Análisis

Socialdemocracia clásica pasada por la globalización

El ala izquierda del PSOE existe, pero no tiene fuerza para torcer el brazo a Pedro Sánchez en programas, organización y listas

Entre los problemas que tiene Pedro Sánchez, líder del PSOE, no está el tener que gastar energías para hacer frente a la presión de un ala izquierda en su partido. Existir, existe, pero ese sector no tiene la fuerza suficiente como para torcerle el brazo en propuestas, modelo organizativo o inclusión de dirigentes de esa orientación en las listas electorales. Así su afirmación de que el nuevo líder del laborismo británico, Jeremy Corbyn, “no ha entendido el proceso de global...

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Entre los problemas que tiene Pedro Sánchez, líder del PSOE, no está el tener que gastar energías para hacer frente a la presión de un ala izquierda en su partido. Existir, existe, pero ese sector no tiene la fuerza suficiente como para torcerle el brazo en propuestas, modelo organizativo o inclusión de dirigentes de esa orientación en las listas electorales. Así su afirmación de que el nuevo líder del laborismo británico, Jeremy Corbyn, “no ha entendido el proceso de globalización”, y que la línea acertada es la de los reformistas Manuel Valls, en Francia, y Matteo Renzi, en Italia, no levantará polvareda interna.

El socialismo de Pedro Sánchez lo explican como un proyecto “socialdemócrata clásico pasado por la globalización”, según uno de sus asesores. Crecer para redistribuir, será el eslogan que se le escuchará hasta las próximas elecciones; con tanto énfasis y reiteración como el desarrollo de los vocablos competitividad y productividad. Estado de bienestar, derechos sociales, junto a la innovación e investigación. Pedro Sánchez quiere conectar con el PSOE “modernizador”, aquél de Felipe González que entre 1982 y 1985 encerró en un cajón el programa socialista para hacer un duro ajuste fiscal y reformas estructurales con reconversiones industriales férreas. Ese tiempo duro condujo a otro; al de los años de gran inversión, a partir de 1985, que permitieron poner las bases de un Estado de bienestar sólido.

Ladrillos con ordenadores

La ambición ahora es la de poner en marcha ambos procesos, además de un fuerte combate contra la desigualdad por los fuertes desequilibrios sociales que ha dejado la crisis económica. Hacer posible el Estado social y la apuesta por la innovación e investigación es su cuadratura del círculo. En su entorno señalan que no hay que elegir entre ladrillos y ordenadores sino “ladrillos con ordenadores”. Esto es socialdemocracia del siglo XXI, aseguran. A los jóvenes socialistas (Juventudes Socialistas de España), que ayer celebraron su conferencia política en Alicante, les animó Pedro Sánchez a que sean “de izquierda y reivindicativos” y vayan “dos pasos por delante del PSOE”. Del partido podrán ir de avanzadilla, pero si Pedro Sánchez llegara a La Moncloa, por delante del Consejo de Ministros se les explicará que no podrán estar. Eso ya ocurrió con anteriores gobiernos socialistas, que siempre apelaron a los resultados.

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