SUCESOS

El atracador maniático del 11

La policía detiene en Jaca (Huesca) a un delincuente obsesionado con fechas y números

Vídeo: CNP

Dejaba sus atracos en manos de las matemáticas y el número 11 era su talismán. La policía ha detenido en Jaca (Huesca) a un delincuente especialmente obsesionado con los números y las fechas que tenía inquieta a esta población de 13.000 habitantes. El atracador del 11, como le han bautizado, planificaba sus golpes cada 11 días e intentaba repetir el esquema, quizás con la percepción de que le daba suerte. Sin embargo, la racha se le acabó. En su último golpe, perpetrado el pasado domingo en una tienda de golosinas, dejó pasar 12 días.

El arrestado, un vecino de 58 años, era un delincuen...

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Dejaba sus atracos en manos de las matemáticas y el número 11 era su talismán. La policía ha detenido en Jaca (Huesca) a un delincuente especialmente obsesionado con los números y las fechas que tenía inquieta a esta población de 13.000 habitantes. El atracador del 11, como le han bautizado, planificaba sus golpes cada 11 días e intentaba repetir el esquema, quizás con la percepción de que le daba suerte. Sin embargo, la racha se le acabó. En su último golpe, perpetrado el pasado domingo en una tienda de golosinas, dejó pasar 12 días.

El arrestado, un vecino de 58 años, era un delincuente de costumbres. Atracaba siempre los comercios a última hora y escogía negocios en los que hubiera una mujer sola como dependienta.

Después de estudiarle con detalle, los investigadores de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Jaca consiguieron echarle el lazo. Un dispositivo de 50 agentes preparados para acudir a cualquier aviso permitió detenerle en su cuarto atraco. 

El delincuente fue sorprendido con un botín de 500 euros y un cuchillo en la bolsa. Llevaba puestos dos pares de pantalones, probablemente para cambiarse de ropa después del asalto y así pasar desapercibido si la víctima acertaba a describir su vestimenta.

La policía le seguía el rastro desde el 10 de noviembre, tras el asalto a una panadería en la hora del cierre. En aquella ocasión se hizo con un botín de 600 euros. Iba ligeramente disfrazado con gafas de sol oscuras y gorro de lana y también llevaba un cuchillo de grandes dimensiones. El segundo y tercer atraco los cometió once días después respectivamente y con el mismo modus operandi. Los comercios elegidos: otra panadería y una peluquería.

La alarma entre los vecinos creció y policía nacional pidió la colaboración ciudadana. El dispositivo de espera para el atracador se dispuso teniendo en cuenta los horarios de cierre de los comercios y restringiéndolo a los negocios en los que la dependienta fuera una mujer y estuviera sola.

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Esa expectación policial, en la que contaron con la colaboración de los agentes de la policía local, pudo hacer que el atracador del 11 retrasara un su siguiente atraco, que cometió a los 12 días. El asalto a la tienda de golosinas del domingo acabó con su racha de suerte. Ahora está en prisón.

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