El militar y el agente de La Manada seguirán en una cárcel castrense

El soldado de la UME y el guardia civil solo serán trasladados a una prisón común cuando haya sentencia firme

Entrada del centro penitenciario militar de Alcalá de Henares (Madrid).EJERCITO DE TIERRA

Dos de los integrantes de La Manada no están en la cárcel de Pamplona, como los demás condenados, sino en la prisión militar de Alcalá de Henares (Madrid) y allí seguirán, al menos, hasta que la sentencia sea firme. Se trata de Alfonso Jesús Cabezuelo, de 29 años, militar, y de Antonio Manuel Guerrero, de 28, guardia civil.

En aplicación de la ley procesal Militar ambos cumplen prisión preventiva en un centro penitenciario castrense, a pesar de que el delito por el que han sido condenados a nueve años de cárcel no es militar y de que...

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Dos de los integrantes de La Manada no están en la cárcel de Pamplona, como los demás condenados, sino en la prisión militar de Alcalá de Henares (Madrid) y allí seguirán, al menos, hasta que la sentencia sea firme. Se trata de Alfonso Jesús Cabezuelo, de 29 años, militar, y de Antonio Manuel Guerrero, de 28, guardia civil.

En aplicación de la ley procesal Militar ambos cumplen prisión preventiva en un centro penitenciario castrense, a pesar de que el delito por el que han sido condenados a nueve años de cárcel no es militar y de que el tribunal que los ha juzgado es ordinario.

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Fuentes del Ministerio de Defensa aseguran que no se trata de un privilegio y que el objetivo de la norma es que estén bajo control de la autoridad militar. Lo cierto es que el centro penitenciario de Alcalá de Henares, el único dependiente de Defensa, carece de los problemas de hacinamiento, narcotráfico o violencia que se dan en algunas prisiones civiles.

Sólo cuando la sentencia sea firme, si son condenados por delito doloso, como sería el caso si se confirma o agrava el fallo de la Audiencia Provincial de Navarra, serían expulsados de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil y trasladados a una prisión civil. Pero aún en ese supuesto cumplirían el resto de condena separados de los presos comunes.

Además, mientras la condena no sea firme, seguirán percibiendo el 75% de sus retribuciones básicas. Ambos están suspensos de funciones, por lo que no pueden ascender ni computan trienios  a efectos de antigüedad. El militar estaba destinado en el batallón de la Unidad Militar de Emergencias con base en Morón de la Frontera (Sevilla) hasta su ingreso en prisión preventiva, en julio de 2016.

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