoy. Mi plan ya sabes cuál era: recorrer esta isla y fotografiar todos los lugares que visitamos aquel verano, al que tanto me ha gustado siempre volver repasando el álbum de fotos que me traje conmigo a este viaje. Ahora que por fin lo he recuperado podría hacerlo, pero no dejo de pensar en la foto que falta.

Es una foto que nos hizo Maribel aquí, en su jardín, donde me encuentro ahora mismo. Seguro que sabes cuál. Me gusta mucho esa foto y debería estar aquí, en la primera hoja del álbum, donde ha estado siempre. Estoy segura. Así que si ahora no está será porque alguien la ha cogido. Supongo que fue el farero. No sé por qué ni para qué, pero tuvo que ser él, ¿no? ¿Y qué hizo luego con ella? ¿Quizás la llevaba con él cuando se cayó desde lo alto del faro, en algún bolsillo? Estoy por llamar a la Policía para preguntarles.

Ya, ya. Ya sé. Si estuvieras aquí me dirías: Andrea, es solo una foto. Pero yo te respondería: es más que eso. Todo lo que tiene que ver contigo me afecta de un modo para el que siento que no estoy preparada todavía. Llevo desde que llegué haciendo como si todo siguiera igual que siempre, pero tú y yo sabemos que no es así. Ahora mismo me siento muy tonta y muy triste por estar escribiendo esto. Me siento así desde que salí del faro, y supongo que se me debe de notar en la cara, porque Juanjo me ha llamado hace un rato para preguntarme qué tal estaba. Le he dicho que bien, aunque no sea verdad, y debe de haberse dado cuenta, porque se ha esforzado mucho en animarme mientras hablábamos.

Me ha dicho que si creo que me voy a marchar sin haberle dado la oportunidad de canjear el vale que le regalé, que voy lista. Yo he bromeado diciéndole que mire bien, que el vale es muy antiguo y seguro que habrá caducado, pero me ha dicho que no, que en el papel pone muy claramente que vale por una cita con Andrea y que si Andrea soy yo no hay más que hablar, excepto dónde y cuándo nos vemos.

Hemos quedado esta noche para cenar en un restaurante que me ha propuesto él, uno que no conozco, en la parte más antigua del pueblo. Si te soy sincera, no me siento con fuerzas como para salir hoy de casa, así que supongo que eso es precisamente lo mejor que puedo hacer.

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