Pasajero desconocido

Nadie reclama la maleta que Andrea ha cogido por error en el aeropuerto. La tentación de curiosear en su interior es inevitable

Pau Valls

Tengo malas noticias. ¿Te acuerdas del paseo marítimo que tanto te gustaba, ese que iba desde el faro hasta aquella iglesia tan bonita? Pues ahí sigue, pero lleno de tienduchas. Llegué a contar ocho, todas en fila. En algunos casos, lo único que separaba una tienda de otra tienda era una tercera tienda idéntica a las otras.

A mí ya sabes que todas estas franquicias playeras siempre me han hecho mucha gracia, tan impersonales y tan parecidas que me divierto fijándome en qué tienen de diferente, como si fuera un pasatiempo, pero a ti te habrían horrorizado. Las vi ayer, cuando bajé al pue...

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Tengo malas noticias. ¿Te acuerdas del paseo marítimo que tanto te gustaba, ese que iba desde el faro hasta aquella iglesia tan bonita? Pues ahí sigue, pero lleno de tienduchas. Llegué a contar ocho, todas en fila. En algunos casos, lo único que separaba una tienda de otra tienda era una tercera tienda idéntica a las otras.

A mí ya sabes que todas estas franquicias playeras siempre me han hecho mucha gracia, tan impersonales y tan parecidas que me divierto fijándome en qué tienen de diferente, como si fuera un pasatiempo, pero a ti te habrían horrorizado. Las vi ayer, cuando bajé al pueblo a comprarme algo de ropa, y enseguida te imaginé recorriendo el paseo, con una mano levantada y puesta así, como si fuera una anteojera, para protegerte de todas las tienduchas y concentrarte en las olas rompiendo contra las rocas de la playa.

Maribel es un amor. Cuando la llamé para que supiera que ya había llegado acabé contándole también lo de la maleta, y me dijo que cogiera lo que quisiera de su armario. Evidentemente, no me vale nada. Creo que en su cabeza sigo siendo aquella niña diminuta, la que se pasaba las tardes persiguiendo a su gata con Juanjo, el hijo de su vecino. ¿Te acuerdas?

Estuve volviendo a ver el álbum de fotos de aquel viaje hace poco. Se nos veía muy felices, a ti sobre todo. De todos los veranos que pasamos aquí, creo que aquel fue mi favorito. Si terminé de animarme para hacer este viaje fue gracias a esas fotos. Se me ocurrió utilizarlas como guía, recorrer de nuevo todos los lugares que visitamos entonces y aprovechar para volver a fotografiarlos, aunque tú no estés. Por eso me tiene tan fastidiada haber perdido la maleta. La cámara de fotos y el resto de cosas importantes las llevaba en el bolso, pero el álbum iba allí dentro. La ropa y todo lo demás me dan igual, pero ese álbum de fotos sí que me gustaría recuperarlo.

He vuelto a llamar a la aerolínea pero parece que soy la única que les está reclamando por una maleta intercambiada, así que sea quien sea quien cogió mi maleta por error, tal vez no se haya dado cuenta todavía de que la que tiene en casa no es la suya.

Yo he vuelto a curiosear dentro de la que tengo aquí, por si hubiera algo que me sirva para localizar a esta persona. Solo hay periódicos antiguos, como te decía ayer, todos del diario de la isla, y fijándome bien me he dado cuenta de algo: son todos de la misma fecha, el 28 de agosto. De diferentes años, pero todos del 28 de agosto.

Qué curioso, ¿no? A mí me lo parece, desde luego.

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Una maleta equivocada

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