Perfil

Una valenciana feminista para evitar ‘casos Ponferrada’

La defensora de las leyes del matrimonio gay y del aborto escala a la dirección de grupo

La diputada del PSOE, Carmen Montón, de blanco.ULY MARTÍN

El caso Ponferrada hizo estallar todas las alarmas en el PSOE y provocó una falla en su imagen difícil de reparar: el partido defensor a ultranza de la igualdad entre hombres y mujeres se aliaba con un acosador sexual para obtener un alcaldía. Será muy difícil que la situación se repita –entre otras cosas, porque no hay acosadores sexuales con cargos políticos-, pero la dirección socialista ha querido escenificar que pone todo tipo de impedimentos para que la historia se repi...

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El caso Ponferrada hizo estallar todas las alarmas en el PSOE y provocó una falla en su imagen difícil de reparar: el partido defensor a ultranza de la igualdad entre hombres y mujeres se aliaba con un acosador sexual para obtener un alcaldía. Será muy difícil que la situación se repita –entre otras cosas, porque no hay acosadores sexuales con cargos políticos-, pero la dirección socialista ha querido escenificar que pone todo tipo de impedimentos para que la historia se repita. Y en la dirección del grupo socialista esa doble red lleva desde ahora el nombre de Carmen Montón, valenciana de 36 años y hasta ahora portavoz socialista en la comisión de Igualdad.

Poco conocida para el gran público, la diputada Montón es, sobre todo, una mujer de aparato. Licenciada en Medicina, casada y con un hijo, terminó la carrera cuando ya contaba con un escaño en el Congreso. Hasta entonces fue escalando peldaño a peldaño por el partido, desde que entró en las Juventudes Socialistas en Valencia cuando tenía 16 años. “Ha estado en los lugares adecuados y los ha sabido aprovechar”, señalan compañeros de partido que han trabajado con ella estos años. La definen como una persona de buen trato personal, más eficaz y aplicada que brillante, prudente y que, a la vista de los resultados obtenidos, ha sabido jugar bien sus cartas.

Con 23 años ya era concejal de Cultura del Ayuntamiento de Burjassot (Valencia), donde nació, como antes había sido su padre, maestro de historia y geografía. Un acta que mantuvo hasta 2004, cuando es elegida diputada por Valencia. Este impulso en su trayectoria fue consecuencia de un ascenso simultáneo, de manera paulatina, en el aparato valenciano: un año después de obtener el acta de edil se incorpora como secretaria de política social en el equipo de Joan Ignasi Plà y se convierte en su mano derecha. Su perfil político se vería beneficiado también por los contactos en el ámbito nacional, destacan fuentes del partido. Especialmente desde que se casó con Alberto, el hijo de Loli, la secretaria de toda la vida de José Bono.

Ha estado en los lugares adecuados y los ha sabido aprovechar”

Tras ser elegida diputada en 2004, Montón se convierte en coordinadora federal del área de Movimientos Sociales y ONG. Con el PSOE en el Gobierno, tener un cargo institucional en el aparato le permite una mayor visibilidad política y, sobre todo, un puesto en el Comité Federal. Por tanto, una presencia que le llevaría a repetir en las listas electorales al Congreso en 2008 y 2011.

Con el apoyo del entonces portavoz socialista, José Antonio Alonso, la diputada valenciana aprovecha también el debate de las leyes más sociales de José Luis Rodríguez Zapatero y se beneficia de un impulso a su carrera con la defensa en el hemiciclo de la ley del matrimonio homosexual y, especialmente, la de la reforma del aborto, en cuya tramitación presionó al Gobierno socialista para que fuera aún más allá. De esa época parlamentaria es uno de los recuerdos que Montón subrayaba en una entrevista con este periódico: el día de la aprobación de la ley del matrimonio de parejas del mismo sexo, un hombre se le abrazó, le dio las gracias y le dijo: "Mi pareja murió de sida, qué lástima que no haya podido vivir esto".

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Tras la marcha de Zapatero, Montón logra la difícil pirueta de mantenerse en la dirección federal. Y ello pese a proceder de una agrupación que hizo bandera de Carme Chacón, la dirigente que se enfrentó a Alfredo Pérez Rubalcaba en el congreso de Sevilla de 2011 y perdió. Al contrario que otros compañeros de las filas valencianas, ella salió de la capital hispalense con el puesto de vocal en la nueva ejecutiva. Algunos compañeros señalan que la diputada valenciana supo ponerse de perfil para no significarse por uno u otro bando. Y así se mantuvo, pese a no ser “una rubalcabista a muerte”.

En este tiempo se ha dedicado a su trabajo en la comisión de Igualdad del Congreso donde, según explican las diputadas que trabajan con ella, ha repartido juego. Fue muy crítica con el parlamentario Toni Cantó cuando este dio crédito a los bulos sobre la violencia machista y también ha sido látigo de la ministra Ana Mato, a la que ha pedido insistentemente la dimisión en el pleno parlamentario después de que se conocieran nuevos datos sobre su relación con las empresas de la trama Gürtel. Mantiene presencia en las redes sociales y, desde hace años, escribe un blog en el que últimamente recoge sus intervenciones parlamentarias. El título define el perfil que ha ido a buscar Rubalcaba expresamente entre los diputados: Mujeres en Rojo.

Pero, sobre todo, Montón asciende ahora a la dirección de grupo gracias a varias cualidades no tan fáciles de encontrar: mujer especializada en temas de igualdad, es joven y con buena presencia, no está quemada por la exposición pública y cuenta con respaldo territorial.

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