Ángeles González-Sinde: “Los artistas vienen hablando de inteligencia artificial desde mucho antes de que existiera”
La directora de cine debate con varios expertos en la segunda jornada del foro Tendencias sobre los riesgos y desafíos del estallido de esta tecnología
Aunque parece que todo ha estallado en el último año, la revolución de la inteligencia artificial (IA) empezó hace décadas y lleva ya tiempo transformando todas las áreas de la vida: desde la educación hasta la medicina, pasando por el mundo laboral y las relaciones personales. La inteligencia artificial es la que elige por nosotros con qué serie hacer un maratón; la que indica cómo llegar de casa a un restaurante y cómo hacerlo en el menor tiempo po...
Aunque parece que todo ha estallado en el último año, la revolución de la inteligencia artificial (IA) empezó hace décadas y lleva ya tiempo transformando todas las áreas de la vida: desde la educación hasta la medicina, pasando por el mundo laboral y las relaciones personales. La inteligencia artificial es la que elige por nosotros con qué serie hacer un maratón; la que indica cómo llegar de casa a un restaurante y cómo hacerlo en el menor tiempo posible; la que permite traducir en menos de dos segundos una página web en inglés... “Los artistas vienen hablando de la IA desde mucho antes que existiera. Ya en el siglo XIX, Ungaretti [poeta italiano] hablaba de la maravillosa belleza de las máquinas, pero también de en qué medida iban a cambiar nuestras vidas”, ha recordado la directora de cine Ángeles González-Sinde durante la segunda jornada del evento Tendencias 2023, celebrado este martes en Madrid.
En conversación con la periodista de EL PAÍS Patricia Gosálvez, la exministra de Cultura y actual presidenta del Real Patronato del Museo Reina Sofía, ha debatido sobre los retos y peligros de la IA generativa en el mundo del arte y la creación. “Lo que preocupa a muchas personas del [sector] audiovisual y de las artes es en qué medida el trabajo que has hecho hasta ahora está siendo utilizado sin que nadie haya pedido permiso. Y la otra parte, si cuando eres tú la persona que usa la IA generativa estás plagiando a otro autor”, se ha sincerado la promotora de la llamada ley Sinde, que hace una década estuvo en el centro del debate por regular las páginas web y la protección de la propiedad intelectual.
La directora, que hace un mes participó en una mesa de la Unesco sobre cine e IA, ha reconocido que la IA generativa permite acelerar y simplificar algunas fases de los procesos creativos. “Va a ser interesante ver en qué media va a transformar el lenguaje cinematográfico. Así como en los cincuenta surgió la Nouvelle Vague gracias a las cámaras más ligeras y con una óptica que permitía grabar en exterior, ahora voy a poder escribir guiones al mismo tiempo que estoy visualizando las imágenes”, ha explicado la directora, quien ha insistido en la importancia de que estos cambios vayan “de la mano de unas reglas transparentes y equilibradas”.
Desde que ChatGPT y el resto de las inteligencias artificiales creativas irrumpieron en la sociedad en el último año, se han multiplicado los llamamientos de las organizaciones internacionales que alertan de sus peligros, así como los esfuerzos para regularlas. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya ha publicado su marco legislativo y la Unión Europea quiere tener lista una normativa este año.
Difícil regulación
La física y nanotecnóloga Sonia Cantera, directora asociada del departamento de Física de la Universidad de Oxford, se ha unido a la conversación para evaluar en qué medida es importante regular la IA generativa. “El problema es que la tecnología avanza muy rápido, y que hay muchos intereses de poder cuando se habla de regularla. Hay que preguntarse: ‘¿quién hace estos marcos?”, ha cuestionado la experta. “Porque cuando los reguladores no entienden lo que está haciendo realmente la IA, lo que hacen es poner a unos académicos que hablan de apocalipsis, y, al final, lo que pasa es que se acaba regulando sobre una tecnología que puede ayudar en nuestras vidas y democracias”, ha explicado Cantera, quien ha recordado los logros médicos y científicos que se han alcanzado en los últimos años gracias a la aplicación de la inteligencia artificial.
La investigadora del CSIC Sara Degli Esposti ha comenzado su intervención asegurando que las ciencias sociales y la filosofía no han llegado tarde al debate, sino que llevan una buena década cuestionando los dilemas éticos de la IA. “Lo que hay es un gran desconocimiento en el público de estos temas, que suelen pasar desapercibidos hasta que de golpe hay un escándalo”, ha reconocido la también directora científica del proyecto TRESCA de la UE, que estudia cómo defender la credibilidad de la comunicación científica.
Degli Esposti ha puesto el foco en la importancia de la investigación pública para que Europa no se quede atrás con respecto a los otros países donde son las inversiones privadas las que permiten grandes avances tecnológicos. “Cada vez nos damos más cuenta de qué pasa si no tenemos suministros, si no tenemos los conocimientos para producir lo que me hace falta. Hay investigaciones donde lo publico es puntero, y otras, como es el ámbito de la IA, donde los cambios se hacen en las empresas privadas”, ha zanjado la experta.
IA en el trabajo
Los representantes de las empresas privadas se han unido al final del debate para contestar a otra pregunta clave a la hora de hablar de inteligencia artificial: ¿Cómo está afectando al mundo laboral esta tecnología? Enrique Manso, socio responsable de IA en España de EY, ha explicado que hace tiempo que las compañías utilizan las diferentes inteligencias artificiales para optimizar las tareas diarias: “La usamos en todo lo que es la gestión del conocimiento. Hemos creado nuestro propio ChatGPT para uso interno, que tiene 250.000 usuarios activos, para poder trabajar en la empresa y ser más eficientes”.
Sin embargo, chatbots conversacionales de última generación como ChatGPT 4 también representan un desafío ecológico, ya que para entrenarlos se generan miles de toneladas de emisiones de carbono. En este sentido, Elena Gil Lizasoain, directora de Inteligencia Artificial y Big Data en Telefónica Tech, ha reconocido que la IA generativa se ha “democratizado demasiado rápido”, antes de que los usuarios pudieran tener la posibilidad de “entender las limitaciones que tenía”. Aun así, se ha mostrado esperanzada en que la tecnología pueda ayudar las empresas “de una manera más sostenible”. “La IA verde es algo que ya estamos incorporando en nuestro ADN. Ha venido demasiado rápido y estamos reaccionando a posteriori”, ha reconocido.
Ferrán García Rigau, director de Data y CRM de Iberia, ha cerrado la conversación recordando que aunque la IA esté cambiando la forma de trabajar de las empresas, no representa una amenaza para el empleo. “En cualquier revolución industrial ha existido este miedo. Pero el empleo no se destruye, cambia. Mejoran las condiciones de vida, y por ahora lo que estamos haciendo con la IA son tareas que no nos gustan, para mejorar la calidad del trabajo y ser más productivos”.
Tendencias es un nuevo proyecto de EL PAÍS, con el que el diario aspira a abrir una conversación permanente sobre los grandes retos de futuro que afronta nuestra sociedad. La iniciativa está patrocinada por Abertis, Enagás, EY, Iberdrola, Iberia, OEI, Redeia, Santander, Telefónica y el partner estratégico Oliver Wyman.